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"El gobierno del PP quiere morir matando"

La resolución del Supremo contra los presos que cumplieron condenas en Francia provocará una nueva ola de recursos: sus familiares se preparan para llegar, otra vez, a Estrasburgo

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Kepa Pikabea, un histórico terrorista que recurrió la decisión de no computar el tiempo que estuvo en Francia. EFE

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BILBAO.- A pesar del tiempo transcurrido, Joxe Ramón Arkauz mantiene muy vivo el peor recuerdo de su hermano Josu, considerado por la Policía como uno de los máximos dirigentes de ETA en los años ochenta. "La primera persona que lo vio tras el período de incomunicación dijo que parecía un animal. Daba lástima". Sus denuncias sobre las vejaciones a las que habría sido sometido por la Guardia Civil llegaron al Comité Contra la Tortura de la ONU, que las dio por válidas. Josu tiene hoy 57 años y está preso en Murcia. Mañana también lo estará: la negativa del Tribunal Supremo de computar las penas cumplidas en Francia por parte de miembros de ETA aleja "la luz del final del túnel", según afirma un desolado Joxe Ramón.

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Mientras los abogados –o mejor dicho, aquellos abogados que no fueron detenidos por la Guardia Civil en la "Operación Mate" de esta misma semana- valoran el camino a seguir –y que irremediablemente les llevará al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, donde ya tumbaron la denominada "Doctrina Parot"-, los familiares de los presos afectados por esta medida no ocultaban su desazón. "Mi hermano ya cumplió lo que tenía que cumplir. Lleva 24 años preso. Ha recorrido una gran cantidad de cárceles. Lo que están haciendo con él y con los demás presos políticos no lo harían ni con el peor de los delincuentes", señala a Público Joxe Ramón Arkauz.

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