Juicio al procés El exdiputado de la CUP David Fernàndez, sobre Vox: "Quiero denunciar la crueldad mezquina de cualquier forma de fascismo"
El exparlamentario, llamado como testigo de las defensas, accede a responder a la acusación popular de los ultraderechistas por "imperativo legal", y tras un rifirrafe con el presidente del tribunal del procés, que le ha advertido de las consecuencias legales de no contestar. "Si la autodeterminación es delito, me declaro culpable y reincidente", declaraba.
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MADRID, Actualizado:
"Quiero denunciar la crueldad ruin y mezquina de cualquier forma de fascismo". David Fernàndez, exdiputado de la CUP en el Parlament de Catalunya, respondía así este jueves a la única pregunta formulada por los ultraderechistas de Vox, que ejercen como acusación popular en el juicio a la cúpula del procés.
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Como testigo de las defensas, ante la Sala de Lo Penal del Alto Tribunal, el exparlamentario ha accedido a contestar a los ultraderechistas tras enfrascarse en un breve rifirrafe con el presidente del tribunal, Manuel Marchena, que le ha recordado las consecuencias legales de no responder a una de las partes, al estar llamado como testigo en esta 36 sesión del juicio.
Manuel Marchena: "El presidente del tribunal no está para resolver dudas jurídicas. Si usted no quiere declarar, asume las consecuencias"
El letrado y candidato de Vox a las elecciones del 28-A y del 26-M, Pedro Fernández, preguntó al exdiputado si miembros de Arran o de la izquierda abertzale participaron en talleres de resistencia pasiva en los días previos al referéndum soberanista del 1 de Octubre de 2017. "¿Si no declarase a la extrema derecha, quedaría invalidado mi testimonio?", cuestionaba el testigo al presidente del tribunal.
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Marchena le recordaba su "obligación de contestar", y que, de no hacerlo, se exponía a ser imputado por un presunto delito de desobediencia. Dos exdiputados de la CUP, Antonio Baños y Eulàlia Reguant, están precisamente en esta situación por no haber respondido a la ultraderecha. "El presidente del tribunal no está para resolver dudas jurídicas. Si usted no quiere declarar, asume las consecuencias", espetaba Marchena.
"Por imperativo legal", el testigo respondía que sí hubo miembros de Arran entre los organizadores, y no así miembros de la izquierda abertzale, aunque no podía descartar que tomasen parte en los talleres, sin desempeñar labores de organización: "Participaron miles de personas", zanjaba.
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"Si al autodeterminación es delito, me declaro abiertamente culpable y reincidente"
Fernàndez: "No hay ni una sola estrategia de planificación violenta en ningún espacio soberanista de Catalunya que el 1 de octubre llamara a responder" violentamente
A preguntas del letrado Benet Salellas, abogado de Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, Fernàndez ha relatado las "ocho horas de cerco policial" de la sede de su partido, en Barcelona, el 20 de septiembre de 2017. Ha defendido la "actitud deliberadamente pacífica" de los concentrados, y ha tildado de "anómala" la pretendida actuación policial, que entre otras cuestiones consistió en incautarse propaganda del referéndum "sin orden judicial" específica para ello. "Fue la situación mas arbitraria, antijurídica y anómala que yo he vivido nunca", sentenciaba.
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Además, el exparlamentario de la CUP ha reconocido haber participado en acciones de desobediencia civil en la jornada del 1-O, para impedir que los agentes policiales retiraran urnas de los centros de votación. Era absolutamente consciente de que el Tribunal Constitucional había prohibido el referéndum. "Si la autodeterminación es delito, me declaro abiertamente culpable y reincidente", esgrimía.
A preguntas del fiscal Jaime Moreno, en primer lugar, y después de la abogada del Estado, Rosa Seoane, ha insistido en que en los talleres de resistencia pasiva organizadas por la plataforma En peu de Pau en esas fechas, se incidía en que no podría haber "violencia", ni "lanzamiento de objetos", "ni amenazas".
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Sobre la violencia que las acusaciones intentan probar, Fernàndez ha reconocido que en esa jornada "sucedieron muchas cosas", si bien los casos de violencia fueron algo "marginal", "puntual", espontáneo". "No hay ni una sola estrategia de planificación violenta en ningún espacio soberanista de Catalunya que el 1 de octubre llamara a responder" violentamente, esgrimía.
"Si 2,3 millones de personas hubieran querido desplegar una estrategia violenta", respondía a Seoane, "no estaríamos hablando" en estos "términos" de lo ocurrido en esa jornada, apostillaba.