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La fecha de la investidura fuerza a los partidos a moverse ante el bloqueo de PSOE y Podemos

ERC, PNV, Junts y Compromís no han decidido de forma definitiva si apoyarán la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno. Los de Oriol Junqueras se plantean si hacer algún movimiento para forzar un desbloqueo en las negociaciones.

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El diputado de ERC, Gabriel Rufian, pasa junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / EP

madrid,

El reloj está en marcha y el tiempo apremia. La elección de la fecha de investidura, cuya primera votación se celebrará el martes 23 de julio, ha devuelto a la política los tiempos y plazos de los que carecía en los últimos meses, marcados por las elecciones, el bloqueo político y la parálisis parlamentaria (en el Congreso ni siquiera se han constituido las comisiones de trabajo).

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Ligada a la de la investidura se encuentra la fecha de unas hipotéticas elecciones que el PSOE pone sobre la mesa desde hace semanas. Si Sánchez no sale elegido en un primer intento, no habrá una segunda oportunidad, apuntan los socialistas, y podría haber comicios el 10 de noviembre, según los plazos recogidos en el Reglamento del Congreso y en la ley electoral.

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En este contexto, los movimientos más notables de cara a la investidura los han protagonizado en exclusiva el PSOE y Unidas Podemos. Aunque ha habido reuniones de los socialistas con el resto de partidos, han sido las negociaciones entre Sánchez e Iglesias las que han marcado el paso de la investidura.

Con una fecha sobre la mesa, el papel del resto de partidos podría cambiar en los próximos días. De hecho, algunas de estas formaciones se estarían planteando hacer algún tipo de movimiento que podría desbloquear las negociaciones de la investidura. Este es el caso de ERC. Como adelantó El Periódico, y confirman a Público fuentes de la formación catalana, el partido se debate entre “pasar a la acción” o continuar esperando los movimientos del PSOE y de Unidas Podemos en sus particulares negociaciones.

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Desde el primer momento se planteó que el orden “lógico” era que Sánchez llegara a un acuerdo con los de Iglesias, su socio prioritario, para atraerse posteriormente a aquellas formaciones que podían facilitar su investidura (ERC, PNV, Junts, Compromís, PRC). Sin embargo, un movimiento de la formación catalana podría pretender un cambio en ese orden.

En ERC se plantean si mostrar abiertamente su intención de facilitar la investidura de Sánchez a través de una abstención. Este mensaje podría acercar a los socialistas a un diálogo público con el partido para iniciar un reconocimiento mutuo como interlocutores válidos con el que resolver el conflicto en Catalunya.

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Pero, además, podría tener otro efecto. Si Sánchez llega con las 15 abstenciones de ERC a la investidura (a las que se podrían sumar las 4 de Bildu, que tiene un acuerdo con ERC en el Congreso), y logra granjearse el apoyo de los seis diputados del PNV, además del de Compromís, la última pieza del puzle de la investidura sería la de Podemos, y esto podría elevar la presión sobre los de Iglesias.

El PNV apremia a un acuerdo entre PSOE y Podemos

Sin embargo, el partido vasco no parece estar en esta tesitura. Desde el PNV ya habían apuntado a que el PSOE y Unidas Podemos debían llegar a un acuerdo que ellos estudiarían posteriormente para establecer las condiciones de cara a la investidura, condiciones que serían exclusivamente programáticas. De hecho, los vascos siguen a la espera de este acuerdo . “Es bueno que se ponga el contador en marcha. Y pedimos un esfuerzo a todos los partidos políticos para llegar a acuerdos y evitar una repetición electoral que sería perjudicial y difícil de entender para la ciudadanía”, aseguran.

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También Navarra juega un papel fundamental en el hipotético acuerdo PSOE-PNV en la investidura. En función de cómo se desarrolle la investidura en el territorio foral, habrá o no un pacto en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, Sánchez todavía no tiene cerrados los apoyos de Compromís, y formaciones como Junts per Catalunya se muestran reticentes a facilitar la investidura del líder socialista.

Sánchez tiene 20 días para tratar de granjearse el mayor número de apoyos posible, además de para cerrar un acuerdo con Unidas Podemos, y los partidos que pueden facilitar su investidura podrían jugar un papel fundamental en los próximos días.

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