Por un lado, hace campaña Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, que anda de pruebas en Andalucía de su campaña de las generales; por el otro, va Juanma Moreno, candidato a la reelección a la Junta. Este modelo, ya utilizado por el PP en la campaña de 2018 en Andalucía por Pablo Casado y el propio Moreno, les dio contra pronóstico una oportunidad de Gobierno, al asociarse con Ciudadanos y Vox, que irrumpió por primera vez. Ahora el PP busca el próximo 19J en la comunidad más poblada el voto moderado que le pueda dar una contundente victoria para conformar por primera vez un Ejecutivo monocolor y convertir así Andalucía en su feudo, robárselo al PSOE.

Para conseguirlo, cualquier anuncio es bueno, aun si se trata de una medida sin ejecutar de sus rivales. El presidente de la Junta recuperó una promesa que hizo la expresidenta Susana Díaz, la televisión gratis en los hospitales –a la que añadió el wifi–, en el verano de 2018, meses antes de ganar de forma pírrica las elecciones y perder el Gobierno.

En estos tres años y medio, Moreno no ha puesto en marcha la medida, tampoco hasta ahora había dicho que lo fuera a hacer. El presidente manifestó que existía un contrato de adjudicación a una empresa que suponía el pago de la televisión y que ese contrato "pasará a la historia" y el Servicio Andaluz de Salud se hará cargo de ese servicio, según recoge Europa Press. No concretó en qué momento.

La política tiene estas paradojas: el líder del PSOE, Juan Espadas, no llegó a rechazar la propuesta de Moreno, pero sí le restó valor: Andalucía es "la última comunidad autónoma de España en camas de hospital", por lo que "hacen falta más camas de hospital, y probablemente eso es mucho más prioritario que los televisores".

Los socialistas y Por Andalucía se quiebran la cabeza para movilizar a su electorado y evitar de este modo la debacle que presentan todas las encuestas. Confían en que los indecisos les den la vuelta a los pronósticos.

Llegados a este punto, las expectativas con las que Moreno ha entrado en la campaña –todas las encuestas le dan la victoria y todas le dan una mayoría absoluta con Vox– son tan altas, acercarse lo más posible a los 50 escaños que obtuvo Javier Arenas en 2012, el mejor resultado histórico del PP, que todo lo que se aleje de ese resultado, aun sumando con Vox y, por tanto, teniendo la posibilidad de repetir en el Gobierno, puede que le deje un sabor agridulce. Lo contrario que a Espadas.

El voto de los jóvenes

Los sondeos revelan que existe una fuerte movilización de las derechas, que Moreno no molesta a nadie y que, gracias a su imagen de hombre moderado, se puede permitir caminar hacia cierta y prudente transversalidad. Emiten también que la desmovilización de la izquierda es muy fuerte y que entre los nuevos votantes, los más jóvenes, la incertidumbre es máxima. Por tanto, ahí tienen todos votos que pescar.

Espadas, hoy, les lanzó un mensaje, en el que lleva tiempo insistiendo: la juventud será una prioridad si llega a ser presidente. Espadas, en esta línea, señaló que ahora es "el momento de apostar por más formación profesional para nuestros jóvenes, para aumentar sus posibilidades de acceder al mercado laboral". Luego, pidió el voto "a los jóvenes" en Andalucía, según recoge Europa Press.

"Los socialistas sabemos hacer campañas electorales. La derecha, que tiene mucha historia y muy mala en Andalucía, y muy poco presente y muy poco que contar" tras su primera experiencia de tres años y medio en el Gobierno de la Junta.

Para Espadas, estos días de campaña deben servir a los socialistas "para explicar qué ha hecho la derecha y qué no ha hecho en estos tres años y medio" de legislatura, así como la labor del PSOE en el Gobierno de España y qué quieren hacer desde la Junta en los próximos cuatro años si ganan las elecciones.

Espadas lanzó guiños a su electorado tradicional y reivindicó al PSOE como el partido de los trabajadores y de los pensionistas. "Si un trabajador vota a quien no defiende a sus intereses, se está equivocando con su voto", dijo. "Ahora más que nunca un pensionista sabe la diferencia entre que gobierne la derecha y gobierne la izquierda", agregó.

El líder socialista al que apoya el primer presidente de la Junta, Rafael Escuredo, tiró de la memoria de la transición y evocó el referéndum por la autonomía andaluza del 28 de febrero de 1980: "La derecha no estuvo", dijo. "Esa derecha es la que quiere gobernar en Andalucía", añadió. A juicio de Espadas, esa es una razón para movilizar a la militancia "en todos los municipios de la provincia de Sevilla, que le da mucho coraje a la derecha, porque no consigue ganar".

La batalla de Sevilla

La de Sevilla es una de las grandes batallas en estas elecciones. El PSOE ha cimentado sus victorias en esta provincia en la que en autonómicas no ha perdido jamás. Una victoria del PP sería histórica y simbolizaría como ninguna otra cosa el cambio sociológico en Andalucía que proclama Moreno y la deriva estructural hacia la derecha desde que se produjo el tirón territorial de Catalunya. Esta es en definitiva la gran pregunta de estas elecciones: ¿Será cierto que los resultados de 2018 alumbraron un cambio de ciclo y el fin de la hegemonía socialista?

Feijóo anda de gira por Andalucía, como campo de pruebas para la campaña nacional que le espera en un futuro, la que le enfrentará a Pedro Sánchez. El presidente estará este domingo en Almería, por tercer fin de semana consecutivo. Hoy estuvo su lugarteniente Felix Bolaños, ministro de la Presidencia. Bolaños llamó a votar con un "gobierno Olona-Bonilla", con "aroma a rancio, a ultraderecha y a recortes".

Bolaños llamó a la movilización. "Es importantísimo ir a votar el 19J más allá de que las encuestas parece que han dictado veredicto: falta el pequeño detalle de que los andaluces vayan ese día a las urnas y que una sociedad que es mayoritariamente progresista decida si quiere un Gobierno liderado por el PSOE para reforzar el Estado de Bienestar o quiere un Gobierno Olona-Bonilla", según recoge Europa Press.