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El frente común de PP y Vox avanza a diferentes ritmos en los territorios

El del País Valencià era el acuerdo que más difícil parecía y se ha cerrado rápido, mientras que el de la Región de Murcia, más sencillo, se ha torcido. En Vox se ven más fuertes para exigir. 

Feijoo
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la reunión de la Junta Directiva Regional del PP-A, a 06 de junio del 2023 en Sevilla. Francisco J. Olmo / Europa Press

Mientras en Alemania la CDU (Unión Cristianodemócrata) reivindica el cordón democrático a la extrema derecha —"mientras yo lidere mi partido no habrá ningún tipo de cooperación con esa formación", dijo hace diez días el derechista Friedrich Merz—, en España el goteo de acuerdos de gobierno entre la derecha y los ultras no ha hecho más que empezar. Así, aunque no todos los pactos serán iguales, todos llevarán las mismas firmas: la del Partido Popular y la de Vox.

El alcanzado este martes en el País Valencià, del que poco más se sabe que un principio de acuerdo programático de cinco puntos vacuos, así como el traslado del candidato de Vox condenado por violencia de género al Congreso en cumplimiento de la "línea roja" del PP, fue el primer gran abrazo con la extrema derecha de la era Feijóo. Poco después se firmaba un pacto idéntico en Elche (Alacant), y este miércoles PP y Vox han sellado otra coalición en Burgos (Castilla y León). 

En Castilla-La Mancha también están al caer Toledo, Guadalajara, Talavera de la Reina, Albacete y Tomelloso. "Los acuerdos están prácticamente hechos", aseguran fuentes populares. Y añaden: "Los pactos se están cerrando pueblo a pueblo y el entendimiento es bueno". Tan bueno que el PP de Paco Núñez ha roto la estrategia nacional de su partido para garantizarse el poder de la mano de Vox

Sin vetos programáticos

Feijóo viene justificando en los últimos días que si el PP está intentando gobernar aún no siendo la lista más votada es porque el PSOE nunca aceptó este pacto. Es más, este miércoles hizo uso de este mantra electoral para responsabilizar a los socialistas del acuerdo en el País Valencià: "Si esto se hubiese hecho en València, probablemente no estaríamos ante la necesidad perentoria de ese acuerdo".

Cuando pocas horas después el PSOE de Castilla-La Mancha le ofreció al PP un pacto para dejar gobernar la lista más votada en los municipios de la región los populares dijeron 'no' y prefirieron los acuerdos ya atados con la extrema derecha.

Negociaciones que se están haciendo a nivel municipal —al menos por la parte popular, donde acusan a los cuadros territoriales de Vox de depender totalmente "de la estructura nacional"— y a las que ni las direcciones autonómicas ni Génova han puesto vetos ni condiciones a nivel programático

Cerca el pacto en Extremadura

Cerca también parece el pacto en Extremadura. Lo cierto es que la líder del PP extremeño, María Guardiola, fue la primera dirigente popular en reconocer abiertamente su intención de gobernar con la extrema derecha. Las negociaciones empezaron la semana pasada y ambas partes mantienen discreción.

Puesto que el pleno de constitución del Parlamento de Extremadura será el próximo martes 20 de junio, el pacto entre PP y Vox podría llegar en pocos días, ya que el reparto de los puestos de la presidencia de la Cámara formará parte del acuerdo. 

Ruido y acuerdos en Murcia

Esto ha sido precisamente lo que ha provocado la bronca —inesperada incluso para algunos miembros del PP— en la Región de Murcia. Fernando López Miras se quedó el pasado 28 de mayo a dos escaños de la mayoría absoluta y necesita el apoyo de Vox para gobernar. Crecidos por el éxito de la negociación en el País Valencià, la extrema derecha exigía la presidencia de la Asamblea de Murcia, pero el PP les ha dejado fuera. 

Vox amaga ahora con forzar una repetición electoral. "Somos los más votados, tenemos más escaños que toda la izquierda y queremos gobernar. Fernando tiene toda nuestra confianza", dicen fuentes de Génova. Paradójicamente, el acuerdo que más sencillo parecía es el que más se ha tensado. 

Pero, en medio del ruido, derecha y extrema derecha han cerrado ya un acuerdo en el municipio de Molina de Segura —donde el PSOE fue el partido más votado— que será ratificado este sábado cuando se constituya el gobierno local. Por exigencia de Vox habrá dos nuevas concejalías: Familia y Seguridad

Aragón, lento y discreto

A otro ritmo, la aritmética es distinta, Jorge Azcón hace lo propio y negocia el apoyo de la extrema derecha para gobernar Aragón. El dirigente popular le ha ofrecido a Vox la secretaría primera de la Mesa de las Cortes, pero a la extrema derecha no le parece "suficiente". Azcón tratará de amarrar un pacto con la Chunta Aragonesista y el Aragón Existe para reducir a mínimos la dependencia de Vox.

También necesitarían al partido de Abascal en las ciudades de Huesca y Zaragoza. "Tendremos que seguir colaborando para llegar a pactos", reconoce Natalia Chueca, previsiblemente futura alcaldesa de Zaragoza. 

Algunos de estos pactos que ya están cerrados, otros anunciados y la mayoría cocinándose con un ojo puesto (o los dos) en el relato de ambas formaciones de cara a la campaña para las generales. En el PP apostaban en un inicio por dilatar los acuerdos para que salpicasen lo mínimo posible a Feijóo, pero el riesgo a que las negociaciones naufragasen giró la estrategia.

Ahora, Génova ha sellado su alianza con Vox y la extrema derecha se siente más fuerte tras el éxito en el País Valencià, donde le han arrancado a Mazón la presidencia de las Cortes y alguna consejería. 

Con todos los tira y afloja y sin un control de mando a nivel nacional pero sí una estrategia, la de gobernar y arrebatarle poder territorial al PSOE a toda costa, el frente común de PP y Vox avanza.

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