Los socialistas catalanes han recuperado parte de su antigua fuerza tras una década de encadenar retrocesos electorales y se han convertido en la formación más votada en los comicios al Parlament celebrados este domingo.

Con todo, la victoria no es ni de lejos completa, porque ha empatado a 33 diputados con ERC, pese a superar a los republicanos en votos (por algo más de 45.000 sufragios y 1,6 puntos). En cualquier caso, la formación encabezada por el exministro Salvador Illa consigue liderar el bloque de la alternativa al independentismo.

"Dije que si ustedes ponían los votos, nosotros pondríamos el cambio. Por eso, anuncio que me presentaré a la investidura", proclamaba Illa en su discurso de cierre de la noche electoral. Ahora bien, el resultado complica mucho que el exministro se convierta en president de la Generalitat, porque ERC puede escoger un nuevo Govern independentista con JxCat si logra el apoyo de la CUP, mientras que Illa lo tiene muy difícil para sumar.

Funcionó el efecto Illa

El efecto Illa ha permitido al PSC saltar de los 17 diputados conseguidos el 2017, que los colocaba en la cuarta fuerza, a los 33 de este 2021 que les otorgan la primera posición, con una victoria clara en la circunscripción de Barcelona. "Nadie contaba con nosotros hace tres años. Nadie contaba con nosotros hace tres meses, y ahora estamos en la final", decía la número dos del PSC, Eva Granados. "La victoria es clarísima en votos y el significado es muy claro, queremos pasar página", añadía Illa horas más tarde.

La apuesta del PSC durante la campaña era repetir el formato del Gobierno estatal a la catalana con En Comú Podem, pero se queda con sólo 41 diputados y necesitaría de la implicación de ERC, que con 33 diputados se ve igual de legitimada para optar a la presidencia. Aun así, Granados ya insistía con el escrutinio a medias que se presentarán a la investidura, dejando entender que esperarían que los republicanos recapacitaran: "Nosotros hablaremos con Comuns, y la resta de formaciones políticas deberían pensar que Illa ha sido el presidente escogido por la ciudadanía".

La única alternativa a ERC pasaba por los partidos constitucionalistas y la ultraderecha de Vox, aunque esta fórmula se ha desvanecido después del desangre electoral de Cs y la irrelevancia política del PP en Cataluña. Aun así, Illa había dicho durante campaña que no estaba dispuesto a aceptar los votos de la extrema derecha, que ha conseguido ser cuarta fuerza en el Parlament. "El cambio ha venido para quedarse, y la victoria de hoy es un gran paso adelante, pero solo es el primero", zanjaba Illa.