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Lara Hernández: "La participación de los partidos en Sumar debe ser voluntaria, no impuesta"

Lara Hernández, secretaria de Organización de Sumar. — Jaime García-Morato

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madrid,

Lara Hernández (Madrid, 1986) fue dirigente de Izquierda Unida en un momento en el que esta organización apostó por incorporar a sus filas a activistas de las mareas que nutrieron el 15M (como la propia Hernández o Alberto Garzón), un periodo tras el que decidió dar un paso a un lado y dejar la política institucional. Ahora ha vuelto a esta primera línea, y lo ha hecho como secretaria de Organización de Sumar en mitad de un proceso de reconfiguración de la izquierda.

Hernández se ha dedicado estos años a impartir clases de filosofía en el instituto de la Comunidad de Madrid en el que trabaja, y ha estado centrada en los últimos días en corregir y calificar los exámenes de los alumnos que en unas semanas se enfrentarán a la selectividad. Su designación forma parte de una renovación de la cúpula de Sumar que, explica la dirigente, "abre una nueva fase" tras el interminable ciclo electoral para aterrizar y asentar "los compromisos" y la hoja de ruta trazada en la asamblea fundacional de Villaverde.

De la participación de los partidos en el proyecto de Yolanda Díaz, de las elecciones europeas y de una reorganización de la izquierda de la que también forma parte Podemos habla en esta entrevista con Público.

El pasado lunes se conoció que los mil millones aprobados por el Gobierno servirán para enviar armas a Ucrania. Sumar se opuso a esa compra en el Consejo de Ministros y denunció su falta de transparencia. ¿Qué piensa de esto?

Es algo que debemos conocer, no solo en el ámbito del Congreso de los Diputados, sino que el conjunto de la ciudadanía debe saber a qué van destinadas estas partidas presupuestarias, y es el deber en este caso del PSOE socializar esta información y compartirla con sus socios de Gobierno y con el conjunto de los ciudadanos.

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Ustedes han pedido ya que se lleve al Congreso de los Diputados, pero ¿van a hacer algo más en el seno del Gobierno?

Eso estamos debatiéndolo en el seno de la ejecutiva, y las medidas que se tomen al respecto serán trasladadas tanto por el portavoz Ernest Urtasun como por la propia Yolanda Díaz.

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Israel ha bombardeado esta semana un campo de refugiados palestinos de Rafah y ha matado a 50 personas, entre ellas niños y niñas. Además, tras el reconocimiento del Estado de Palestina por parte de España, el Gobierno israelí ha atacado a Pedro Sánchez y a Yolanda Díaz. ¿Cómo pretenden dar respuesta desde Sumar a esta situación?

El reconocimiento del Estado palestino es un primer paso hacia adelante que no podría haberse dado sin la participación de Sumar en el Gobierno. Pero esto no es suficiente, es un paso importante, pero queremos más. Queremos una llamada a consultas de la embajadora israelí en España y exigimos además el embargo inmediato de las armas.

A todo ello, lógicamente, tenemos que añadir y señalar que este genocidio que se está produciendo en Palestina tiene que ser, de alguna manera, frenado por todos los agentes políticos, sociales e institucionales. En este sentido, el país debe abordar y debe poner todas sus herramientas y dispositivos al servicio de parar esta barbarie, que es algo que internacionalmente nos tiene a todos totalmente acongojados.

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Usted fue dirigente de IU, y luego decidió dar un paso a un lado en la política. Ahora vuelve a la primera línea, y nada menos que como secretaria de Organización de Sumar en plena reconfiguración de la izquierda. ¿Qué le ha llevado a dar este paso?

He tomado esta decisión porque mi compromiso en política no se ha detenido durante todo este tiempo. Yo he seguido participando activamente en política. Durante este tiempo, me he dedicado a mis labores como docente, soy profesora de filosofía en un instituto público de la Comunidad de Madrid; he tenido un hijo y lo he criado hasta el día de hoy, y he aceptado con ilusión, con ganas, con entrega este encargo que me propuso Yolanda Díaz, porque me considero una persona que no rehúyo los compromisos políticos.

Creo que es importante poner voluntad, esfuerzo y dedicación en los retos que nos esperan ahora, que se plantean para nuestro país y para las fuerzas del espacio progresista, y no rehúyo mi compromiso y aquí estoy, asumiendo esta responsabilidad.

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La secretaria de Organización de Sumar, Lara Hernández. — Jaime García-Morato

Su designación como secretaria de Organización no es la única novedad y se ha interpretado como una renovación del equipo que levantó Sumar en sus inicios, con personas como Josep Vendrell, que ahora salen del núcleo liderado por Yolanda Díaz. ¿Por qué cree que se produce esta renovación precisamente ahora?

Esta renovación, de alguna manera, obedece a dos cuestiones principales. En primer lugar, hay que señalar que Sumar se ha visto inmersa en un proceso de absoluta vorágine electoral, es decir, hemos tenido seis procesos electorales: las generales, las catalanas, las gallegas, las vascas, pero anteriormente también las andaluzas y las de Castilla y León. Y, de alguna manera, este proceso electoral ha impedido el despliegue organizativo y político del proyecto.

En este sentido, es importante destacar y señalar esta fase nueva que se abre, empezamos a caminar y aquí, en el caso de mi responsabilidad desde la Secretaría de organización, se trata ahora de abordar y desplegar los acuerdos políticos que se suscribieron democráticamente en la asamblea de Villaverde, que consisten en desplegar organizativamente el proyecto, coger músculo político.

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Tenemos ya esos documentos y mi máximo empeño como secretaria de organización, y el de Yolanda Díaz como coordinadora general, es el de impulsar que la democracia por fin mande en el espacio político que es Sumar.

Como secretaria de Organización, sobre su departamento recae llevar las relaciones con los partidos de la coalición y configurar orgánicamente Sumar. No sé si las negociaciones partidistas que se han dado en la izquierda desde el 23J son un buen punto de partida...

Es innegable que venimos de un momento importante y, de alguna manera, delicado, pero lo que sea Sumar y lo que vaya a ser Sumar es una cuestión que tenemos que debatir entre todos y todas. Es decir, hay unos partidos políticos que, de alguna manera, participan dentro del espacio, y esta participación debe ser voluntaria y querida, o sea, no impuesta, no tiene sentido que sea de otra manera.

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Los partidos políticos, y mi máximo empeño va a estar ahí, debemos compartir una hoja de ruta que analice posteriormente la viabilidad del proyecto político en común; compartir esta hoja de ruta implica poder sentarnos a dialogar, a hablar sobre qué es aquello que nos une y qué es aquello que aún nos separa, y a partir de ahí poder conocernos y reconocernos mutuamente para poder construir un proyecto político común.

La secretaria de Organización de Sumar, Lara Hernández, durante su entrevista con 'Público'. — Jaime García-Morato

Es decir, una vez que resolvamos los interrogantes de este proceso constituyente, podremos establecer este diálogo con las formaciones políticas para ver qué queremos ser de mayores. Pero eso no es óbice para que en la actualidad se esté dando ya ese diálogo con todos los actores políticos, con todas las fuerzas políticas que hoy en día integran el espacio Sumar, y que ese diálogo esté siendo un diálogo armado, ahormado, consensuado y en unos términos muy correctos, sobre todo para el mejor desarrollo y el mayor éxito de las elecciones europeas.

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Hablaba usted de que se abre una nueva etapa y el objetivo es que se democratice Sumar. ¿Ha faltado democracia en la construcción de este espacio? Esa ha sido una crítica por parte de organizaciones como IU durante los últimos meses.

La democracia ya había llegado a Sumar, la cuestión consistía en darle forma de alguna manera, una forma orgánica, y abandonar ese limbo organizativo en el que hemos estado durante este último período, fruto de esa vorágine electoral en la que nos hemos metido. Ahora, la primera asamblea de Sumar, la de Villaverde, pone negro sobre blanco con unos documentos organizativos y políticos, y unos estatutos a partir de los cuales debemos iniciar todo ese proceso de construcción.

Yo asistí a la asamblea de Izquierda Unida y lo que puedo apuntar y señalar es que asistí con mucho agrado a un debate político de calidad, que es, desde luego, una de las características de Izquierda Unida; y pude hablar con mucha gente que estaba ahí. Salió elegido Antonio Maíllo como coordinador y lo único que puedo decir de él es que es una persona a la que tengo en alta estima y en consideración, es un político de raza, de los que no abundan, y que es capaz de añadir a la política empatía y compromiso personal, y eso muchas veces es difícil de encontrar.

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Bajo este liderazgo IU salió reforzada de su asamblea y al mismo tiempo, de alguna manera, se establecieron algunos debates que tienen que ver con la voluntad política de establecer luchas y trabajos comunes con otras fuerzas políticas del Estado, y yo espero que eso se aterrice y se dé en el marco del espacio progresista que hoy en día es Sumar.

¿Qué espera de las elecciones europeas? Son, quizá, el mayor desafío para las izquierdas en una década, su momento más delicado.

Es un momento delicado para las fuerzas progresistas, pero es un momento delicado para la democracia. Las europeas suponen un reto político de primer nivel y es muy importante frenar esta Europa iliberal. Las tendencias son realmente dramáticas y hay que hacer una reflexión política sobre cuáles son los valores de la democracia que tenemos que defender. Eso es lo que nos vamos a jugar el próximo nueve de junio. Es una cita electoral absolutamente clave para el espacio progresista, para la izquierda, pero también para el conjunto de la ciudadanía.

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Entonces, en este sentido, creo que es muy importante apostar por la construcción de un proyecto solidario, verde y feminista, y ser capaces de que esos votos, que se van a traducir en unos escaños, sean capaces de convertir esa Comisión Europea en un espacio de transformación, y que España se convierta en una excepción dentro del marco europeo que sea capaz de frenar las políticas de derecha y de extrema derecha.

Hay voces que defienden que, por sus características, las europeas son una suerte de primarias para la izquierda. ¿Lo comparte?

No lo comparto. Nos han querido situar en este marco; Feijóo y las políticas del PP y de la derecha española han intentado, desde el minuto cero, deslegitimar a este Gobierno. Lo han intentado a través de muchos mecanismos: la amnistía, los indultos... Hoy el marco es distinto. Han planteado las elecciones europeas como una especie de puntilla última para hacer un plebiscito entre un Gobierno progresista o sus políticas. El marco ha cambiado, el escenario es distinto, y creo que el principal derrotado del nueve de junio puede ser Feijóo, y debemos trabajar por y para ello.

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Después de las europeas está previsto que se retome la construcción orgánica de Sumar. Los partidos todavía no se han incorporado a sus órganos. ¿Cómo afronta este proceso? ¿El resultado de las europeas podría abrir un nuevo proceso negociador con Podemos?

Hablar del futuro a día de hoy no tiene sentido. Es decir, yo soy una persona que vengo de un ciclo político que nos ha marcado a todos, que se inició con el 15M y que luego ha sucedido efectivamente en otras formaciones políticas. Hay que hacer, creo, una reflexión política al respecto de dónde venimos y apostar de alguna manera por no mirar al pasado, mirar hacia el futuro.

Soy de esas personas que piensan que si te caes ocho veces hay que levantarse nueve y, de alguna manera, el espacio político de Sumar apuesta por eso. Apuesta porque primero tenemos una cita electoral, las urnas están vacías, hay que esperar a que la ciudadanía hable, deposite su voto y veamos cuál es el resultado electoral que sacamos de ahí, y el día después ya hablaremos y veremos efectivamente cuál es el desarrollo y el despliegue político del proyecto.

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Los partidos de la coalición no parecen sentirse muy cómodas con ese 30% de cuota en el denominado Grupo de Coordinación de Sumar que recogen los estatutos. ¿Están abiertos en Sumar a revisar esta fórmula?

Creo que a la izquierda los debates nominales siempre nos han venido mal. No quiero caer en un debate nominal sobre cuotas, porcentajes y números; lo que tenemos es que apostar por debates sustanciales. Yo soy una persona partidaria de innovar en política, de apostar por el debate, por el diálogo, con el conjunto de las formaciones del espacio, porque estos debates a la ciudadanía no le importan, no le interesan. Lo que le interesa es si somos realmente una herramienta útil capaz de mejorar la vida de la gente y apostar por sostener una agenda social potente, regeneradora y democrática de país.

"A la gente lo que le importa si somos una herramienta útil y capaz de mejorar su vida"

En segundo lugar, ese espacio de diálogo con el conjunto de las organizaciones políticas tiene que ser, como he dicho anteriormente, un espacio voluntario, querido y no impuesto. Hay organizaciones que ya están participando de manera activa, son copartícipes de Sumar, el ejemplo son los comunes de Catalunya.

Y hay otras que han decidido tomarse un tiempo legítimamente para analizar dentro de su propia organización cuál es la posición o el rol que quieren asumir en el espacio progresista de Sumar. Ese tiempo hay que respetarlo, lo vamos a hacer así, lo estamos haciendo así, y esperamos, lógicamente, que todas podamos converger en esa hoja de ruta común por la que vamos a trabajar para analizar la viabilidad política del proyecto.

Sumar logró en el 23J movilizar a una parte del electorado que fue fundamental para frenar un gobierno de Feijóo y Abascal. Ahora el votante de izquierdas parece un tanto desactivado, desmoralizado incluso. ¿Cómo se puede reenganchar a estas personas a la política?

Creo que primero tenemos que analizar el marco y el contexto real en el que estamos, y en eso yo tengo la suerte de venir de la sociedad civil, vengo de mi profesión, de mi entorno y de la calle. Y ahí sí que puedo constatar, efectivamente, que existe una desafección política. A las cifras me remito, hay muchos estudios al respecto. Esa desafección política es fruto de muchos condicionantes y de muchos factores; ahora bien, yo creo que no estamos aquí para constatar las dificultades, sino para superarlas.

"La vorágine electoral se lo ha comido todo, pero eso no significa que no tengamos agenda social"

Es muy importante entender que si Sumar no estuviera en el Gobierno probablemente muchos de los ciudadanos y las personas progresistas hoy en día se sentirían frustrados y frustradas, porque nuestro papel consiste en desarrollar y seguir implementando con más fuerza, si cabe, lo que estamos haciendo. Es verdad que la vorágine electoral ha sido un condicionante que, de alguna manera, se ha comido todo, pero eso no quiere decir que no tengamos una agenda social, una agenda política absolutamente determinante, muy clara, que está firmada en un acuerdo de coalición de gobierno con el PSOE.

Que haya un acuerdo que firma unas medidas concretas de gobierno, no quiere decir que esa sea la única política que se debe hacer. Y ahí Sumar va a ejercer un papel fundamental en el marco del gobierno progresista, impulsando medidas de regeneración democrática, medidas de trabajo, como por ejemplo, la reducción de la jornada laboral, que es una de las medidas estrella de esta legislatura; y el papel de Yolanda Díaz como coordinadora general de Sumar y como vicepresidenta y ministra de Trabajo va a ser y es fundamental.

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