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Junts y PSOE intensifican las negociaciones para cerrar un acuerdo para la investidura cuanto antes

Los dirigentes de Junts Jordi Turull y Albert Batet han vuelto a Bruselas para reunirse con Carles Puigdemont y afrontar la parte final de unas conversaciones que se han reconducido después del distanciamiento del jueves, a la espera de perfilar un acuerd

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El acuerdo para la amnistía y, de paso, para la investidura de Pedro Sánchez entre el PSOE y Junts vuelve a acercarse y podría cerrarse de manera inminente, a pesar de que parece difícil que suceda este mismo domingo. Después de alejarse el jueves, cuando en una larga reunión el secretariado permanente del partido independentista no avaló la propuesta de ley por diferencias sobre el alcance definitivo de la amnistía, las conversaciones no se han detenido y ahora mismo podrían encarar la recta final, según se desprende de las posiciones manifestadas por representantes de las dos formaciones.

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Una muestra clara de que la situación se ha reconducido es que este mismo domingo el secretario general de Junts, Jordi Turull, y el presidente del partido en el Parlament, Albert Batet, han vuelto a Bruselas para reunirse con Carles Puigdemont, que es quien lidera absolutamente las negociaciones por parte de Junts. Turull ya estuvo viernes en la capital belga, junto al expresident y a la líder de la formación en el Congreso, Míriam Nogueras, en una intensa jornada en la que se reunieron durante más de dos horas con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, un dirigente de la máxima confianza de Sánchez. Batet, a su vez, estuvo en Bruselas el jueves, en la reunión de la permanente de Junts, a la que obviamente también asistía Turull.

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Ya el sábado por la tarde, el eurodiputado de Junts Toni Comín había asegurado que “cuando las cosas están a tocar, keep calm”. En declaraciones desde Perpinyà, donde se había desplazado con motivo de la manifestación de la Diada de la Catalunya Nord, Comín añadió que había que ser “extremadamente discretos” con unas conversaciones que continúan con el objetivo de encontrar la fórmula que satisfaga a las dos partes.

En cuanto al PSOE, la militancia ha avalado de manera muy clara -87% de apoyo- los pactos que logre el partido para conseguir la investidura de Sánchez, un hecho que ha llevado al mismo Cerdán a afirmar que la formación está “más cerca de conseguir la investidura”. Las últimas declaraciones de dirigentes socialistas transmiten optimismo en cuanto al acuerdo, si bien no detallan hasta donde se ha avanzado en la resolución de las diferencias con Junts.

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El aspecto que hizo encallar el acuerdo el jueves, y que acapara las negociaciones desde entonces, es el perímetro de la amnistía, es decir, el detalle de qué personas y causas entran y cuáles quedan fuera. El pacto de los socialistas con ERC ya comportaba que la amnistía incorporaría a las personas represaliadas por las protestas del Tsunami Democràtic o de los CDR -como los detenidos durante la Operación Judas, que la Audiencia Nacional ha dictaminado que tienen que ir a juicio.

Junts pretende que el olvido judicial alcance también a causas que no están directamente vinculadas con el referéndum del 1 de octubre, pero que considera lawfare contra el independentismo, es decir, que percibe como una guerra judicial para perseguir al movimiento. Un caso paradigmático es el de Josep Lluís Alay, jefe de la Oficina de Carles Puigdemont, que tiene fijado un juicio para los próximos 20 y 21 de febrero por asistir al referéndum de autodeterminación de Nueva Caledonia, justamente en representación del factótum de Junts. Alay está acusado de malversación y afronta una petición de tres años de prisión y 17 de inhabilitación.

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El PSOE recela ampliar la amnistía a causas de este tipo, al entender que los casos de supuesta malversación pueden dificultar que la ley de amnistía supere el filtro del Tribunal Constitucional.

Este mismo domingo, Carles Puigdemont ha hecho referencia al lawfare en una entrada en X en la que ha asegurado que “el uso estratégico de las leyes para perjudicar a disidentes o a rivales políticos no busca hacer justicia sino conseguir, por medios inaceptables en democracia, efectos políticos a través del poder judicial”.

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Si Puigdemont, Turull y Batet perfilan un acuerdo casi definitivo con el PSOE, en las próximas horas o días lo tendrá que ratificar primero la dirección nacional de Junts, posteriormente el Consejo Nacional de la formación y, finalmente, sus bases en una consulta telemática.

A pesar de que el pacto no se cerró ni el jueves ni el viernes, como se pretendía, el PSOE mantiene la perspectiva de cumplir con un calendario según el cual la investidura se aprobaría durante la semana próxima, de forma que Sánchez llegue ya como presidente al congreso que el Partido Socialista Europeo celebra el próximo fin de semana en Málaga.

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