Este artículo se publicó hace 8 años.
El Gobierno de Aragón agota la herencia de su ‘tío de América’
La comunidad autónoma reparte entre entidades asistenciales el último de los 21 millones de euros de la herencia sin herederos de Elías Martínez, un ingeniero fallecido en Zaragoza que resultó ser un multimillonario sin familia
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ZARAGOZA .- Elías Martínez Santiago, el multimillonario tío de América de los servicios sociales aragoneses, murió solo, sin familia, tal como había vivido. Zaragozano de nacimiento y argentino por ascendiente materno, ocupaba un destartalado piso de la céntrica calle San Miguel en el que residía “en unas condiciones ajenas a la realidad de su tiempo”, señala Xavier de Pedro en su Crónica jurídica sobre la muerte de Elías Martínez Santiago.
No tenía nevera ni televisión, pese a que había trabajado como ingeniero de Eléctricas Reunidas de Zaragoza hasta su jubilación el año anterior. La casa “ofrecía una situación de total abandono, como si hace muchos años en aquella vivienda todo se hubiese parado: paredes ajadas, muebles antiguos descuidados, alfombras enrolladas por los pasillos desde hacía mucho tiempo”, explica De Pedro, letrado de los Servicios Jurídicos del Gobierno de Aragón que llevó el pleito por el que la comunidad se hizo con el grueso de su fortuna: casi 24 millones de euros, de los que el ejecutivo autonómico recibió 21 con los que, sumados los intereses, financió la construcción de dos residencias y varios centenares de proyectos de entidades asistenciales.
El próximo 20 de julio, la Junta de Distribución de Herencias de la comunidad se reunirá para repartir entre entidades asistenciales 1.072.964 euros de ocho aragoneses fallecidos sin dejar testamento y sin familiares directos que pudieran reclamar su patrimonio. El grueso de ese dinero, 979.547 euros, supone la última parte del legado de Elías Martínez, fallecido el 31 de marzo de 1998. Procede de la venta de sus últimas acciones, explicaron fuentes de la Consejería de Hacienda.
La Junta de Distribución de Herencias, fue creada en 2001 por el Gobierno de Aragón precisamente como consecuencia del legado de Elías Martínez Santiago
Las entidades, tanto públicas como privadas, que operan en el campo de los servicios sociales en Aragón disponen ahora de un mes para pedir financiación con cargo a esos fondos destinada a “proyectos de inversión, intervención o desarrollo social debidamente presupuestados”, señala el anuncio de la licitación. Los fondos serán destinados “preferentemente” a proyectos “de prestación de asistencia social directa a los beneficiarios”, es decir, a actuaciones de “servicios esenciales para personas en riesgo de exclusión social, pobreza, enfermedad, autonomía personal/discapacidad, y refuerzo educativo”.
Una vez cerrado ese trámite, la Junta de Distribución de Herencias, creada en 2001 precisamente como consecuencia del legado de Elías Martínez, habrá repartido 26 millones de euros. El grueso de ese dinero sirvió para financiar dos residencias de ancianos, una en el barrio zaragozano de Torrero y otra en la vecina localidad de Utebo, gestionadas por el IASS (Instituto Aragonés de Servicios Sociales). La primera cuenta con 200 plazas para ancianos; la segunda, con 135 más 30 de día.
Martínez era un tipo peculiar. Dejado para las relaciones y el cuidado personal y, al mismo tiempo, avezado para las inversiones. Había salido a su madre, que ya incrementó el patrimonio que había recibido de su abuelo, un potentado argentino. Pese a su fortuna, vivió de alquiler la mayor parte de su vida, y solo al final compró el piso en el que pasó sus últimos años.
La comunidad fue
declarada heredera
universal en aplicación del Derecho Foral aragonés. Pero Elías Martínez Santiago tenía 12 millones más en Chile
Su patrimonio, compuesto por una potente cartera de acciones y unas pocas cuentas bancarias en las que acumulaba dividendos hasta que los reinvertía en nuevas participaciones, estaba repartido a partes casi iguales entre Chile y España, aunque también tuvo posiciones en EEUU, Ecuador y Argentina. Estas últimas seguían vigente a su muerte, aunque se habían devaluado hasta la insignificancia.
Soltero y sin descendencia, carecía de parientes de hasta cuarto grado, donde finaliza el derecho a heredar; en su caso, eventuales primos, tatarabuelos, sobrino-nietos y tíos abuelos. Sin embargo, sí los tenía de sexto grado. De hecho, fue la denuncia que dos de esos familiares pusieron en la Fiscalía de Zaragoza a los tres días de su muerte lo que puso en marcha la maquinaria administrativa que dejó el legado en manos del Gobierno de Aragón.
Los denunciantes no recibieron un euro, ya que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón declaró que no tenían derecho al premio del 10% que reciben quienes comunican a la Administración la existencia de una herencia abintestato —sin testamento—. Y la comunidad, tras un segundo pleito civil, fue declarada heredera universal en aplicación del Derecho Foral aragonés. Eso, en cuanto a los bienes radicados en España.
Antes de heredar, el Gobierno de Aragón tuvo que litigar en Chile, donde dos falsos parientes habían esgrimido un testamento que resultó ser falso para hacerse con los más de doce millones de euros que el discreto potentado tenía apalancados en el Banco de Santiago. Llegaron a borrar con compuestos químicos una cédula notarial de 1974 para reescribirla, aunque cometieron un error garrafal: incluyeron, junto a los números del DNI del ingeniero, la letra que le correspondía… a partir de 1990. Tuvieron que devolver la parte de la que se habían apropiado tras un alambicado episodio de pleitos civiles y criminales cruzados contra los falsificadores y contra los parientes españoles y otros chilenos de Elías Martínez.
Llegaron a borrar con compuestos químicos una cédula notarial de 1974
para reescribirla,
aunque cometieron un
error garrafal:
incluyeron, junto a los números del DNI del ingeniero, la letra que le correspondía…
a partir de 1990
Aragón accedía inicialmente a ceder el 10% de las propiedades —1,2 millones, el equivalente al premio— a los últimos, que habían impedido que los primeros hicieran con el grueso de la fortuna. Sin embargo, la revalorización de las acciones en los cuatro años transcurridos desde la muerte del ingeniero y los previsibles efectos de una serie de normativas —la tributaria, entre otras— hicieron aconsejable cerrar un acuerdo por el que la comunidad se quedaba algo más de seis millones de euros mientras los familiares y el Estado chileno recibían otras partes. “Ingresos que procediendo de una herencia y de bienes situados en un país extranjero pueden considerarse como una oportunidad única”, señala De Pedro.
¿Pero de dónde sale la diferencia entre los 17 millones de euros que heredó Aragón
—once en España y seis en Chile— y los 21 que ha gestionado? Por sorprendente que pueda parecer, de una más que adecuada gestión del dinero público en la Consejería de Hacienda durante dos décadas.
La ley que tuvieron que tramitar las Cortes de Aragón en el año 2000 para habilitar al Gobierno como gestor de la herencia preveía que el patrimonio de Elías Martínez iba a ser consumido, aunque obligaba a ese departamento a tratar su dinero, y especialmente sus acciones, "atendiendo a las expectativas propias de la evolución del mercado financiero, en bolsa y a su precio de cotización oficial". Lograron un rendimiento superior al 20%.
La comunidad autónoma había adquirido en 1995, tras una modificación de la Compilación del Derecho Civil de Aragón y la Ley de Patrimonio, el derecho a heredar el patrimonio de los aragoneses fallecidos sin otorgar testamento y que carecieran de parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad. Hasta entonces iban al Tesoro estatal.
Desde julio del año pasado, puede repudiar los legados intestados cuyas deudas y gastos de tramitación superan el valor de los activos. Se queda el 3% en metálico de las que ingresan para costear la gestión.
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