Elecciones en Madrid Casado busca sacar rédito de la victoria de Ayuso para impulsar su cuestionado liderazgo en el PP
Algunos cargos advierten de que el PP va camino de ser un partido "de personas" y no "de siglas". En ese sentido, Casado ha querido dejar claro este miércoles que Ayuso "es puro PP, es Partido Popular por los cuatro costados".
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madrid,
En el marcador electoral, Pablo Casado acumula dos fracasos contra Pedro Sánchez y ninguna victoria. Por eso tiene lógica que necesite de los éxitos de sus correligionarios—sus presidentes autonómicos— para reivindicarse. El presidente del Partido Popular vive ahora su momento más dulce desde que tomó las riendas de la formación conservadora hace casi tres años, pero el motivo de su felicidad es, de nuevo, gracias a una tercera persona: Isabel Díaz Ayuso, su apuesta personal en la Comunidad de Madrid.
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La arrolladora victoria de la presidenta madrileña ha valido a Casado para erigirse como la alternativa al presidente del Gobierno augurando un cambio de ciclo que le llevará hasta la Moncloa y que, a su juicio, ya ha empezado en Madrid. Lo cierto es que la victoria de Ayuso es incontestable: en poco menos de dos años ha pasado de 30 escaños a 65, situándose a cuatro de la mayoría absoluta, y obteniendo más diputados que todo el bloque progresista. Pero la extrapolación a nivel nacional de Casado es atrevida, teniendo en cuenta que hace tres meses firmaba su peor resultado en Catalunya, con 3 escaños.
Es más, para sortear aquel fracaso electoral tras una campaña criticada ampliamente entre las filas populares, Casado anunció que el PP cambiaría la localización de su sede, actualmente situada en la calle Génova 13, con la intención de distanciarse de una corrupción que ahora no parece ni preocuparle. Sin embargo, ese traslado todavía no se ha producido y en el mismo balcón que Casado quiere abandonar, salió a celebrar la victoria acompañado de una Ayuso aclamada por los allí presentes.
El primero en hablar fue el líder del PP, que se dirigió a los cientos de afiliados y militantes que se acercaron, al ritmo de la música, hasta la sede de Génova. Desde lo alto Casado aseguró que "el triunfo de Ayuso es una moción de censura democrática al sanchismo". Lo interpretó como "el kilómetro cero del cambio" y la prueba palpable de que "hay partido" y "se puede ganar a Pedro Sánchez" a nivel nacional. Sus palabras fueron aplaudidas y hubo algún tímido grito de 'presidente', que no fue ampliamente secundado. Una señora pedía a gritos que hablara Ayuso: "La queremos a ella", decía. De nuevo, él no fue el protagonista.
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Lo cierto es que aunque Casado sí sube ligeramente en las encuestas a nivel nacional, no logra despegar ni superar a Sánchez, ni siquiera con la pandemia de por medio. Ello no le ha impedido protagonizar un discurso triunfalista: "Volvemos a ser el gran partido de España", ha pronosticado en la Junta Directiva Nacional. "Pablo se aferrará a la victoria de Ayuso durante toda la legislatura", opina un alto cargo del PP, que cree que si el conservador vuelve a perder frente a Sánchez, deberá marcharse "por aclamación popular", aunque espera que eso no tenga que ocurrir.
La personalísima campaña de Ayuso
La presidenta madrileña ha tenido autonomía plena para planificar su agenda y mensajes —después de que la elaboración de las listas creara ciertas fricciones entre la dirección nacional y el gabinete de la presidenta madrileña— y ha protagonizado una campaña profundamente personalista, evitando cualquier tutela de la dirección nacional, y en la que las siglas del PP han quedado desplazadas por la figura de Ayuso, como bien se ha encargado ella de repetir. "Me presento yo. El proyecto lo encabezo yo. La Comunidad me la he echado a las espaldas yo. Y así pienso seguir haciéndolo", dijo en plena campaña.
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En la dirección nacional no son ajenos al fenómeno Ayuso, y admiten que el tirón de la baronesa popular supera al de la marca electoral, pero repiten una y otra vez que el líder del PP no se siente amenazado por ella. Tampoco por su todopoderoso jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, que ya llevó al expresidente José María Aznar de la Junta de Castilla y León a La Moncloa.
Con sus 65 escaños, Ayuso adquiere un nuevo estatus entre los presidentes del PP, solo superada por el gallego Alberto Nuñez Feijóo, que el pasado verano revalidó su cuarta mayoría absoluta, reunificando el voto de la derecha en torno a su figura e impidiendo que Vox y Ciudadanos obtuviesen representación. Distinto es el caso de la presidenta madrileña, que si bien ha absorbido los votos de sus antiguos socios hasta dejarlos sin representación, no ha frenado a la ultraderecha, que ha logrado un escaño más que en 2019.
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Algunos cargos advierten de que el PP va camino de ser un partido "de personas" y no "de siglas". En ese sentido, Casado ha querido dejar claro este miércoles que Ayuso "es puro PP, es Partido Popular por los cuatro costados" y que el suyo es un proyecto "con raíces profundas, y no un fugaz proyecto personal de los que tanto han abanderado en España en los últimos años".
Casado pronostica un cambio de ciclo mirando al pasado
Para el líder del PP, la coalición de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos "sale sin duda mucho más debilitada" tras las elecciones de este martes "y la única alternativa, el PP, mucho más fortalecida". "Ayer fue un punto de inflexión, ese motor de cambio", ha proseguido. Y para ejemplificarlo ha tenido que recurrir a ejemplos del pasado, citando las victorias de Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre, ambos expresidentes de la Comunidad de Madrid.
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"Algo parecido a lo que pasó en 1995 con la victoria de Gallardón, o en 2011, con la victoria de otros presidentes autonómicos, como Esperanza Aguirre: es lo que considero que va a pasar con estas elecciones que ha ganado Isabel Díaz Ayuso", ha manifestado. Pero si atendemos a estos ejemplos, el ascenso de Casado a La Moncloa no está garantizado de manera "urgente", como él ha pronosticado.
En el año 1991 el PP ganó por mayoría absoluta en Madrid, pero en 1989 y 1993 el PSOE ganó las elecciones generales. En 2003 Esperanza Aguirre sacó de nuevo mayoría absoluta, y revalidó la presidencia en 2007. Sin embargo fue el socialista José Luis Rodríguez Zapatero el que ganó las elecciones generales en el año 2004 y también en el 2008. A tenor de la historia, la particularidad de Madrid no siempre tiene ese efecto "marea" que ha vendido el líder popular.