En una campaña electoral, no solo lo que sucede en los mítines es relevante. De hecho, a menudo, es lo de menos. Así ha sucedido este lunes, jornada en la que la política internacional, la paz y la guerra, se convirtieron en el tema del día: Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, visitó a Pedro Sánchez en La Moncloa y se llevó un cheque de mil millones de euros en armas.

Así, asuntos tan de piel como la guerra en Ucrania y la invasión de Gaza, además del inminente reconocimiento de Palestina por España marcaron una jornada de campaña, en la que los candidatos de los partidos estuvieron en la carretera, pero el foco estuvo en Madrid.

La política exterior, una de las cuestiones habitualmente señaladas como de Estado, en las que los gobernantes tienden a buscar amplios consensos, se ha convertido en uno de los ejes del debate político a pocos días de la votación del 9J, que el PP plantea prácticamente como una segunda vuelta de las elecciones generales.

Las direcciones de los partidos, que compiten, en algunos casos, por el mismo electorado, elevaron el tono y cada uno trató de marcar su posición en lo relativo a dos decisiones clave: el envío de armas a Ucrania, donde hizo hincapié la izquierda, y, también, en lo que tiene que ver con el reconocimiento de Palestina como Estado, donde percutió la derecha.

Desde la izquierda se atacó al presidente Sánchez por las formas y el fondo, también, del acuerdo con Zelenski. Sumar, partido que comparte Ejecutivo con el PSOE, le exigió que llevase el acuerdo con Zelenski al Parlamento español.

Su petición fue rechazada por Sánchez. No es "necesario", dijo, y argumentó que lo pactado era un "memorándum de entendimiento" y no "un tratado internacional".

Mientras tanto, Podemos, que busca su hueco, tras la decisión de ir en solitario a las europeas, acusó al presidente de contribuir a la "escalada bélica" con el envío de armas de "tapadillo" y por la "puerta de atrás", según recoge Europa Press. Ione Belarra tachó la decisión de Sánchez de "antidemocrática" por hacerlo sin pasar por el parlamento.

Tanto los portavoces de Podemos como de ERC, Bildu y el BNG plantaron a Zelenski en el Congreso, a donde acudió por la tarde y proclamó: "La memoria de que el pueblo de España está codo a codo con nosotros en estos momentos tormentosos se grabará en la conciencia de las generaciones de ucranianos de hoy y mañana". Sí estuvieron con el presidente de Ucrania los representantes del PP, PSOE, Vox, Sumar, Coalición Canaria y Junts.

Palestina

La derecha, que no da tregua a Sánchez, en una estrategia de desgaste continuado, también arremetió contra el presidente por la guerra y por la paz y por la política exterior. Además del tema de Ucrania, también utilizó el de Palestina, un asunto sobre el que Zelenski, junto a Sánchez, se limitó a afirmar que él cree en una solución de dos Estados para ese conflicto.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, manifestó por la mañana, que, a su juicio, reconocer "en este momento" al Estado palestino es "más perjudicial para los palestinos que beneficioso".

"Estando a favor del reconocimiento de los dos estados, en este momento, le vamos a hacer más daño al pueblo palestino que beneficio. Y vamos a empoderar a Hamás, que me parece el mayor disparate, porque el mayor enemigo del pueblo palestino es Hamás. Por consiguiente, allá el señor Sánchez y sus decisiones. Yo no las comparto", dijo Feijóo.

Además, el presidente del PP afirmó que el PSOE utiliza Palestina con la idea de reforzarse en España."Lamento profundamente que mi país esté utilizando la barbarie para hacer política interior con independencia de la repercusión exterior de esas decisiones", manifestó, según recoge Europa Press.

Por la tarde, Feijóo trató de ahondar en las discrepancias entre los socios al respecto de las formas en el envío de más armas a Ucrania. "Esta mañana hemos estado con el presidente Zelenski, invitados por el jefe del Estado. Y mientras estábamos comiendo, sale un ministro del Gobierno diciendo que el acuerdo que su Gobierno ha suscrito con Zelenski hay que votarlo en el Congreso y, en consecuencia, no está de acuerdo con él", dijo.

"Resulta –prosiguió– que el presidente del Gobierno estaba en la comida, igual que yo. Supongo que al llegar a La Moncloa habrá cesado a ese ministro. Pues no". Para Feijóo, lo que está ocurriendo en España "no es normal".

Como ya hizo en las pasadas elecciones generales, de manera decisiva, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, estuvo en la carretera, en apoyo de la candidatura del PSOE, que lidera Teresa Ribera. Esta estuvo en Extremadura, donde reivindicó el valor de la UE y su contribución al desarrollo de la Comunidad.

Ribera también habló de política exterios. Calificó el bombardeo de Israel sobre un campo de desplazados en Rafah como "un acto de violencia escalofriante" y se declaró "especialmente orgullosa" de que el Consejo de Ministros vaya a hacer oficial el reconocimiento de Palestina como Estado este mismo martes.

Mientras, Zapatero dio un mitin en Vall d'Uixó, junto con su exsecretaria de Organización, Leire Pajín, que va en la lista del PSOE: "El verbo remontar se le da bien al PSOE y preocupa a la derecha. Remontar es creer, tener historia; remontamos la dictadura, la guerra... se nos da bien, ya lo vieron el 23 de julio", dijo, según recoge Efe, en referencia al resultado de los pasados comicios, en los que se daba por hecha una victoria de las derechas. 

El expresidente manifestó que se siente "orgulloso" de que el PSOE en el Gobierno vaya a reconocer el Estado palestino "como un grito por la paz y en favor de la dignidad de los pueblos".