El empresario de Madrid Arena Miguel Ángel Flores, condenado a cuatro años de prisión por apropiación indebida

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Miguel Ángel Flores, organizador de la tragedia del Madrid Arena, a cuatro años y nueve meses de prisión por apropiación indebida continuada y manipulación contable en una de sus empresas. Además, él y su socio, Andrés C.G., deberán indemnizar a los afectados con más de un millón de euros.

Flores ya fue condenado por la muerte de cinco jóvenes en la fiesta que organizó el 1 de noviembre de 2012 en el pabellón municipal Madrid Arena. Fue liberado en 2020 tras pasar casi un año en régimen de tercer grado.

Ahora vuelve a enfrentarse a la Justicia por irregularidades detectadas entre 2011 y 2014. En esta ocasión, el tribunal le impone, además de la pena de prisión, una multa de 14.400 euros, mientras que su socio deberá pagar una multa de 3.900 euros.

Ambos empresarios están obligados a compensar a varias entidades perjudicadas con sumas que ascienden a más de 1,1 millones de euros. Las indemnizaciones incluyen pagos de 877.000 euros a una de las entidades afectadas, y cantidades menores a otros afectados.

La investigación que condujo a este nuevo fallo se inició a partir del caso Madrid Arena, cuando en 2014 se indagó sobre el patrimonio de Flores. Se descubrieron transferencias sospechosas entre su empresa, Diviertt, y otra sociedad vinculada, Canacur, lo que desencadenó la denuncia.

Durante el juicio, Flores negó haber estafado a sus socios o haber desviado fondos para su beneficio. A pesar de las contradicciones en las pruebas, los jueces han determinado que Flores utilizó de manera indebida 440.000 euros de la caja de Canacur en 2012, fondos que no justificó adecuadamente.

La sentencia detalla que el desfalco se incrementó en 2013 y 2014, alcanzando los 683.085 euros. Flores intentó regularizar la situación en 2014 mediante falsos movimientos contables, sin que los socios minoritarios tuvieran conocimiento de la situación, y continuaron invirtiendo en la empresa.

Aunque la Fiscalía inicialmente no vio clara la culpabilidad de los acusados debido a testimonios contradictorios, los magistrados finalmente han considerado probadas las irregularidades financieras. Esto ha llevado a la condena final tanto de Flores como de su socio.

Esta nueva condena suma a los antecedentes de Flores un historial de delitos financieros relacionados con la mala gestión de sus empresas, manchando aún más su reputación como empresario.

El caso refuerza la vigilancia sobre la gestión empresarial en eventos multitudinarios y las responsabilidades que deben asumir los organizadores ante el mal manejo de fondos y la seguridad.

Este fallo judicial cierra una etapa de investigaciones sobre Flores, aunque sus acciones en el ámbito empresarial continúan siendo objeto de escrutinio.