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Carmen Calvo La mano derecha de Sánchez, una apuesta por convertir la Igualdad en un tema transversal del Gobierno

Con su nombramiento, Sánchez parece querer dejar claras dos cosas: que Carmen Calvo será su mano derecha, una figura fundamental en el nuevo gobierno, y que la Igualdad (elevada al rango de ministerio) será un tema transversal y una de las prioridades en su legislatura.

Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad / EFE

Su nombre sonaba en casi todas las quinielas para ocupar alguno de los puestos más altos dentro del nuevo Ejecutivo. Muchos consideraban que sería la mano derecha de Pedro Sánchez en una vicepresidencia, que tal vez sería bicéfala. Otros apostaban que llevaría las riendas de la maltrecha política de Igualdad. Nadie erraba el tiro. Finalmente esta cordobesa de 61 años, con amplia experiencia en la gestión política, será ambas cosas, acaparando dos puestos relevantes del nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez. 

Con su nombramiento, el flamante presidente del Gobierno parece querer dejar claras dos cosas: que Carmen Calvo será su mano derecha, una figura fundamental en el nuevo gobierno, y que la Igualdad (elevada al rango de ministerio) será un tema transversal y una de las prioridades en su legislatura. Firme defensora de los derechos de las mujeres, de la conciliación de la vida familiar y laboral, y de la igualdad de género, su designación se ha interpretado como una forma de elevar la Igualdad y la lucha contra la violencia machista al grado de cuestión de Estado, una larga reivindicación de los movimientos feministas.

Jurista constitucionalista de formación, política y docente, Calvo tiene claras sus posiciones, sus filias y sus fobias, los caminos por los que quiere andar y las compañías que no va a  tolerar. Lo dejó muy claro en 2011, cuando decidió no incorporar su nombre a las listas electorales del PSOE por Córdoba si el nombre de Rosa Aguilar estaba en la papeleta. Con este gesto se apartó de la política activa, hasta que decidió unirse al equipo de Pedro Sánchez en las primarias en las que disputó el liderazgo el partido a Susana Díaz.

Durante el último año, Calvo ejerció como secretaria de igualdad del PSOE, puesto que compaginaba con la docencia, aunque sus funciones no se limitaron a esa área. Igual que ahora, Sánchez encargó a la ya vicepresidenta del Gobierno algunas de las tareas más complicadas. Fue a ella a quién Sánchez confió el grueso de la negociación de la aplicación del 155 en la crisis catalana, y en los últimos tiempos era principalmente ella quién había asumido la portavocía del partido ante los medios de comunicación. También asumió la tarea de coordinar la propuesta socialista de una ley por la igualdad salarial y otra contra la brecha de género en el empleo, dos temas que, como ministra de Igualdad, serán algunas de sus prioridades. 

Calvo aporta al nuevo ejecutivo la experiencia política. Ella es, junto con José Borrel, la única que ha tenido experiencia previa en la gestión de un ministerio. Lo hizo durante el Gobierno de Zapatero, cuando ocupó el ministerio de Cultura durante tres años. También ocupó los puestos de vicepresidenta del Congreso y presidenta de la comisión de Igualdad. 

​Calvo es una ferviente defensora de que la igualdad de género se incorpore a la Constitución, de aplicar la perspectiva de género a la justicia y de que la educación a la ciudadanía vuelva a las aulas. Entre sus prioridades estará la de asegurar el cumplimiento del pacto de Estado contra la violencia de género, un conjunto de 214 medidas acordadas en el Parlamento, pero que el Partido Popular no ha puesto en marcha. También la aprobación de una ley Igualdad LGTBI, que el ejecutivo anterior dejó parada en su trámite parlamentario.

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