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Del furor de la OTAN al gasto militar: un año de disputas entre PSOE y UP por la guerra de Ucrania

Los partidos del Gobierno de coalición han mantenido importantes discrepancias sobre el rol que deberían tener España y la Unión Europea en el conflicto. Unidas Podemos lidera este viernes en Madrid la III Conferencia Europea por la Paz con la izquierda internacional para pedir el fin de la guerra y una apuesta clara de los gobiernos por la diplomacia.

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Imagen de archivo de Pedro Sánchez y Joe Biden durante la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid en 2022.

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La invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero de 2022 provocó un seísmo geopolítico de primer orden en todo el mundo y, en especial, en Europa. Desde entonces, en el Gobierno de coalición tiene lugar una disputa sobre dos posiciones estratégicas (abanderadas cada una por los dos partidos del Ejecutivo, el PSOE y Unidas Podemos) que, en líneas generales, sintetiza un gran debate internacional acerca de la guerra.

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En el último año estos dos espacios han protagonizado diferentes choques a cuenta de las decisiones relacionadas con el conflicto, abriendo así un enfrentamiento que, al igual que la guerra, parece lejos de cerrarse a día de hoy. 

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La posición que ha mantenido el PSOE desde el principio durante todo este tiempo es de alineamiento total con los postulados consensuados en el seno de la OTAN y la UE. Eso provocó que ante la decisión a nivel europeo de enviar armamento a Ucrania, primero se esperara a ver qué hacían el resto de países. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es un firme defensor de la coordinación comunitaria y en líneas generales ha incidido en la necesidad de reforzar la seguridad de los países, el apoyo al pueblo ucraniano y su Gobierno pero sin abandonar la vía diplomática. 

En Unidas Podemos las decisiones y posiciones adoptadas han evolucionado en algunos sectores del espacio. Desde el principio, Podemos se opuso de manera frontal al envío de armas a Ucrania y defendió la salida diplomática como la única resolución viable del conflicto, en contraposición con un escenario de escalada bélica que, a su juicio, solo provocaría que se extendiera en el tiempo. 

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La líder del espacio y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, defendió también la diplomacia y la paz como los objetivos fundamentales de cualquier acción política, pero no se opuso al primer envío de armas decidido por el ala socialista del Gobierno porque, argumentó entonces, los pueblos tienen derecho a la legítima defensa cuando son agredidos, como sucedió en el caso de Ucrania tras la invasión rusa.

Esto provocó que en marzo del pasado año tuviera lugar un choque soterrado en el seno del espacio confederal sobre cómo defender posiciones no belicistas en medio de una guerra que había llevado a Europa a un rearme militar y a un refuerzo de las posiciones atlantistas. A día de hoy, en Unidas Podemos la línea es unitaria y pasa por la defensa de una estrategia autónoma para la Unión Europea que la libere de las ataduras y la respuesta ante los intereses de la OTAN y de Estados Unidos en el conflicto. 

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Primer envío de armas y cumbre de la OTAN

Fue precisamente en marzo de 2022 cuando tuvo lugar la primera gran discrepancia en el seno del Gobierno. Pedro Sánchez había manifestado previamente que su intención no era la de enviar armamento a Ucrania; sin embargo, el presidente cambió de criterio después de que muchos países europeos (entre ellos Portugal, donde también hay un Gobierno socialista) optaran por hacerlo.

Primero solo se decidió enviar ayuda humanitaria pero días después se acordó aportar 40 millones de euros, también para armas, al llamado "Fondo europeo de la Paz", un mecanismo de la UE. El líder del Ejecutivo comunicó a UP su decisión apenas unas horas antes de anunciarlo ante el Congreso y su giro fue interpretado por Podemos como una cesión del PSOE a las presiones de la derecha y su alejamiento de la vía diplomática.

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La tensión respecto a este asunto se elevó con la celebración de la cumbre de la OTAN en Madrid en junio. No solo por el tradicional rechazo de la izquierda a estas reuniones del atlantismo y su respuesta con las denominadas "contracumbres" (que beben del 'no a la guerra' que estuvo en el germen del nacimiento de una fuerza como Izquierda Unida), sino por los acuerdos alcanzados en la misma.

Sánchez se comprometió a elevar el gasto en Defensa (algo que ya había anunciado antes de la celebración de la cumbre) y a aumentar la presencia militar de Estados Unidos en la Base Naval de Rota (Cádiz), dos promesas que encendieron las alarmas en Unidas Podemos.

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De hecho, el espacio confederal avanzó que votaría en el Congreso en contra de la llegada de más destructores a esta base militar, aunque finalmente el PSOE resolvió el asunto recurriendo al convenio de seguridad bilateral de España y Estados Unidos, lo que le permite evitar el trámite parlamentario. 

Gasto militar vs inversión social

La tensión entre los socios de la coalición llegó a su punto máximo en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado de 2023, momento en el que tuvo lugar una disputa que se dio en dos actos. Primero, en julio el Consejo de Ministros aprobó un crédito extraordinario de 1.000 millones de euros para Defensa, en línea con el incremento del gasto militar comprometido por Sánchez ante la OTAN. 

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Unidas Podemos denunció que los socialistas habían hecho que pasara desapercibido y Yolanda Díaz pidió, incluso, una reunión urgente de la mesa de seguimiento del pacto de coalición, el órgano informal encargado de dirimir las discrepancias más profundas entre el PSOE y Unidas Podemos.

El segundo acto, más conflictivo que el anterior, se dio directamente en la aprobación de los Presupuestos. Antes de sentarse a negociar, los socialistas pactaron con los de Yolanda Díaz no computar la mayor parte del aumento en Defensa en el techo de gasto, para que no compitiera con otras partidas presupuestarias, en concreto las destinadas a desplegar políticas sociales.

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Con esta fórmula, el presupuesto de Defensa era de poco más del 6% (un 8,4% con el impulso de los fondos europeos), una cifra inferior a la de ministerios sociales como el de Igualdad o el de Derechos Sociales. Sin embargo, finalmente la inversión destinada a políticas de Defensa se elevó en un 25,8% respecto al ejercicio anterior (sumando créditos extraordinarios y planes de modernización que no se computan en el denominado techo de gasto), una cifra que provocó una disputa importante en el Gobierno, pero también en el seno de Unidas Podemos, ya que algunas voces aseguraron conocer este incremento mientras que otras acusaron a los de Sánchez de ocultarlo.

Una conferencia por la paz de la izquierda europea

La última polémica tiene que ver con el envío de tanques Leopard a Ucrania. Una decisión que se precipitó hace pocas semanas tras el cambio de postura de Alemania y otros países al respecto. "No se entendería que estuviéramos en otro lugar", dijeron entonces desde Moncloa. De nuevo el ala socialista del Gobierno insistía en que tenía que mantener sus compromisos internacional y que no podía quedar aislado. 

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Un síntoma de que la brecha por la guerra no se ha cerrado es que este viernes la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, participa en la III Conferencia Europea por la Paz que se celebrará en Madrid para pedir la desescalada militar y el fin del conflicto en Ucrania.

Esta conferencia es una iniciativa de La Izquierda en el Parlamento Europeo que organizan Podemos, Die Linke y el Parti du Travail de Belgique (PTB), y en el que también participan Enrique Santiago (secretario general del Partido Comunista de España), Gerardo Pisarello (vicepresidente de la Mesa del Congreso y diputado de los comuns), así como representantes de Izquierda Unida, Alianza Verde, ERC, EH Bildu y BNG.

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A nivel europeo, participarán representantes de fuerzas políticas como Die Linke (Alemania), Parti du Travail de Belgique (Bélgica), Syriza (Grecia), Bloco de Esquerda (Portugal), La Francia Insumisa (Francia), Sinistra Italiana (Italia), Potere al Popolo (Italia), HDP (Partido Democrático de los Pueblos, Pueblo kurdo), Alianza de la Izquierda (Finlandia), Partido de la Izquierda (Suecia), Partido de la Izquierda Europea o Grupo de la Izquierda (Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa) junto miembros de la sociedad civil.

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