El gobierno se niega a excarcelar a diez presos vascos gravemente enfermos
Tras el cese de la violencia por parte de ETA, el ejecutivo de Rajoy endureció aún más las medidas contra los reclusos enfermos: sólo dos han conseguido la libertad condicional desde 2011.
Publicidad
Actualizado:
El preso vasco Ibon Iparragirre tiene VIH. Su diagnóstico indica que está en una de las fases más avanzadas de la enfermedad. Txus Martin, encarcelado en el centro penitenciario de Zaballa (Araba), sufre esquizofrenia paranoide. A pesar de sus historiales clínicos, ambos han sido privados de cumplir el resto de sus condenas en prisión atenuada, tal como garantiza la ley. Sus nombres figuran entre los diez casos de reclusos abertzales con enfermedades graves o incurables que actualmente continúan en prisión, tal como ha decidido el gobierno del PP.
Publicidad
“Nada de esto tiene sentido”, comenta Jon Iparragirre, hermano de Ibon, quien actualmente sobrevive con un avanzado VIH en la cárcel de Alcalá Meco. “Está en un módulo normal, no en la enfermería, a pesar de su grave estado”, subraya su familiar. Se trata de su último destino tras pasar por las cárceles de Sevilla, Basauri y Navalcarnero. Debido a sus problemas de salud, un juez había aceptado que cumpliese prisión domiciliaria –siempre localizado con una pulsera telemática-, hasta que en marzo pasado la Audiencia Nacional cambió de opinión y volvió a trasladarlo a un centro penitenciario. "La cárcel sólo ha empeorado su estado y no está preparada para atender un caso como el suyo", destaca Etxerat en un informe al que ha tenido acceso Público.
Los gobiernos de PSOE y PP "han confeccionado políticas penitenciarias específicas para los presos vascos
En ese documento, el citado colectivo sostiene que los distintos gobiernos de PSOE y PP "han confeccionado políticas penitenciarias específicas para los y las presas vascas, lo que ha supuesto -además de modificaciones en el régimen penitenciario- medidas de excepción, como la dispersión y el aislamiento". "Después de todos los ensayos realizados –continúa-, una de las últimas vueltas de tuerca ha sido la denegación sistemática de la libertad ante enfermedades graves o la exigencia de condiciones de enfermedad terminal para su aplicación, como ocurrió en el caso de Josu Uribetxebarria”, fallecido este viernes.