Los enigmáticos hombres y mujeres 'X' dan la cara
La formación tecnopolítica surgida del 15-M sale hoy por fin del anonimato en un acto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para explicar quiénes son y proponer una nueva forma abierta de hacer política.
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Son Irene, Pau, Sergio y Alfonso. Tienen todos alrededor de 30 años, profesiones muy distintas y poco en común, más allá de vivir en Barcelona y ser miembros de la Red Ciudadana Partido X, la enigmática formación tecnopolítica que se propone "resetear" la democracia y que esta tarde se presenta en sociedad en un evento en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y actos paralelos en otras ciudades. Sus rostros simbolizan lo que se verá cuando salgan del anonimato y den la cara: salvo algunos nombres conocidos en el ámbito del activismo social, la cultura libre y el 15-M, y algunos colaboradores de peso, como el informático francoitaliano Hervé Falciani -con el que se conectará este martes en directo- los hombres y mujeres X son lo que decían ser, gente corriente.
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Si alguien esperaba encontrar algún líder mediático en la retaguardia o desvelar una operación de márquetin político para dividir más a la izquierda, se va a llevar una sorpresa. El Partido X es, en síntesis, una red formada en su mayoría por ciudadanos de a pie que se declaran hartos de la situación actual y que buscan una nueva manera de hacer política y un pacto de mínimos para cambiar las cosas. "Se ha creado un partido porque no había más remedio, es lo que hace falta si quieres presentarte a elecciones", resume Irene.
Simona Levy, gestora cultural y cofundadora de la plataforma X.net, uno de sus miembros más veteranos y activos, remonta los orígenes del partido a la experiencia de Aritmética 20N, una plataforma que durante las elecciones generales de 2011 intentó romper con el bipartidismo y consiguió 600.000 visitas en sólo cinco días. "Algunos empezamos a reflexionarlo y fuimos agregando a más personas", explica. "Somos gente que hemos estado haciendo activismo muy juntos en los tres últimos años y que nos hemos cruzado en otros dispositivos, como en el 15MPaRato".
"Se ha creado un partido porque no hay más remedio si quieres presentarte a las elecciones" Este es el caso de Sergio Salgado, más conocido por su identidad en Twitter, Ciudadadano Zer0, y de Pau López, un interiorista desencantado de la política que se introdujo en el activismo con Democracia Real Ya. Como Simona Levy, ambos forman parte del núcleo de "desarrolladores" de la formación. Lo integran, entre otros, varios académicos y profesionales vinculados al mundo de la ciencia y la tecnología, como la programadora informática Maddalena Falzoni, el profesor de Tecnología de la Comunicación Floren Cabello, el químico Rubén Sáez o Javier Toret y Arnau Monterde, ambos investigadores en sociedad de la información en los equipos que dirige el sociólogo Manuel Castells en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
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El partido recibe asesoramiento del exminitro de Lula y gobernador de Rio Grande do Sul, Tarso Genro
Además de Falciani, el abogado del 15MPaRato, Juan Moreno Yagüe, y el inspector de Hacienda Raúl Burillo, colaboradores independientes y miembros de su comisión anticorrupción, el partido cuenta con el asesoramiento del político brasileño Tarso Genro, antiguo alcalde de Porto Alegre, exministro del gobierno de Lula y actual gobernador del estado de Rio Grande do Sul.
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Entre sus miembros hay también muchas personas no vinculadas al 15-M pero sí comprometidas en su campo de acción y perfiles hasta ahora apolíticos, como es el caso de Irene de Manuel y Alfonso Sánchez, incorporados hace poco a la formación. Ella, de 31 años, es licenciada en Políticas y profesora de secundaria. Supo del partido cuando éste se dio a conocer con un vídeo futurista colgado en youtube al empezar el año. Le interesó y se mantuvo atenta, aunque al principio pensó que se trataba de una estrategia de márquetin para el lanzamiento de algún nuevo producto. "En junio acudí a una de las reuniones semanales que convocaban. Quería conocerlos y ponerles rostros y me gustó mucho el mensaje. Estaba esperando que apareciera una cosa así", afirma.
Alfonso, "Alfa", de 27 años, se incorporó a la formación también más o menos en estas fechas. Técnico de patentes en una empresa de genéricos y programador y desarrollador web amateur, le interesó la propuesta para poner en marcha un mecanismo de voto real y permanente y les mandó un simulador, que está ahora colgado en su web. Lo que más le atrae del partido, afirma, es que sea un movimiento ciudadano sin líderes, las herramientas de democracia que propone y que las propuestas sean concretas y pensadas para implementar. "Es un cambio, rompe y es moldeable", sintetiza.
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La trayectoria de ambos dentro de la formación refleja cómo trabajan en equipo: aunque son unos recién llegados ya forman parte del grupo operativo que coordina las decisiones. Ambos presentarán al esta noche al equipo de Barcelona cuando desde Madrid se conecte uno a uno en directo con distintos nodos territoriales.
"No se trata de afiliarse, sino de colaborar para cambiar las cosas", aseguranLa implicación de todos ellos, asegura Pau, es total. "Yo dedico el 90% de mi tiempo libre y el 100% de mi energía mental a la red ciudadana. Es un proceso de aprendizaje brutal, un máster a muchos niveles", explica. "Pasamos mucho tiempo juntos. Ni comemos ni dormimos mucho", añade Sergio, que trabaja en redes sociales y es uno de los responsables de las del partido.
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Implicado ya en el movimiento estudiantil contra la Ley Orgánica de Universidades (LOU) y la guerra en Irak en su Galicia natal a principios de siglo, con estudios en Políticas y en Ecología Humana, Sergio es de los convencidos que internet es la mejor herramienta para defender la democracia que han tenido nunca "los de abajo". "Sobre el 2002 entré por primer vez en la Wikipedia y me di cuenta de que era lo que yo había soñado desde que era niño y leía a Isaac Asimov", recuerda.
Algo de ciencia ficción tiene el Partido X, que quizá por eso eligió al nacer como segundo nombre el de "Partido del futuro". La ruptura en las formas de relación que supone internet, las prácticas de movimientos sociales como la PAH o el 15-M y la filosofía del software libre se reflejan en su estructura, su manera colaborativa y online de hacer las cosas y, a menudo, en la jerga que utilizan, y por eso resulta inútil medirlos con el patrón convencional del sistema de partidos. "¿Cómo va para poder afiliarnos?", les preguntó alguien hace tiempo a través de un tuit. "Primero cambiemos de chip. No se trata de afiliarse sino de colaborar para cambiar las cosas", respondieron.