El Gobierno ha exhumado este lunes los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, del Valle de Cuelgamuros, donde ocupaba una sepultura de honor en el centro del altar mayor de la basílica desde 1959, tras la orden del dictador de llevarle allí recién inaugurado el mausoleo franquista. La suya era la única tumba individual del mausoleo tras la exhumación de Franco, en 2019.

La operación se ha demorado hasta la una de la tarde. A las cinco y media de la mañana han comenzado los trabajos en la basílica, blindada por efectivos de la Guardia Civil, y en torno a las nueve de la mañana estaban citadas las ochenta personas autorizadas para presenciar la extracción del féretro, justo en el día en que se cumplen 120 años del nacimiento del padre del fascismo español.

En ese momento el prior de la abadía, Santiago Cantera, ha rezado un responso en memoria del fundador de la Falange, tal y como ha solicitado la familia, que ha pedido total privacidad, por lo que no ha habido presencia de medios de comunicación. José Antonio Primo de Rivera fue ejecutado por la república como instigador del golpe militar del 18 de julio de 1936. 

La comitiva se dirige ahora al Cementerio Sacramental de San Isidro, en Madrid. Un pequeño grupo de falangistas esperaban a la salida del Valle, recibiendo con gritos de "¡Viva España!" y "José Antonio !Presente!", cuando los coches fúnebres con sus restos han  abandonado el recinto en dirección a Madrid.

En virtud de la Ley de Memoria Democrática, en vigor desde octubre de 2022, los restos del padre del fascismo español no podían permanecer más tiempo en su tumba honorífica del Valle de los Caídos, que ha recuperado su nombre original de Valle de Cuelgamuros. La norma prohíbe la permanencia de los restos de los protagonistas del golpe militar de 1936 y de la dictadura franquista en lugares preeminentes, diferentes a los cementerios, para evitar su exaltación. Los restos de José Antonio podrían haber permanecido en Cuelgamuros al ser considerado víctima de la guerra civil, pero en un emplazamiento diferente a la que ha sido su tumba frente al altar mayor. 

La familia Primo de Rivera manifestó, antes de aprobarse la nueva ley, su deseo de cumplir la voluntad que el político fascista plasmó en su testamento de descansar en un cementerio católico, algo que dejó de ser Cuelgamuros tras la entrada en vigor de la ley. Ahora es un cementerio civil. 

La familia ha elegido el Cementerio Sacramental de San Isidro para la reinhumación de José Antonio. Allí descansan varios miembros de la familia, como Pilar Primo de Rivera, fallecida en 1991, fundadora de la Sección Femenina de Falange, con la que dirigió los designios de las mujeres durante la dictadura. 

Los restos de José Antonio serán reducidos nada más llegar al Cementerio de San Isidro antes de ser introducidos en una urna y depositados en la sepultura de su hermana Pilar, según ha comunicado la familia.

Se da la circunstancia de que el padre de José Antonio Primo de Rivera, el dictador militar Miguel Primo de Rivera, también fue enterrado en el mismo cementerio, tras su muerte en el destierro parisino en 1930. Sin embargo, en 1947 sus restos fueron trasladados al Monasterio de la Merced en Jerez de la Frontera (Cádiz), su ciudad natal.