Este artículo se publicó hace 2 años.
Explosiones de Nord Stream, culpa de...
Inna Afinogenova
Madrid-Actualizado a
Para que entendamos la dimensión de la catástrofe, me gustaría empezar con algunas cifras. Gazprom junto con sus socios europeos han invertido en la construcción del conjunto de gasoductos Nord Stream aproximadamente 17.000 millones de euros.
Aunque ninguno de los gasoductos estaba activo en el momento de la explosión, contenían centenares de millones de metros cúbicos de gas industrial –el que crea presión dentro de la tubería y permite que se bombee gas–.El gas que escapó como resultado de las explosiones estos días costaría entre unos 600 y 800 millones de euros adicionales.
Para paliar las consecuencias de este atentado se necesitarán entre 200 y 300 millones de euros, según el periódico ruso Kommersánt. Pero antes de eso, hay que esperar a que salga todo ese gas industrial. Luego, buscar un buque para examinar las tuberías, recibir permisos de Suecia y Dinamarca... El mero examen de las tuberías llevaría semanas. Repararlas tardará meses. Volver a llenarlas de nuevo de gas industrial, supone un gasto de otros centenares de millones de metros cúbicos y, por lo tanto, de millones de euros.
Otra cifra importante, los ingresos de Rusia al vender gas a Europa han subido en 2022 casi el doble, en comparación con el año anterior, según un informe de Citigroup publicado en junio. Thierry Bros, profesor del Instituto de Estudios Políticos de París, calculó que la UE pagaba 200 millones de euros diarios a Rusia por el gas.
Yo creo que cualquier análisis debería iniciarse teniendo esas cifras en cuenta. Es probable que nunca sepamos a ciencia cierta quién ha volado el gasoducto, pero sí podemos analizar ciertas informaciones de los días previos, ciertas cifras, que son contrastables. A partir de ahí, que cada uno se crea la versión que más le cuadre.
Lo cierto es que el gasoducto Nord Stream ha sido un dolor de cabeza para EEUU y algunos de sus aliados más cercanos en Europa, como Polonia. Cuando faltaban tan solo unos kilómetros para finalizar la construcción de Nord Stream 2, desde EEUU empezaron a imponer sanciones a empresas europeas involucradas en su construcción. De esta manera, muchas se han retirado del proyecto y Gazprom asumió parte de la financiación que no estaba prevista. Todo eso, meses antes de la invasión y del reconocimiento de la independencia de las denominadas repúblicas populares del Dombás por parte de Rusia.
Marzo de 2021, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, en Bruselas dice que el proyecto Nord Stream 2 es una contradicción con los objetivos de la seguridad energética de Europa. En esa misma reunión, citando a Biden: "El presidente ha sido muy claro al decir que cree que el gasoducto es una mala idea. Es malo para Europa, y malo para EEUU".
El gasoducto no empezó a "molestar" a EEUU por la inminente invasión. En 2014, Condoleeza Rice ya dijo en una entrevista que no apoyaba que Europa le compre gas barato a Rusia. Por esta razón, la UE debería cambiar “la estructura de su dependencia energética". Este tipo de declaraciones sobre el supuesto peligro de esos gasoductos son muy anteriores a la presidencia de Biden. En 2018, Donald Trump impuso sanciones al Nord Stream 2 y le dijo al secretario general de la OTAN que Alemania era totalmente dependiente de la energía rusa.
Cuando Rusia invade Ucrania, cumple ese sueño húmedo de EEUU. Pero no basta con una simple muerte, evidentemente, no basta. Algunos piden que se le clave una estaca en el corazón. Por ejemplo, el presidente de Polonia, Andrzey Duda, dijo en agosto que el Nord Stream 2 tenía que ser totalmente desmantelado.
Casualmente, las explosiones se produjeron el mismo día que se inauguraba el gasoducto Baltic Pipe del que Polonia era el principal lobbysta. Ese gasoducto transporta gas Natural de Dinamarca y Noruega, así como el gas licuado de EEUU del Mar del Norte hacia Polonia. Así que, cuando quedó claro que los gasoductos rusos ya no sirven para nada, y al menos este invierno no servirán para nada, Blinken anunció que EEUU "ayudaría" a sus aliados europeos.
Sin embargo, todavía hay más casualidades. En junio en el Mar Báltico, escenario de ejercicios navales de la OTAN. Los buques de la Armada estadounidense pasaron a 30 kilómetros del lugar de sabotaje en su vuelta a EEUU. El 2 de septiembre, según datos de Flightradar, un helicóptero militar estadounidense sobrevuela la zona en torno a los gasoductos. Todo esto pueden ser coincidencias pero claro, cuando lo miras todo en conjunto, la versión de que el responsable haya sido Rusia parece cojear.
Los analistas que culpan a Rusia dicen que atacando su propia infraestructura le envía un mensaje a Europa sobre el daño que les podría causar. Esa versión es floja por dos cosas: Una, que para seguir chantajeando a Europa con el gas, Rusia necesita ese gasoducto funcionando, para poder abrir y cerrar el grifo
Segundo, llevamos meses leyendo a ciertos analistas que a los rusos les va fatal en la guerra. Así que atendiendo a la misma lógica de estos analistas, ¿es posible que Rusia, estando en ese estado, pueda llevar a cabo una operación tan exitosa en el Mar Báltico, controlado por la OTAN?
Antes de finalizar, dos datos más: Gazprom tiene una serie de contratos que va a tener que cumplir sí o sí. Eso significa que tendrá que bombear más gas por el gasoducto Yamal Europa que atraviesa Polonia y que es operado por el sistema de transmisión ucraniano. Si pasa más gas por ese tramo, mejor para Ucrania. Para finalizar, por primera vez desde el inicio de la guerra, después de numerosas denuncias y acusaciones de crímenes de guerra, la Cancillería rusa declaró que estarían dispuestos a participar en una investigación conjunta de lo sucedido.
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