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Una jueza investiga al director del Puerto de Gijón por la extraña desaparición de 160.000 toneladas de carbón en Asturias

Un juzgado de Madrid investiga si la empresa EBHI, cuyo accionista mayoritario es el Puerto de Gijón, tuvo algo que ver en la desaparición del mineral guardado en sus instalaciones, incurriendo en un delito de estafa y apropiación indebida.

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Barco en el puerto de El Musel, Gijón (Asturias) (21/03/2023). — Jorge Peteiro / Europa Press

Madrid, Actualizado:

El director general de la Autoridad Portuaria de Gijón, José Manuel del Arco, y otros dos altos cargos de la empresa semipública European Bulk Handling Installation S.A. (EBHI S.A.), encargada de gestionar la terminal de graneles sólidos del puerto asturiano, están siendo investigados por un presunto delito de estafa y apropiación indebida por su posible implicación en la desaparición de 160.000 toneladas de carbón de sus instalaciones. Así se recoge en el auto dictado el pasado 27 de mayo por la jueza Carmen Neira, titular del juzgado de instrucción nº3 de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y al que ha tenido acceso Público en exclusiva.

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Junto a EBHI, la jueza también investiga a otras dos empresas privadas que operan en el puerto, así como a directivos y empleados de las mismas: Marítima del Principado S.L. y Natural Mining Resources 1926 S.L. (NMR S.L.). La primera es la agencia de aduanas, es decir, la encargada de gestionar la inspección y control de las mercancías, su documentación, así como el cálculo y pago de aranceles. La segunda, NMR, es una de las joyas del ecosistema empresarial del Principado. Al menos, hasta que se declaró en suspensión de pagos y solicitó el concurso de acreedores en 2021. Detrás de ella, al otro lado de un enrevesado entramado societario, se encuentra el empresario Antonio Boluda. A pesar de su discreto perfil, Boluda y su empresa fueron calurosamente recibidos por las autoridades de la región tras prometer en 2018 la creación de miles de puestos de trabajo en el sector minero, cuyo fin en Asturias ya se sentía cerca. En cambio, su actividad empresarial dejó a su paso impagos y deudas que se elevaron, en el caso del puerto, a los más de 2 millones de euros, y por las que la empresa ahora enfrenta numerosas demandas judiciales.

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De hecho, era a Boluda a quién la jueza de Pozuelo de Alarcón investigaba en primer término después de que la Guardia Civil llevara a cabo escuchas telefónicas del empresario y sus allegados. A Boluda se le imputan delitos de estafa agravada, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales. Es en el marco de esta instrucción cuando se suman a esta causa otras diligencias previas llevadas a cabo por un juzgado de Gijón en el que también se investiga a Boluda por "idénticos hechos".

Además de al director general de la Autoridad Portuaria y gerente de la EBHI, José Manuel del Arco, en esta otra instrucción se investiga la responsabilidad en estos hechos de Lucía Herrero Batalla, directora general de EBHI y Amalio Álvarez Paredes, director de operaciones de la empresa. También se estudia el papel de Marítima del Principado y sus empleados Javier Guardado, Carlos Marqués y Jorge Rodríguez. Todos ellos han sido citados para declarar ante la jueza entre finales de septiembre y principios de octubre.

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Las tres empresas –EBHI, Marítima y NMR– son piezas fundamentales de la actividad portuaria de Gijón. Y las tres, según la instrucción en curso en Madrid, podrían tener alguna responsabilidad en la desaparición de 159.984 toneladas de grano que, tal y como desveló Nortes a principios de año, fueron adquiridas por NMR en 2020 a la compañía suiza TELF AG para su posterior venta. Según los documentos a los que ha tenido acceso Público, el trato era que NMR pagaría a esta empresa un 30% del valor del mineral al adquirido, y el 70% restante, al venderlo. Hasta ese momento, TELF conservaría la propiedad del carbón.

Pero ni NMR vendió el mineral, ni lo devolvió a su propietaria. La mercancía quedó custodiada por la EBHI en el puerto, sin que nadie tuviera, aparentemente, permiso para moverla, más que TELF. Sin embargo, de acuerdo a los documentos consultados por este periódico, tras más de tres años varado en sus instalaciones, las casi 160.000 toneladas de carbón han ido, poco a poco, disminuyendo. Si la mercancía salió del puerto debió de haber colaboradores necesarios que la trasladaran y permitieran dicho movimiento.

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"Hay una cosa clara, nada se mueve en el puerto sin permisos", explica a Público, Nacho Fuster, secretario general de Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) de Asturias. Es la presunta responsabilidad contractual de EBHI y Marítima del Principado lo que ahora investiga el juzgado de Madrid. EBHI ha asegurado en un escrito formal consultado por este periódico que, de tener que devolver las 160.000 toneladas, "las consecuencias económicas serían letales e irreparables", provocando su quiebra y con ella, el fin de más de 150 puestos de trabajo directos e indirectos.

Pero para comprender qué papel pudieron tener estas empresas en la desaparición del carbón es necesario ponerse en antecedentes. Por eso, no es aquí donde comienza esta historia, sino el 27 de octubre de 2020, con la llegada del buque de carga Berge Triglav al Puerto de Gijón –también conocido como el Musel– tras varias semanas de travesía desde su salida del puerto ruso de Táman, en el Mar Negro.

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Un barco llega de Rusia

A mediados de 2020, NMR era todavía una empresa aparentemente solvente. Importaba una gran cantidad de carbón de Rusia que después vendía a terceros con amplios márgenes de beneficio, según la prensa local. Por ello, su relevancia creció como la espuma en la región minera, donde estableció sus principales oficinas. Alentada por la buena prensa que generaban los excelentes resultados de esta compañía, la suiza TELF AG, le vendió a NMR casi 160.000 toneladas de carbón de origen kazajo. El contrato se firmó el 21 de septiembre de 2020 y un mes después, el mineral arribaba al Musel.

Fue descargado por trabajadores de la EBHI, que lo dispusieron en una enorme pila en sus instalaciones. Es entonces cuando la tercera empresa, Marítima del Principado (Marprin), aparece en escena. Esta compañía había sido contratada por NMR como su agente de aduanas en octubre de ese año. Marpin solicitó a EBHI y a TELF trasladar el carbón al depósito de aduanas. Allí podría ser tamizada por futuros compradores, que seguramente llegarían en poco tiempo: el negocio iba viento en popa. Así lo declaró el director de Innovación y Desarrollo Global de la empresa, Javier Martínez, en una intervención en la televisión pública de Asturias en octubre de 2020. "Este año estaremos cerca de las 4.000 toneladas y nuestro objetivo a medio largo plazo es estar cerca de los 10 millones de toneladas", aseguró Martínez.

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En ese punto, la empresa de Boluda sólo había pagado medio millón de euros a TELF. Es decir, una quinta parte de los más de 2,5 millones –30% del valor total del mineral– que NMR había acordado abonar previa venta del carbón a un tercero. Pero estos casi 500.000 euros sería toda la cantidad que la empresa terminaría pagando por el carbón. Tras varios requerimientos de pago y un acuerdo de compensación incumplido, TELF trató de recuperar en vano la mercancía. En febrero de 2021, la compañía suiza solicitó al Tribunal de Arbitraje de Londres que mediara entre las partes. El fallo llegó en diciembre de 2021 y en él, el tribunal dio la razón a TELF y ordenó a NMR que le permitiera acceder a su carga, además de una compensación económica. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ratificaría esta decisión un año después.

160.000 toneladas de carbón desaparecidas

Pero para entonces, NMR ya se había declarado en suspensión de pagos y en concurso de acreedores. Fue el 22 de octubre de 2021. Su mala situación económica fue la razón que esgrimió la otrora favorita del Musel para no cumplir con el laudo de Londres. Pero una sentencia del juzgado de lo Mercantil número 8 de Madrid de noviembre de 2023 obligó a la empresa de Boluda a separar la mercancía dispuesta en el Puerto de Gijón de su concurso de acreedores. Ahora sí, TELF no debía encontrar ningún obstáculo para acceder a su carga. Sin embargo, los impedimentos continuaron.

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Además, durante todo este tiempo, "hicieron cosas raras con el carbón", confirma a Público Nacho Fuster. Por ejemplo, convertir la enorme pila en "5 o 7 pilas más pequeñas". "Cuando la EBHI custodia una pila lo que suelen pedir es que no la toques", explica el líder sindical. “Todo el mundo aquí sabe que el carbón se puede mezclar con otro de otra calidad, por eso no quieres que te lo toquen" ahonda. Entonces "¿para que la divides?, es un poco raro".

Ante la sospecha de que su carbón ya no se encontraba en el puerto, la empresa suiza denunció a EBHI por daños y perjuicios en otro juzgado de Gijón. En la fase de instrucción de este procedimiento civil, EBHI aseguró que las 160.000 toneladas continuaban en el puerto, tal y como llevaba sosteniendo desde que el carbón llegó a Asturias en octubre de 2020. De hecho, EBHI certificó periódicamente a TELF que las 160.000 toneladas de carbón continuaban en sus instalaciones.

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La última vez que así se lo notificó a la empresa suiza lo declaró fue el 31 de enero de 2022. Sin embargo, EBHI continuó afirmándolo hasta, al menos, diciembre de 2022, según unas facturas que emitió a NMR por el almacenaje de la carga en sus instalaciones y a las que ha podido acceder Público. Y lo volvió a hacer en mayo de 2023, frente al juzgado de Instrucción en el que TELF había interpuesto una demanda. Sin embargo, paralelamente, gracias a un peritaje realizado por orden del juzgado ese mismo mes, la propietaria del carbón supo que, a pesar de lo informado por EBHI, habían desaparecido más de 110.000 toneladas de mineral del puerto. El paradero del carbón continúa siendo, aún, desconocido.

Este periódico se ha puesto en contacto con NMR, EBHI, Marítima del Principado y la Autoridad Portuaria de Gijón, pero en el momento de publicación de esta información no se ha obtenido respuesta.

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*Si tienes información sobre este u otro asunto puedes ponerte en contacto con nosotros en investigacionydatos@publico.es

Se ha actualizado esta información para explicar que el carbón vendido por TELF a NMR provenía de Kazajistán y no de Rusia.

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