Mariano Cuadrado: el ángel de la sierra de Madrid que salvó a 5.000 refugiados
Su labor humanitaria, enterrada y olvidada con él
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MADRID.- Alberto del Río, investigador local, buceaba entre legajos para profundizar en la historia de sus abuelos. Maite Per, nieta de un fusilado por el franquismo, sentía mucha curiosidad por la figura del suyo, ausente, pero de quien se hablaba en su familia con una mezcla de orgullo e incomprensión. Ella, tras una década de búsqueda, colgó un mensaje en un foro de internet. Dejó en el aire la solicitud de pistas que arrojaran más luz sobre la vida de su familiar desaparecido. Tres años más tarde, Alberto del Río leyó el ruego de la nieta. Se puso en contacto con ella para contarle que, mientras investigaba el pasado de sus propios abuelos, desempolvó documentos que revelaban la labor humanitaria y docente de Mariano Cuadrado Fuentes.
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Además, el alcalde republicano presidió el comité de abastecimiento, organizando cooperativas y emitiendo cartillas para el reparto de alimentos. "En los alrededores había unas cinco granjas que fueron incautadas para alimentar a la gente. Incluso desde Madrid se solicitaba ayuda a este comité para el envío de víveres a la capital", concreta el investigador local. El gobierno de la República estaba al tanto de la tarea solidaria, y cuando este asentamiento madrileño comenzó a desbordarse, empezaron los traslados hacia Valencia.
Su labor humanitaria, enterrada y olvidada con él
Cuando Maite Per Cuadrado (1961), maestra de profesión, descubrió la historia olvidada de su abuelo no lograba creérselo. Hasta entonces, a ella sólo le llegaban los ecos de un recuerdo lejano de su madre, hoy con mal de Alzheimer, y de su tío Antonio. “Percibía una ambivalencia en sus comentarios, entre ‘qué listo era tu abuelo’ y, a la vez, ‘¿por qué no huyó?’. Quedó siempre un duelo por hacer, algo que nos marcó como a tantas familias”, suspira la nieta.
Maite también accedió al expediente de su abuelo y conoció, entre lágrimas, los nombres de las personas que declararon en contra del maestro y alcalde, sentenciándole a muerte. “Eran unos caciques de Saldaña”. En su pueblo natal, Cuadrado Fuentes había ejercido en dos ocasiones como maestro, implementando las nuevas corrientes de enseñanza que, años después, se extenderían con la República. Pero en 1921, año en el que abandona el pueblo palentino, su modernidad le supuso enfrentamientos con las autoridades locales.
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Luchó contra la corrupción
Entre 1931 y 1934 fue destinado a Alcorcón (Madrid), donde participó en la creación de la Sociedad de Obreros Agricultores. También se afilió al Partido socialista e integró la Federación Española Trabajadores de la Enseñanza, donde ocupó el cargo de vicepresidente.
Al poco, descubrió que uno de sus concejales había cobrado 8.500 pesetas que no había ingresado en las arcas municipales. “Mariano Cuadrado le requirió esta cantidad, y la respuesta fue una denuncia contra el alcalde acusándole de entorpecer la revolución y ser demasiado blando con los intereses de la derecha. Fue detenido en su despacho mientras trabajaba y trasladado a la cárcel de San Antón, en la capital”. Tras ser sometido a un juicio de la República por desafecto, fue absuelto gracias al apoyo de sus vecinos.