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Guerra propone una semana laboral de cuatro días para crear empleo

"Es un camino que hoy se ve muy difícil, pero que se recorrerá inexorablemente", señala el histórico diputado socialista

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El presidente de la Comisión de Presupuestos del Congreso e histórico del PSOE, Alfonso Guerra, considera que la única manera de "obligar a los empresarios a crear empleo" es implantar una semana laboral de 32 horas, repartidas en cuatro días.

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"Este es un camino que hoy se ve muy difícil, pero que se recorrerá inexorablemente y que permitirá reconstruir una vida familiar y privada que hoy es demasiado complicada", aseguró Guerra durante su intervención en la presentación del libro Los retos de Europa, publicado por la Fundación Sistema, que tuvo lugar en el Congreso.

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Para el veterano diputado socialista, hay que avanzar hacia un nuevo "reparto del trabajo" que implicará a su vez "un nuevo reparto de los ingresos económicos". Esa "revolución" laboral debe emprenderse, desde su punto de vista, "sin prejuicios" y ha de pasar por esa semana de cuatro días laborables que recomiendan los expertos en la materia.

Según Guerra, hay que poner fin a esa "espiral absurda" que se crea cuando un joven no encuentra un empleo estable hasta los 30, los mayores de 55 son despedidos y sustituidos por trabajadores "más jóvenes con menor salario" y, a la vez, se exige más tiempo de cotización para acceder a una pensión.

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Guerra está convencido de se puede salir de la crisis, incluso de que se puede hacer "rápido", pero todo depende de la "voluntad" que se tenga de lograrlo. Como ejemplo de que esto es posible glosó la política económica puesta en marcha tras la Gran Depresión por Franklin D. Roosevelt, bautizada como de New Deal, que incluyó entre otras "reformas radicales" la subida de impuestos a las rentas más altas.

"La historia demuestra que se puede salir de la depresión colectiva sólo en tres meses", dijo Guerra, quien cree que Europa está ante un "periodo de emergencia social" en el que los dirigentes tienen que elegir entre "esperar a que llegue el crecimiento económico o reaccionar con reformas que eviten el hundimiento y colapso global". "Si las decisiones políticas nos han llevado a la crisis, otras nos pueden sacar de ella", enfatizó.

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Según Guerra, la prioridad ahora es "reconstruir la justicia social", con medidas que protejan a los ciudadanos del "tsunami de los mercados financieros". "Ser gobernado por el dinero organizado es tan peligroso como ser gobernado por el crimen organizado", ha señalado, parafraseando a Roosevelt y arrancando el aplauso de su autoditorio.

También ha abogado por una "revolución fiscal verdaderamente nueva que impida el sabotaje fiscal" y por "luchar radicalmente contra los paraísos fiscales" y el dumping fiscal imponiendo tasas europeas sobre las Sicav (sociedades de inversión de capital variable) y sobre los beneficios empresariales.

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