El gobierno del PP boicotea el Estatuto vasco
En el desierto, sin cantimplora
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BILBAO.- Aparentemente, la “ley para la defensa de la calidad alimentaria” no parece ser uno de esos temas que provocan chispazos políticos. Sin embargo, todo puede cambiar cuando entran en juego los intereses de Euskadi. Y si esos intereses no son los mismos que los del gobierno español, existen altas probabilidades de acabar en los tribunales. Así lo advertía esta misma semana el Gobierno Vasco, que denunciaba la enésima invasión de competencias por parte de Madrid en lo que va de legislatura.
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Según este documento, Madrid sigue negándose a transferir a Vitoria un total de 35 competencias, entre las que se encuentran la gestión de las prisiones, la seguridad social o los aeropuertos y ferrocarriles, entre otras. Matemáticamente hablando, estas cifras suponen que el 25% del Estatuto de Gernika -aprobado hace 36 años en referéndum por el 90% de los votantes- continúa sin ser acatado por la administración española. Los problemas no acaban ahí: sólo en lo que va de legislatura, el Gobierno Vasco se ha visto obligado a recurrir al Tribunal Constitucional para tratar de frenar 18 decretos y leyes del ejecutivo de Rajoy que vulneraban su autonomía. La LOMCE, los presupuestos de 2012 y 2013 o el decreto que regula el Programa de Activación para el Empleo figuran entre ellas.
En el desierto, sin cantimplora
Uno de sus compañeros más veteranos, el hasta ahora senador Iñaki Anasagasti, aún recuerda la agitada campaña a favor del Estatuto en 1979. “El presidente Adolfo Suárez nos envió a dos expertos en marketing para que la campaña estatutaria fuera un éxito”, reveló a este periódico. Tampoco se olvida del ex ministro franquista Manuel Fraga –líder de Alianza Popular y ferviente enemigo de la autonomía vasca- luciendo unos tirantes con la bandera española. Era su manera de llamar a votar por el no. Casi cuatro décadas después, Anasagasti acusa a los herederos políticos de Fraga –quien ocupó el cargo de presidente honorario del PP hasta el día de su muerte- de “recentralizar” el Estado. “Los cuatro años de Rajoy para Euskadi han sido los de un seco desierto en los que no hemos tenido ni una mínima cantimplora”, ejemplifica.
Escepticismo nacionalista
Más allá de los reproches, los principales partidos vascos miran con atención al escenario que se podría abrir tras las elecciones generales del 20 de diciembre. Pastor destaca que el PSOE “defenderá una reforma federal de la Constitución que deje claro qué competencias exclusivas son las que tiene el Estado, y a partir de ahí todas las demás corresponderán a las comunidades autónomas”. Sin embargo, en el PNV no están tan seguros de que un cambio en La Moncloa provoque, de manera automática, un acuerdo en torno al autogobierno vasco. “No tengo muchas esperanzas depositadas en el PSOE per sé. Dependerá de si necesitan nuestros votos”, comenta Esteban.
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“No a los mercadeos”
Este discurso no es del todo compartido por otras fuerzas de izquierda, como Podemos o Ezker Anitza (IU en Euskadi). “Nosotros creemos que se debe profundizar el autogobierno, pero no lo entendemos como un simple traspaso de competencias, sino como un ejercicio de soberanía popular y participación ciudadana en instituciones transparentes y cercanas”, expresa Roberto Uriarte, secretario general de Podemos en este territorio. “Vivimos una época de globalización y de capitalismo financiero que requiere replantear el papel tanto del estado como de las autonomías –remarca-, para que dejen de ser meros ejecutores de políticas impuestas por poderes transnacionales”.
La receta de UPyD
En este contexto, sólo UPyD defiende, sin pelos en la lengua, una reforma del Estatuto de Autonomía… para que tenga, precisamente, menos autonomía. “Nosotros no somos partidarios de transferir más competencias a Euskadi, sino de trasladar algunas de ellas al Estado, de la misma manera que otras que tiene el Estado deberían trasladarse hacia Europa, para ir hacia una mayor igualdad de derechos y una mayor unidad, que no significa uniformidad”, comenta el único parlamentario de esta formación en Vitoria, Gorka Maneiro. Si de él dependiese, Euskadi vería recortadas sus competencias en materia educativa o fiscal. Justo lo contrario de lo que indica el Estatuto.