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 Francia y la migración en Canarias resucitan la presión del PSOE al PP para un improbable cordón democrático a Vox

Los socialistas insisten en exigir a Alberto Núñez Feijóo que rompa con Vox. La idea de aislar a la extrema derecha comenzó especialmente en 2022 cuando el partido de Santiago Abascal entró en el Gobierno de Castilla y León. 

Pedro Sánchez y los integrantes del Gobierno observan a Alberto Núñez Feijóo en el Congreso el pasado 26 de junio.
Pedro Sánchez y los integrantes del Gobierno observan a Alberto Núñez Feijóo en el Congreso el pasado 26 de junio. Eduardo Parra / Europa Press

La petición no es nueva, ni mucho menos. Es reiterada. Pero de vez en cuando el PSOE la rescata con más fuerza. Se trata de la petición de los socialistas al PP de romper con Vox. De hacer un cordón democrático frente a la extrema derecha. Lo ocurrido en las elecciones de Francia y el asunto de la acogida de los menores migrantes por parte de las comunidades autónomas han hecho que esta idea se recupere de nuevo. 

Desde el partido que lidera Pedro Sánchez han puesto este asunto encima de la mesa en sus mensajes desde el lunes. La vicesecretaria general del PSOE y vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, apuntó en esa dirección pocas horas después de la victoria de la izquierda frente a Marine Le Pen en el país vecino. "Lo mejor que puede hacer el PP es lo que ha ocurrido en Francia, poner un cordón sanitario a la ultraderecha y volver al cauce democrático", destacó. 

El mismo mensaje ha reiterado, en varias ocasiones, la portavoz del Gobierno Pilar Alegría durante la rueda de prensa ofrecida en Moncloa este martes tras el Consejo de Ministros. En esta ocasión a cuenta de la reforma de la ley de extranjería y las amenazas de Vox de romper sus gobiernos de coalición si el PP decidía pactar la reubicación de miles de menores migrantes desde Canarias. 

Estas peticiones se suman a acciones concretas llevadas a cabo durante las últimas semanas en territorios como Castilla y León o Illes Balears. En el primero de ellos, el líder de los socialistas, Luis Tudanca, ofreció al presidente autonómico Alfonso Fernández Mañueco una serie de acuerdos puntuales si rompía con la extrema derecha, integrada en su Gobierno. 

Los populares hicieron oídos sordos a esa propuesta. Precisamente tras las últimas elecciones en Castilla y León en 2022, tras las que entró por primera vez Vox a un Gobierno autonómico, resonó con fuerza el tema del cordón sanitario o democrático desde las filas del PSOE. Curiosamente aquellos hechos coincidieron con las elecciones presidenciales en Francia, donde Emmanuel Macron y Marine Le Pen se disputaron la segunda vuelta, con victoria del primero. 

"La foto de Colón enterró a Cs, hoy la nueva foto de Colón tiene lugar en Valladolid. Le pedimos responsabilidad y que una vez por todas no haga el juego a la extrema derecha", señalaron entonces desde Ferraz.

Previamente, el propio Sánchez había lanzado una oferta directamente al PP en el Senado. "Si ustedes quieren la abstención pregunten al PSOE en Castilla y León y expliquen por qué se niegan a tener un gobierno de coalición con la ultraderecha. "Si explica que hay que poner un cordón sanitario a lo mejor nos podemos entender", le dijo al portavoz de los populares en la Cámara Alta, Javier Maroto. 

También el PSOE intentó un movimiento en Illes Balears. La secretaria general de los socialistas en dicho territorio y presidenta del Congreso, Francina Armengol, ofreció al PP sus votos para echar a la Presidencia del Parlament a Gabriel Le Senne y poner a uno de los populares. El dirigente de Vox había roto días antes una foto de la víctima del franquismo Aurora Picornell y expulsó a dos diputadas socialistas. Los populares rechazaron la oferta. 

Movimientos y acuerdos puntuales 

Desde Ferraz niegan que estos dos movimientos concretos respondan a una estrategia coordinada desde la dirección federal. Las federaciones tienen su autonomía y cada territorio tiene sus particularidades, defienden en la dirección federal. No se descartan, en todo caso, posibles ofrecimientos similares. 

La realidad es que desde la entrada de Vox en el Gobierno de Castilla y León, la alianza con el PP no ha hecho más que crecer. Después de las elecciones municipales y autonómicas se crearon numerosos gobiernos de coalición tanto en comunidades autónomas como ayuntamientos.

El PSOE, con Sánchez a la cabeza, ha explotado la asimilación de Feijóo con la extrema derecha, que ahora tiene también la participación de Alvise Pérez. De hecho esa relación ha sido una de las principales bazas electorales de los socialistas tanto el 23J como el pasado 9 de junio. 

Más allá de "poner frente al espejo" al líder del PP, en Ferraz no ven signos de que haya posibilidad de ruptura entre ambas formaciones. Si la hubiera, destacan fuentes socialistas, se abren a la posibilidad de "acuerdos puntuales". Pero ese escenario no parece ahora cercano. En la cúpula del PSOE califican de reiterativas las amenazas de Vox. "No son nuevas. Pero más allá de ellas, el señor Feijóo tiene una oportunidad para dejar de hacerle la ola a la ultraderecha", destacó Alegría este martes. 

Los populares, por su parte, han insistido en que Sánchez rompa los pactos con ERC o EH Bildu, especialmente. Feijóo, además, llegó a proponer una solución de entendimiento entre ambos partidos con una serie de pactos de Estado y una legislatura de dos años gobernando él como lista más votada "en aras de la centralidad". 

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