Feijóo pasa la escoba en Galicia y pone en evidencia a Rajoy
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Las diversas corruptelas en las que se ha visto envuelto el PP en los últimos tiempos le han pasado factura en las últimas elecciones europeas del pasado 25 de mayo. Y el presidente de la Xunta parece haberse dado cuenta, pero no así el del Gobierno, Mariano Rajoy.
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Después de que nueve concejales tuvieran que abandonar sus cargos en el Ayuntamiento de Santiago tras haber sido condenados por prevaricaricación (siete de ellos) e imputados en el caso Pokemon (los otros dos), Alberto Núñez Feijóo obligó a dimitir al alcalde de la ciudad. Ángel Currás abandonó ayer su sillón en el consistorio —que no su acta de concejal— para dejar en su puesto al actual conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández. Con él, ya son tres los alcaldes del PP que han pasado por ese cargo desde que los conservadores consiguieron la Alcaldía compostelana tras las municipales de 2011: el primero de ellos, Gerardo Conde Roa, también abandonó tras haber sido condenado por un delito fiscal.
Aunque al líder del PP de Galicia (PPdeG) aún le queda mucho por limpiar en la comunidad (varios miembros de su partido —y también del PSOE— están implicados en hasta cinco tramas distintas: Pokemon, Campeón, Carioca, Orquesta y Patos), Feijóo ya ha empezado a pasar la escoba en la región —también con la dimisión, la semana pasada, de la portavoz de su formación, Paula Prado— con la vista puesta a mejorar los resultados de los conservadores en las próximas autonómicas y municipales de 2015. Y es que, como él mismo admitió tras el 25-M, las tramas de corrupción como el caso Bárcenas tienen "un peso no menor" en la pérdida de 2,5 millones de votos que reflejaron las urnas.
Mientras, el presidente del Ejecutivo central ha hecho oídos sordos a la autocrítica de su homólogo gallego y se mantiene en su inmovilismo habitual. Varios dirigentes del partido ya auguraron que Rajoy no haría una crisis de Gobierno aunque el resultado electoral no fuera bueno y así ha sido. Salvo por algunos rumores de que podría mover a sus ministros para salvar algunos de los feudos históricos de los conservadores, relevando a sus barones, lo cierto es que hasta el momento no ha dado ningún paso al frente para mejorar la imagen de su partido.
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Rajoy se ha limitado a anunciar una mejora en la comunicación de sus políticas, pero no ha llevado a cabo ningún cambio sustancial ni en el partido ni en el Gobierno. Tampoco lo han hecho en el resto de Comunidades, a excepción de la valenciana, donde Alberto Fabra sustituyó al vicepresidente y portavoz de la Generalitat José Ciscar por la consellera de Educación, María José Catalá, tras la condena a Rafael Blasco. Aun así, su región sigue siendo la que acumula a un mayor número de políticos imputados.