Disparidad de posiciones sobre el viaje de Sánchez a Israel y Palestina entre sus aliados parlamentarios
Las declaraciones del presidente español sobre el reconocimiento del Estado palestino tensionan las relaciones bilaterales con Israel.
Madrid-Actualizado a
La visita de Pedro Sánchez a Oriente Próximo es un viaje sensible, también si se mira desde la perspectiva de los distintos socios de Gobierno. Su fotografía con Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, no ha pasado desapercibida. Para algunos, el viaje no debería haberse realizado. Otros valoran la contundencia de Sánchez, pero piden más. Otros, en cambio, guardan silencio. Las declaraciones posteriores del presidente del Gobierno sobre el reconocimiento del Estado palestino han tensionado las relaciones bilaterales con Israel.
Durante la jornada del jueves, Sánchez, siempre sin dejar de reconocer el derecho a la legitima defensa de Israel, recriminó a Netanyahu "el número de palestinos muertos", que el presidente del Gobierno calificó de "insoportable".
Ya el viernes, desde el paso fronterizo de Rafah, pidió un "alto el fuego duradero" y se mostró partidario del reconocimiento del Estado de Palestina. Incluso, abrió la puerta a que España pudiera reconocerlo de forma unilateral. Esto generó el enfado de Israel, que llegó a acusar a Sánchez de "apoyar el terrorismo de Hamás". Ante estas graves acusaciones, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, respondía y las tildaba de "falsas e inaceptables".
Las opiniones de los aliados parlamentarios del Gobierno sobre el viaje son diversas. Podemos, a través de Ione Belarra, secretaria general de la formación morada, actualmente integrada en Sumar, expresó su preocupación porque el viaje de Sánchez a Israel pueda "blanquear" a Netanyahu. Además, insistió en que el primer ministro israelí "es un criminal de guerra que debería ser llevado ante la Corte Penal Internacional". Belarra recomendó al presidente socialista viajar, en lugar de a Israel, a Bruselas, donde "podría acordarse la suspensión definitiva o temporal de las relaciones diplomáticas con Israel".
Más tarde, Belarra reiteraba en redes sociales: "El mundo al revés. Israel, un Estado genocida, llama a consultas a los embajadores de España y Bélgica. Lo repito, si no frenamos la barbarie, la barbarie nos arrastrará con ella. No soportan ni el más tímido de los reproches. Hay que pararle los pies con contundencia ya".
En Sumar no han ido tan lejos, pero también han sido drásticos en su posición sobre el conflicto. No en vano, hace pocas semanas, Yolanda Díaz también acusó a Netanyahu de cometer crímenes de guerra. La propia Yolanda ha aplaudido, a través de la red social X, a Pedro Sáchez por aclarar que España por sus declaraciones del viernes sobre el Estado palestino, que, en contraposición, provocaron que Netanyahu llamara a comparecer a la embajadora española en Israel.
Marta Lois, por su parte, evitó el jueves valorar el viaje de Sánchez como tal, pero incidió en la necesidad de acelerar el proceso del "reconocimiento del Estado palestino". Lois deslizó la conveniencia de llamar a consultas a la embajadora española en Israel.
Gabriel Rufián, el portavoz de ERC, lamenta, en conversación con este periódico, que "Sánchez no fuera capaz de decirle a Netanyahu que está cometiendo crímenes de guerra, como sí hizo la ONU". Eso, a pesar de que reconoce que el presidente español fue más contundente que muchos dirigentes de la Unión Europea. Desde ERC también se alegran del paso adelante en cuanto al reconocimiento, si es necesario de forma unilateral, del Estado palestino. En cualquier caso, Rufián afea que se entablen relaciones con un líder "de ultraderecha, neoliberal, etnicista, ultranacionalista y, por supuesto, condenado por corrupción".
La posición de los republicanos en lo referente al conflicto entre Israel y Palestina es la misma desde el principio. Y el principio, de acuerdo con las palabras del portavoz, no es el ataque de Hamás, el 7 de octubre: "Hamás es un grupo de salvajes terroristas", pero la guerra "empezó mucho antes". "La guerra es una ocupación e Israel ejerce terrorismo de Estado, estamos hablando de un genocidio", completa. El político incide en la comparación entre el ruso Vladímir Putin y Benjamín Netanyahu. "Nadie pone en duda que el primero es un criminal de guerra, pero el segundo también", zanja.
Según ha podido saber Público, el propio Rufián ha registrado una serie de preguntas por escrito al Gobierno en las que interroga al Ejecutivo sobre si se han vendido armas a Israel desde la reciente escalada del conflicto (o si España se las ha comprado); si el Gobierno piensa "decretar un embargo y la prohibición de compraventa de armamento con el Estado de Israel" o si se plantean establecer algún tipo de mecanismo sancionador contra Israel "en caso de que no cesen las hostilidades armadas calificadas por la ONU como posible genocidio".
El BNG, otro de los partidos que otorgaron su apoyo a Pedro Sánchez en la investidura, critica el viaje y el contenido del mismo. "La visita oficial no es la mejor forma para parar la guerra", tercian fuentes del partido, al tiempo que se oponen a "esa fórmula de reconocimiento de defensa de Israel hecha por Sánchez", que, según los nacionalistas gallegos, "avala la masacre que está haciendo el Estado israelí".
Como Belarra, la formación que representa Néstor Rego en el Congreso solo concibe la opción de "romper relaciones con Israel, exigirle que cumpla todas las resoluciones de la ONU y llevar a Netanyahu y a su gobierno a la Corte Penal Internacional".
Ni el Partido Nacionalista Vasco (PNV) ni Coalición Canaria se han pronunciado, por el momento. Fuentes de la formación insular apuntan que es difícil opinar "con lo poco que los medios han contado" y se emplaza al día 5 de noviembre, cuando el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, comparecerá en el pleno de la Cámara Baja, tal y como fijó el jueves la Junta de Portavoces, para rendir cuentas de la acción del Gobierno en lo referente al conflicto.
Barcelona interrumpe sus relaciones con Israel
Junts per Catalunya tampoco se ha pronunciado sobre la gira de Pedro Sánchez. Sin embargo, sí se ha posicionado en contra de que la ciudad de Barcelona interrumpa sus relaciones con el Estado de Israel. El pleno del Ayuntamiento de la ciudad condal ha acordado, con los votos los Comunes, ERC y PSC, romper las relaciones hasta que se anuncie un alto el fuego definitivo en la franja de Gaza y exista un compromiso de que se cumplan todas resoluciones de la ONU. Se han opuesto, aunque no le han dado los números, Junts, Partido Popular y Vox.
Las distintas posturas de los aliados de Sánchez en torno al conflicto entre Israel y Palestina, especialmente la de Junts, hablan de lo variopinto del bloque de investidura. Aunque la mayoría de los socios que tiene el PSOE a su izquierda piden más contundencia o, incluso, discrepan con el propio sentido del viaje, el hecho de que Sánchez haya avisado, sobre el terreno, de que España se reserva la opción de reconocer el Estado de Palestina de forma unilateral ―aunque la preferencia sigue siendo hacerlo de forma conjunta― va en la línea de lo que reivindican Sumar, EH Bildu, ERC o BNG.
El sentir general, no obstante, es el rechazo a las relaciones con Benjamín Netanyahu, a quien Esquerra, BNG o Sumar (también, de forma particular, Izquierda Unida o Podemos) acusan de cometer "crímenes de guerra". Es un equilibrio complicado para Sánchez. Para varios de sus aliados, la contundencia a la hora de condenar a Netanyahu debería ser más drástica. Para el líder israelí, cualquier paso adelante de Sánchez puede derribar el castillo de naipes.
Cualquiera de esos partidos, también los de la oposición, podrán trasladar sus críticas, dudas, comentarios o elogios al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, el 5 de diciembre y al propio Pedro Sánchez el 20 del mismo mes, en la primera sesión de control al presidente del Gobierno de la legislatura.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.