Este artículo se publicó hace 2 años.
Feijóo promete acabar con la pobreza en España pero dejó casi 600.000 personas en situación de exclusión en Galicia
El número de personas que no pueden acceder a bienes y servicios básicos creció en 57.000 durante los trece años en los que el líder del PP estuvo al frente de la Xunta.
A Coruña-Actualizado a
Si Feijóo conoce la receta para acabar con la pobreza en España, lo cierto es que en Galicia no la ha aplicado. O sí, y sucede que no funciona. Después de sus trece años de mandato, la comunidad tiene 597.264 personas pobres, casi 22.000 más que en el año 2008, el inmediatamente anterior a su llegada al Gobierno de la Xunta. De ellas, más de 312.000 son mujeres, y otras 253.000 están en situación de pobreza severa.
Los datos están disponibles en el undécimo Informe Arope (las siglas de la expresión inglesa at risk of poverty and exclusion, es decir en riesgo de pobreza y exclusión) que publicó el año pasado la Red Europea Contra la Pobreza (ENAP, en sus siglas en inglés), una coalición de ONGs, asociaciones y plataformas involucradas en la lucha contra la exclusión social en la UE.
El pasado martes, Feijóo habló de pobreza y riqueza durante su intervención en un acto de la Asociación de Trabajadores Autónomos. "En un país que tiene como objetivo fundamental crear riqueza, hay gente que su objetivo fundamental es acabar con la riqueza. Acabar con los ricos. Yo creo que el objetivo fundamental es acabar con la pobreza. Si no acabamos con la pobreza, repartiendo la riqueza, es absurdo acabar con la riqueza para hacernos más pobres a todos", dijo.
El trabalenguas da pocos indicios de cuáles son realmente las políticas que propone el líder del PP para acabar con la pobreza en España. Pero sean las que sean, si se trata de las mismas que aplicó en Galicia, los datos advierten de que no dieron el resultado esperado. Más bien tuvieron el efecto contrario.
El 25,7% de la población de la comunidad que Feijóo presidió desde mayo de 2009 a mayo de 2022 está en situación de pobreza o exclusión social, con una renta media por debajo de los 11.469 euros al año, frente al 25,1% de 2008. El informe, que considera que una persona es pobre cuando no dispone de los recursos para satisfacer las necesidades consideradas básicas en la sociedad en la que vive.
El 9,4% de la población gallega viven en situación de pobreza severa, es decir con menos del 40% de la mediana de renta nacional, que son 281 euros mensuales para el caso de una familia con dos adultos y dos menores, o menos de 535 euros al mes si esa persona vive sola. Son más de 85.000 personas más que el año inmediatamente anterior a la llegada de Feijóo a la Xunta.
PRIVACIÓN MATERIAL SEVERA
La peor evolución se ha registrado en el segmento más vulnerable, el de personas en situación de privación material severa, que se define por su dificultad para acceder al consumo de ciertos bienes y servicios básicos. No puedan alimentarse correctamente, mantener una temperatura adecuada en sus hogares o pagar el alquiler, la hipoteca o las facturas de servicios esenciales. Durante los mandatos de Feijóo, el número de habitantes de Galicia que padecen esa situación ha crecido en más de 57.000 personas, desde las 82.463 de 2008 a más de 140.000 en 2020. La mayoría, casi 80.000, son mujeres.
Según el informe Arope, un 15% de los gallegos no pueden permitirse una comida con proteínas de carne, pollo o pescado cada dos días (eran el 1,1% de la población hace catorce años); y un 8,5% no pueden pagar en plazo alquileres ni facturas (en el 2008 el porcentaje estaba cinco puntos por debajo, en el 3,4%). El 31,3% tienen ingresos de menos de 11.685 euros anuales; el 21,1%, de menos de 9.450 euros al año, y el 9,7%, menos de 6.600 euros en doce meses.
No es la primera vez que Feijóo critica las poltícas sociales de la izquierda acusándola de querer acabar con "los ricos", con un discurso que insinúa que quienes son pobres lo son porque quieren o porque no se han esforzado en no serlo. "No creo en personas superiores a los demás. No creo que han de tener más derechos los que tienen más, pero tampoco creo a los que tienen más que se les deba señalar en la calle por haber trabajado más", dijo Feijóo en marzo pasado en Valladolid en un mitin de las primarias a la Presidencia del PP.
Los redactores del informe Arope subrayan, sin embargo, que buena parte de las personas más vulnerables ni siquiera tienen la posibilidad de salir de la miseria por sus propios medios. Es el caso de la población pensionista, cuyos únicos ingresos provienen de las prestaciones sociales y para las que "su situación de pobreza depende absolutamente de decisiones políticas y en ningún caso de su esfuerzo personal".
En la Galicia que acaba de dejar Feijóo hay más de 404.000 personas con una pensión inferior a 688 euros, el mínimo considerado para no ser pobre, y que no pueden hacer nada para dejar de serlo. Si se consideran sólo las pensiones de viudedad, recibidas mayoritariamente por mujeres, el 67,8% no llegan a esa cantidad. Un 22,1% de los y las pensionistas gallegas cobran menos de 458 euros, el listón bajo el que se sitúa la pobreza severa.
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