Este artículo se publicó hace 4 años.
Las dimisiones en hospitales cuestionan la gestión de la emergencia por la Junta de Andalucía
A pesar de que la incidencia del virus es menor en la Comunidad, en términos relativos los profesionales sanitarios se han contagiado más que los de otras comunidades, lo que ha puesto al consejero de Salud, Jesús Aguirre, en el ojo del huracán
Sevilla-
La dimisión esta semana de Franciso Merino, gerente del Hospital público Virgen Macarena, en Sevilla, unida a la de la gerente del Hospital Infanta Elena de Huelva, Paloma Hergueta, hace unas semanas, y el cambio de puesto de la responsable del de Jerez, María José Cano, ha puesto en cuestión la gestión de la emergencia sanitaria por parte de la Consejería de Salud y, singularmente, de su consejero, Jesús Aguirre (PP).
La gestión de la sanidad pública andaluza no es un asunto cómodo. Las políticas de austeridad impuestas por Bruselas tras la caída de Lehman y los recortes que siguieron afectaron de manera notable al Sistema Andaluz de Salud, que ya vio sus capacidades menguadas durante los últimos gobiernos socialistas. Con el cambio de Ejecutivo, el presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP), fijó como una de sus prioridades políticas pacificar los hospitales andaluces.
Sin embargo, el consejero de Salud, el inefable Aguirre, en el año largo que lleva en el cargo no ha logrado estabilizar el servicio ni tampoco calmar las aguas, según las fuentes sindicales consultadas. Durante este tiempo, cierto es, tampoco lo ha tenido fácil: le ha tocado gestionar la crisis de la listeria, de la que no salió bien parado, y ahora la emergencia por la pandemia.
Por el camino, además, ya se quedó el gerente del Servicio Andaluz de Salud, Miguel Moreno Verdugo, cuya cabeza entregó el presidente para frenar el cabreo generalizado entre los médicos a los pocos meses de haberlo nombrado debido a su forma de proceder.
Las denuncias sindicales ante la falta de protección de los sanitarios se han sucedido a lo largo de toda la crisis de manera generalizada y afectan a prácticamente todos los hospitales de Andalucía. Como ejemplo, este mismo miércoles, la UGT denunció una "anomalía" en las mascarillas que se utilizan en el servicio de UCI en el Hospital Universitario Regional de Málaga, es decir, donde se está en contacto con los casos más graves.
"Hoy volvemos a detectar irregularidades, se ha cometido una nueva negligencia con respecto a la seguridad y protección de los profesionales. En esta ocasión, se trata de mascarillas quirúrgicas con lote 10/2009 y otras que ni siquiera ponen ningún código, lote, fecha que nos pueda indicar la caducidad", se lee en la carta que la UGT ha enviado a la gerencia del hospital con la intención de que se retiren esas mascarillas.
El propio presidente de la Junta admitió hace unos días que el Gobierno andaluz había sido "timado" con la compra de mascarillas. "Nosotros hemos cometido errores, nos la han colado: había palés donde, en la parte de arriba y en la parte de abajo, venían las mascarillas homologadas, pero en el centro estaban las no homologadas, una práctica que al parecer es bastante usual. Es verdad que aquí nos la colaron y tenemos que pedir disculpas: nos timaron".
Menor incidencia
La incidencia del coronavirus ha sido menor en términos generales en Andalucía que en otras Comunidades. El confinamiento global decretado por el Gobierno y el previo cierre de colegios adoptado por la Junta permitió afrontar la emergencia en un estadio diferente de expansión del coronavirus al que se encontraban ya otras regiones, como Madrid.
Aún así, los contagios en residencias y entre sanitarios –el más alto del país en términos relativos– han sido notables y han llegado a provocar grandes preocupaciones al Gobierno andaluz y severas críticas de la oposición.
Así, en términos relativos, el porcentaje de contagiados de profesionales sanitarios sobre el total de contagios es de los más altos del país, según un estudio del Instituto de Salud Carlos III. Andalucía acumula un total de 3.622 casos positivos de coronavirus entre trabajadores de la salud.
Según el consejero Aguirre, que trató de minimizar estos datos, el "principal foco de contagio" entre sanitarios se produjo "sobre todo en los primeros diez o quince días de marzo", cuando se dio la "fase álgida de contagios".
Aguirre añadió que el SAS investiga "qué pasó para tener ese aumento de casos que tuvimos en su momento y poner las medidas correctoras que correspondan". El consejero añadió que "gran parte" de los profesionales que resultaron contagiados están "ya reincorporados a sus puestos".
UGT cargó contra Aguirre después de que el consejero hiciera estas declaraciones: "La mayoría de infectados lo fueron durante el mes de marzo, coincidiendo con la época de desabastecimiento de EPI", por lo que, concluyó el sindicato, el "elevado número de infectados es consecuencia de una pésima política de protección".
UGT agregó que "hoy, 13 de mayo, todavía hay muchos profesionales que tienen que comprar sus propios equipos para no estar mendigándolos a sus cargos intermedios, lo que demuestra que desde la Administración desconocen o ignoran la realidad de los centros sanitarios andaluces".
Críticas de la oposición y defensa de Aguirre
Ha habido "muchas dificultades que no se corresponden con la menor fortaleza con la que ha llegado el virus al sur", opinó Susana Díaz, secretaria general del PSOE, en una entrevista en la Cadena Ser. "Bendito sea que aquí, (en Andalucía), la fortaleza (de la covid-19) es menor, porque si llega a ser mayor, no quiero ni pensar las consecuencias".
"Ha fallado a los sanitarios desde su llegada al poder, promoviendo contratos basura, incrementando el presupuesto de la sanidad privada en lugar de la pública y, durante la pandemia, siendo incapaz de procurar test para todos los trabajadores e impidiéndoles usar mascarilla para no causar alarma social", expuso Ángela Aguilera, portavoz adjunta de Adelante Andalucía, hace unos días.
El consejero Aguirre se defendió este miércoles de las críticas de la oposición y aseguró que Merino "estaba ya madurando desde hace tiempo" presentar su dimisión como gerente del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla por "motivos familiares".
Merino "tiene su familia en Madrid, y ha pensado que ahora era el momento oportuno" de presentar su dimisión, dijo Aguirre. Sin embargo, el consejero dejó en el aire las razones últimas de la dimisión al afirma, según recoge Europa Press, que habría que "preguntarle directamente" a Merino si había dimitido "como consecuencia" de la apertura de un expediente informativo sobre lo sucedido en el hospital durante la crisis.
Este expediente, a pesar de las sucesivas denuncias sindicales, solo lo abrió la Junta de Andalucía después de que la periodista Isabel Morillo publicase en El Confidencial una exhaustiva, contundente y decisiva crónica sobre lo sucedido en el hospital.
Aguirre manifestó que el SAS cuenta con "unos 80 gerentes" de centros sanitarios, y "a lo largo de pandemia" ha habido "un cambio en Huelva, otro cese en Jerez de la Frontera (Cádiz) por un traslado hacia servicios centrales", y la referida dimisión del gerente del Hospital Virgen Macarena.
Sobre el caso concreto del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, Susana Díaz manifestó que lo ocurrido había sido "monstruoso".
"Que le digan a los médicos que no se pongan mascarillas para no alarmar a la gente; que se le eche la culpa al diagnóstico de un profesional para justificar que tengamos una tasa de contagios tan alta de sanitarios; que dimita el gerente, que llegaba el lunes al hospital y se iba el jueves porque su familia estaba en Madrid, en plena pandemia", criticó Díaz, quien agregó que "ya tocará" el momento de "analizar la responsabilidad" y "la ineficacia de por qué se ha producido eso".
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