El escenario demoscópico de la ciudad de València en la última semana de campaña electoral de cara al 28M es el mismo que en la primera. Las encuestas no decantan la balanza a favor de ninguno de los dos bloques que se disputan el Ayuntamiento y anticipan un resultado ajustado que se definirá tras una batalla voto a voto entre la derecha y la izquierda.

Según el último estudio de Key Data para Público, en la ciudad del Túria PP y Vox parten con una mínima ventaja sobre las opciones progresistas que, en ningún caso, garantiza su victoria. La fuerza más votada en el 28M sería un Partido Popular que, como ocurre en muchos de los territorios y ciudades en los que se pondrán urnas el próximo domingo, ensancha su espacio gracias al descalabro electoral de Ciudadanos.

Los conservadores obtienen en este estudio una estimación de voto del 35,9% y una proyección de 13 concejales. Si esto se produjera, el PP ganaría 14 puntos en voto y ocho concejales respecto a los resultados que obtuvieron en 2019.

"El partido más votado el 28 de mayo será el PP, que conseguirá cerca del 36% de los votos y trece concejales. Capta la mayor parte de los antiguos votantes de Ciudadanos, que desaparece del consistorio", explica Paz Álvarez, directora técnica de Key Data.

La segunda fuerza del estudio es el Compromís del actual alcalde valenciano, Joan Ribó, que perdería alrededor de cuatro puntos en voto y un concejal; con una estimación de voto del 23,9%, los de Ribó tendrían nueve asientos en el pleno del Ayuntamiento.

"El actual alcalde, Joan Ribó, pierde un concejal, con lo que a pesar de que el PSOE se ha recuperado durante la campaña y mantiene votos y concejales, puede perder la alcaldía de València al invertirse el precario equilibrio de fuerzas en este ayuntamiento", apunta Álvarez.

En este sentido, los socialistas ganan enteros y amplían ligeramente su estimación de voto respecto a 2019, lo que les permitiría conservar los concejales que tienen en la actualidad. Con una estimación del 19,7% (medio punto más que hace cuatro años), el PSOE tiene una proyección de siete concejales.

La última fuerza que entraría en el Consistorio de València es Vox. La ultraderecha mejora sus últimos resultados electorales y podría darle el gobierno municipal al Partido Popular, aunque el margen de error de los estudios demoscópicos no permiten atisbar un escenario claro.

Vox obtiene una estimación de voto del 11,2% (cuatro puntos más respecto a 2019) con la que doblaría los concejales que tiene en la actualidad, pasando de dos a cuatro. En este escenario, la suma de las derechas llegaría a los 17 concejales necesarios para obtener la mayoría absoluta, y se produciría un cambio de gobierno en la ciudad de València.

Las izquierdas sumarían tan solo un concejal menos. La candidatura de Unides Podem-EU, encabezada por Pilar Lima, estaría muy lejos del porcentaje mínimo que marca la ley electoral para poder tener representación en el Ayuntamiento y no llegaría ni al 3%.