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Franquismo Argentina investigará los crímenes del franquismo contra las mujeres

La jueza María Servini admite la querella de Women's Link Worldwide que pide que se investiguen los crímenes que se cometieron contra las mujeres durante la Guerra Civil y la dictadura por el hecho de ser mujeres. La querella recoge seis casos concretos: Lidia Falcón, Matilde Landa, Pilar Sánchez, Margalida Jaume, Daria y Mercedes Buxadé.

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Grupo de presas en la prisión de mujeres de Palma (septiembre, 1941). En la fila superior, la cuarta por la derecha -debajo de la columna- es Matilde (texto y fotografia: "Matilde Landa") David Ginard Féron

MADRID, Actualizado:

La Justicia de Argentina investigará los crímenes cometidos por la dictadura franquista contra las mujeres por el hecho de ser mujeres. La jueza María Servini de Cubría, que instruye la única causa judicial que investiga los crímenes del franquismo, ha admitido a trámite la querella que presentó hace ahora dos años la ONG Women's Link Worldwide en nombre de seis mujeres represaliadas por la dictadura, pero también en recuerdo de todas las que fueron torturadas, violadas, vejadas y/o asesinadas por el franquismo. 

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"En la querella pusimos de manifiesto que las mujeres habían sufrido una violencia específica durante la Guerra Civil y la dictadura por el hecho de ser mujeres. Es una gran noticia que por fin se haya admitido a trámite esta querella y que se inicie una investigación específica de este tipo de violencia", explica a Público la abogada Aintzane Márquez Tejón. 

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Las mujeres sufrieron violencia sexual, torturas, el robo de bebés, el rapado y las purgas

La investigación histórica ha documentado cómo las mujeres sufrieron una doble represión durante la dictadura y la Guerra Civil: por rojas y por liberadas. La dictadura exigió a las mujeres un exceso de virtud que encarnara un modelo de decencia y castidad que limpiara la supuesta degradación moral republicana.

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Así, las mujeres que osaron desafiar al régimen de Franco sufrieron violencia sexual, ejercida por funcionarios de prisiones o falangistas que entraban a las prisiones a 'visitar' a las presas; torturas, con el mismo odio y fuerza que hacia los hombres pero con un componente de género específico hacia las mujeres en los insultos, descargas eléctricas en zonas genitales, los golpes en el bajo vientre; el robo de bebés en las cárceles perfectamente documentado hasta 1948; y el rapado y la purga con aceite de ricino para ser exhibidas en humillantes desfiles ejemplarizantes para el resto de la sociedad. 

La querella presentada por Women's Link Worldwide recoge seis casos específicos, aunque el espíritu es poder de la misma es que la investigación se pueda ampliar a un análisis más general de la represión contra las mujeres. 

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Matilde Landa

Matilde Landa prefirió la muerte a ser bautizada por la Iglesia Católica. La dirigente del PCE, presa en el penal de Mallorca en 1942, recibió un ultimátum: o aceptaba recibir el bautizo, que sería promocionado a bombo y platillo por el régimen como una gran victoria del catolicismo, o harían empeorar las condiciones de los hijos de las presas en el penal. Matilde optó por el suicidio. Era el 26 de septiembre de 1942. "No puedo, no puedo aceptarlo. Sería como prostituirme", dejó escrito en una carta de despedida. 

"No puedo, no puedo aceptarlo. Sería como prostituirme", dejó escrito en una carta de despedida.

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Landa había sido detenida en 1939 por las tropas franquistas y juzgada en un consejo de guerra. Tras pasar seis meses encerrada en los calabozos de la Puerta del Sol, ingresó en la prisión de ventas, y se convirtió de inmediato en un referente para las demás mujeres prisioneras. Después, en agosto de 1940, fue trasladada a la prisión de mujeres Can Sales, conocida con el nombre de “Las Hermanitas” (estaba bajo las órdenes de la congregación religiosa las Hermanitas de los Pobres) en Palma de Mallorca.

En esta prisión Matilde se convirtió, de nuevo, en una figura relevante y de gran apoyo para el resto de reclusas. Por este motivo, las autoridades de la cárcel se propusieron adoctrinarla y convertirla al catolicismo, con un doble objetivo, primero como maniobra propagandística del régimen y segundo como golpe de efecto para minar la moral del resto de mujeres presas. Pero Matilde Landa prefirió la muerte. 

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Lidia Falcón

La presidenta del Partido Feminista, Lidia Falcón, fue detenida siete veces entre los años 1960 y 1974 en base a los delitos de opinión y de asociación ilícita, también fue procesada en varias ocasiones por la publicación de artículos de opinión. Tras estas detenciones fue encarcelada en varias ocasiones en las prisiones de Madrid (Yeserías) y de Barcelona (Trinidad).

“Ahora ya no parirás más puta bruja”, le espetó Billy el Niño mientras le golpeaba el vientre

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Con la excepción de dos de dichas detenciones en el resto de detenciones
sufrió torturas de diversa consideración. Estas torturas fueron claramente dirigidas a su condición de mujer joven y consistieron en: golpes en el estómago y en el hígado mientras el torturador Billy el Niño, el alias de Antonio González Pacheco, le gritaba “ahora ya no parirás más puta bruja”, tal y como relató en esta entrevista concedida a Público

Pilar Sánchez Lladrés

Pilar era militante del partido socialista y vivía junto a su marido, también socialista, en el barrio obrero de La Soledat. Tenían cuatro hijos. En julio de 1936 amigos de Pilar la recomiendan que se esconda y así lo hace. Días más tarde, tropas falangistas entraron en su casa y detuvieron a su marido y a sus cuatro hijos. Tras interrogarlos, los cuatro hijos fueron puestos en libertad pero al marido de Pilar lo trasladaron a prisión.

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Pilar fue violada por al menos dos grupos de falangistas antes de ser ejecutada y abandonar su cuerpo en la puerta del cementerio

Al no saber lo que ocurría con su familia, Pilar decidió salir de su escondite y pocos días después fue denunciada y detenida por miembros de La Falange, que la trasladaron en coche junto con cuatro falangistas, cerca del predio de Son Ganyada. Un hombre que se encontraba cazando en la zona relató que pudo ver cómo los cuatro hombres la hicieron bajar del coche a la fuerza y comenzaron a golpearla y a violarla.

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Después la llevaron al cementerio de Sencelles donde otro vecino fue testigo de cómo Pilar volvió a ser violada por otros falangistas que después la ejecutaron y abandonaron su cuerpo a las puertas del cementerio. Era el 18 de septiembre de 1936. 

Margalida Jaume Vandrel

Margalida y su esposo eran relojeros en la localidad mallorquina de Manacor.
Tenían dos hijas, Antonia y Francisca, de 8 y 11 años de edad en el momento
de ocurrir los hechos. En agosto de 1936, sin motivo aparente, Antoni, el marido de Margalida, fue trasladado a la comisaría de Manacor donde fue retenido. Tras una semana sin noticias suyas, un grupo de franquistas se personaron en el domicilio familiar y explicó a Margalida, embarazada de 7 meses, que iban a poner en libertad a su marido pero que necesitaban que ella fuera para tomarle declaración.

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Margalida, sin embargo, quedó detenida junto a su marido. Los dos sufrieron todo tipo de humillaciones y torturas y finalmente fueron ejecutados. Años después, un
vecino del pueblo contó que vio a uno de los falangistas violando a Margalida y que le escuchó decir: “Nunca me había gozado a una embarazada”. Margalida continúa desaparecida a día de hoy. 

Daria y Mercedes Buxadé Adroher

Daria y Mercedes eran hermanas y vivían en Barcelona. En el mes de agosto
de 1936 se embarcaron en una expedición republicana como personal sanitario
rumbo a Mallorca. Las acompañaban otras tres enfermeras. Pasadas unas semanas se inició la persecución y eliminación de todas las personas que
quedaron aisladas en la isla.

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Las cinco enfermeras fueron detenidas por tropas franquistas la mañana del 4
de septiembre y trasladadas a un cuartel general en Sa Bassa. Ese mismo día
las mujeres fueron interrogadas. Las autoridades ordenaron que todas ellas
fuesen examinadas para comprobar su virginidad. Se encargaron unas monjas. Tras ello, siempre de acuerdo a la querella de la ONG, fueron brutal y repetidamente violadas por un grupo de falangistas.

Se cree queal día siguiente fueron conducidas al cementerio de Son Coletes, donde fueron asesinadas. Se supone que sus restos reposan en una fosa común de ese cementerio que, a fecha de hoy, aún no se ha podido exhumar. 

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