Las encuestas castigan el perfil bajo de Rueda en la recta final de la campaña de las elecciones gallegas
Este lunes es el último día hábil para publicar sondeos, que hasta ahora han reflejado la tendencia a la baja del PP frente al estancamiento del PSdeG de Besteiro y el alza del BNG y su candidata, Ana Pontón.
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a coruña, Actualizado:
La campaña de las elecciones gallegas del 18F entra en su recta final con más dudas que certezas alrededor de la disyuntiva que se les plantea a los electores: o bien Alfonso Rueda mantiene la mayoría absoluta que heredó hace dos años, o se abrirá paso a un Gobierno progresista de BNG y PSOE poniendo además en entredicho el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo al frente del PP estatal, tras quince años ininterrumpidos de gobiernos de los populares en la Xunta.
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Cuando anunció que adentalaba los comicios cinco meses -deberían celebrarse en julio-, las encuestas daban a Rueda varios escaños por encima de los 38 de la mayoría absoluta. Algunas, como la que se conoció el domingo de 40db para El País y la cadena SER, rebajan su horquilla de expectativas hasta un suelo de 36 escaños.
Si esos resultados se dieran el próximo domingo en la opción más beneficiosa del arco que ese sondeo augura para la oposición, entre el BNG de Ana Pontón, que lograría entre 22 a 25 actas, y el PSOE de Gómez Besteiro -entre diez y 13- tendrían 38 diputados, con lo que a Rueda ni siquiera le serviría el apoyo del de Democracia Ourensana, el partido de alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, que se presentó a las elecciones con la idea de hacerse con la llave del Gobierno de la Xunta.
La ley electoral prohíbe la publicación de encuestas a partir de este lunes a las 23.59 horasn. Está previsto que se conozca este día la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y el estudio demoscópico de Key Data para Público.
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Habrá que ver si ambos, unidos a los que seguirán apareciendo toda la semana en las redes sociales y sobre los que la Junta Electoral no dispone de herramientas para impedir que se difundan, refrendan esa tendencia del PP a la baja, el BNG al alza y el PSOE a medias aguas que ha protagonizado la precampaña y la campaña.
De momento, ésta ha estado marcada por la consolidación de la imagen presidenciable de la candidata nacionalista, mientras el presidente en funciones de la Xunta optaba por una estrategia de tan escasa exposición pública que no sólo es que su cartelería parezca diseñada para esconder las siglas del partido, sino hasta para minimizar su propia imagen en ella.
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Rueda ha decidido desaparecer también de los debates y ha optado por ningunear a los diarios ajenos a la red clientelar mediática del PP gallego. Le ha negado una entrevista a este diario, se ha negado a acudir al debate con Pontón y Besteiro el próximo miércoles en la TVE, ha rechazado un cara a cara con la aspirante del BNG en la SER...
El sucesor de Feijóo fía sus opciones a rodearse de afines en actos convencionales de perfil bajo, como el de la pasada tarde en Vilagarcía de Arousa, donde ante algo menos de 400 personas volvió a teñir su discurso con el debate de la política madrileña. "No quiero que nos convirtamos en otra más de las sucursales independentistas que apoya el PSOE", dijo.
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Rueda se ha empeñado en estatalizar su campaña con ese discurso del miedo al independentismo que pretende evitar, sin éxito según indican todas las encuestas, que parte del electorado que creía cautivo del PP se pase ahora al nacionalismo de buen rollo que lidera Ana Pontón.
Identificar a la aspirante del Bloque con Puigdemont parece un exceso argumental que tampoco está dándole rédito alguno al PP, porque Pontón ha conseguido erigirse en la candidata que más confianza inspira en la ciudadanía gallega, varios puntos por encima de Rueda según el último balance del CIS.
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La líder del BNG apeló precisamente a esa parte del electorado galleguista que podría pasarse a su opción y convertirla en presidenta en dos actos en Ferrol y A Coruña, donde utilizó el mismo tono sosegado y eficaz que ha mantenido a lo largo de toda la campaña: "Da igual lo que votaran en otras ocasiones, este es el momento de que todas las personas que quieren cambio y un tiempo nuevo en Galicia apuesten por la papeleta del BNG".
Tras la demostración de fuerza del PSOE el pasado sábado en Vigo, donde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llenó el Auditorio do Mar en la ciudad más grande de Galicia para situar a José Ramón Gómez Besteiro en la Presidencia de la Xunta recordando su remontada en las generales del 23J, Besteiro estuvo en O Carballiño, Ourense.
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Allí, en una villa rural de la Galicia más interior, señaló que la igualdad de todos los ciudadanos, de la que tanto echa mano el PP en su batalla contra la ley de amnistía, significa algo muy distinto que en Madrid: la igualdad de acceso a los servicios públicos de calidad, se habite en una gran ciudad o en la Galicia vaciada.
Por su parte, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, acompañó a la candidata de Sumar, Marta Lois, a un acto en la localidad coruñesa de A Pobra do Caramiñal, en la margen noroeste de la ría de Arousa.
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Allí gobierna Nós Pobra, una formación local afín al partido de Yolanda Díaz, en coalición con el BNG y el PSdeG, y allí Bustinduy y Lois quisieron visualizar la utilidad que tendría la entrada su partido en el Parlamento de Galicia para asegurar las posibilidades de un Gobierno de coalición progresista.
También en la provincia de A Coruña, pero en Pontedeume, ya en las rías altas, la candidata de Podemos, Isabel Faraldo, visitó el parque natural de As Fragas do Eume, un espacio de bosque atlántico en donde defendió las propuestas medioambientales de su formación tras reunirse con propietarios de tierras del parque.