La izquierda catalana acoge con indiferencia la idea de frente común de Iniciativa
La CUP y el Procés Constituent no se dan por aludidos. Herrera habla de "revolución tranquila" y de "reformismo subversivo"
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Algo se está cociendo en el seno de Iniciativa. Con las negociaciones para la formulación de la pregunta de la consulta enquistadas —todo hace pensar en un consenso al límite de las campanadas de fin de año—, la formación ecosocialista ha decidido centrar los esfuerzos en ampliar las raíces de su tejido social de cara al 2014. Y para ello ha puesto sobre la mesa un plan para aglutinar a activistas, gente de izquierdas, representantes de movimientos sociales e incluso otras familias políticas.
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La propuesta, expuesta por su coordinador nacional, Joan Herrera, en el Consejo Nacional de ICV del pasado sábado y compartida por su socio electoral, Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), pretende construir un espacio común que amplíe la base de la coalición y se postule como una alternativa real de poder. Dicho de otro modo, Herrera cree que ha llegado el momento de liderar un frente de izquierdas.
"Es una idea que llevamos madurando desde hace tiempo. Pero ahora la situación exige la creación de un espacio unitario. Ya no se trata sólo de los recortes, también hay un cierto riesgo de que muchas expresiones sociales, al no disponer de una unidad práctica, puedan fragmentarse. Si conseguimos crear un paraguas común para toda la gente de izquierdas, construiremos una alternativa más poderosa", argumenta a Público el líder de Iniciativa.
Tanto ICV como EUiA ya tienen fijada una hoja de ruta. El primer paso será la aprobación de un manifiesto conjunto que será publicado el próximo 18 de enero en una asamblea abierta. "Aún estamos valorando la forma en la que lo redactaremos. Hay quien ha planteado que sea un decálogo o tal vez optemos por unas preguntas. Pero no será un documento cerrado. Queremos que cuando lo presentemos sea el inicio de algo mucho más amplio, de abajo a arriba, que nazca de las asambleas de base", matiza Herrera. Para llevar a cabo esta estrategia, el líder ecosocialista afirma que su partido actuará "desde la absoluta generosidad" y se dirigirá a "aquellos que reivindican la democracia, entendiendo que la democracia, tal y como está establecida hoy, se encuentra seriamente dañada".
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El ambicioso proyecto de ICV-EUiA no sólo apunta hacia el tejido asociativo y el activismo social. El propio Joan Herrera confirma a este diario que su partido iniciará contactos con otras formaciones políticas: "Invitaremos a aquellos movimientos con los que coincidimos en las manifestaciones: mareas, plataformas, asociaciones... pero también a las familias políticas que defiendan una alternativa que parta de dos principios: el de un proyecto catalán y el de un proyecto que no esté supeditado a la derecha catalana".
La coyuntura, según Herrera, también viene marcada por las circunstancias excepcionales de la crisis. De ahí que se muestre tan optimista a la hora de valorar las invitaciones a otros partidos, incluso si una de éstas acaba en la mesa del socio del gobierno catalán o en la del PSC, del que opina que "muchos socialistas siguen teniendo ganas de construir".
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"El problema de ERC es que no podemos considerarlo una alternativa de cambio cuando está vendiendo el patrimonio público del país. Aún así, nosotros creemos que mucha parte de su militancia será imprescindible para construir este escenario". Menos receloso se muestra el líder de ICV con la CUP, una de las formaciones más sensibles con las luchas por los derechos sociales y civiles. "No sólo nos dirigimos a ellos, también creemos que debemos dar este paso con ellos. Queremos hacer un llamamiento a toda la gente que está luchando y la CUP es uno de estos activos. Es simple: unidad, unidad y unidad", sentencia.
La ilusión con la que Herrera pretende enarbolar este frente de izquierdas contrasta con la frialdad de algunos de los que podrían convertirse en sus aliados estratégicos. Joan Teran, miembro del secretariado nacional de la CUP, admite a Público que su organización no se siente "interpelada" por los planes de Iniciativa y confiesa que recibieron "con reservas" el anuncio de este proyecto.
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La CUP, según Teran, defiende "la creación de propuestas inclusivas, amplias y que favorezcan el reagrupamiento de fuerzas" pero subraya que, desde su formación, prefieren "construir espacios autónomos donde los activistas puedan expresarse y definirse de igual a igual. Desde la CUP nunca hemos pretendido representar a las luchas sociales, son las luchas sociales las que nos representan".
Curiosamente, el mismo sábado en el que se celebraban los Consejos Nacionales de ICV y EUiA, la CUP participaba en un espacio de debate (Encuentro por la Unidad Popular) junto a activistas de todo tipo de luchas. "Nosotros acompañamos a estos movimientos sociales en actos o mesas de debate. Pero respetamos su autonomía precisamente porque si analizamos el papel de la izquierda desde la Transición, uno descubre que cuanto más se apropiaron de las movilizaciones populares, más se fueron diluyendo algunos tejidos asociativos", concluye Teran.
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Con cierta indiferencia también se está viviendo el anuncio de ICV-EUiA dentro del Procés Constituent. Fuentes del movimiento encabezado por Teresa Forcades y Arcadi Oliveres aseguran que la idea de agruparse en un frente común "aún no se ha discutido". En cambio, sí recalcan que si bien la voluntad de lograr alianzas existe desde un principio, ésta está supeditada a que "los hipotéticos compañeros de viaje apuesten, como nosotros, por la ruptura con el modelo actual". Una declaración de intenciones que choca frontalmente con las estructuras más tradicionales de una organización como Iniciativa. Herrera, sin embargo, confía en que el Procés sea de los primeros en poner un pie en este nuevo escenario: "Creemos en sus ganas de sumar. Creo que entre todos podremos llevar a cabo una revolución tranquila, un reformismo subversivo, sin que haya una ruptura".
Aunque históricamente 'izquierda política' y 'movimientos sociales' no haya sido una pareja demasiado estable, lo cierto es que ICV confía en que esta vez pueda establecerse una unión duradera. Así lo proyecta Herrera: "Estamos ante una oportunidad histórica porque los valores que compartimos pueden llegar a ser mayoritarios. Y muchas veces da la sensación de que estamos siempre condenados a perder. Pues no. El Resistir es vencer de Negrín es mentira. Queremos una estrategia ganadora y creemos que ahora es más viable que nunca".