Programa para las primarias Díaz quiere restar peso al aparato y dárselo a las bases en los congresos del PSOE
La presidenta andaluza pretende desmontar el “traje” que le han hecho los sanchistas, como candidata de las élites, y propondrá más participación de la militancia en los órganos de decisión.
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Pedro Sánchez avanza en las primarias socialistas montado en un potente relato político en el que él aparece como el candidato de los militantes, mientras Susana Díaz representa al aparato, a los notables, a las élites del partido. Es una verdad a medias, porque tanto el madrileño como la andaluza cuentan con un importante apoyo orgánico, de otra forma no habrían conseguido rebasar los 50.000 avales. Pero el relato de Sánchez ha cuajado y se ha difundido como la pólvora, en parte porque los barones socialistas se han alineado abiertamente con Díaz, porque la andaluza comparte las tesis de la Gestora que dirige el partido, y porque los históricos del PSOE-Felipe González, Zapatero o Rubalcaba- están con ella.
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Para contrarrestar este relato, Susana Díaz se ha reservado un as en la manga en el documento que ha presentado este miércoles, una propuesta programática que obligará a modificar los estatutos del PSOE para restar peso al aparato y entregárselo a la militancia. Será en el proceso de elección previa del millar de delegados que acuden al Congreso federal del partido, y que son quienes tienen que ratificar al secretario general. La clave, según fuentes próximas a Díaz, está en “revisar a los que deciden cómo son elegidos los delegados”. La sevillana también propone fórmulas de más participación de las bases en la confección de las listas electorales, para que los candidatos sean referentes “pegados al territorio”.
Los delegados son ahora elegidos por los órganos territoriales, según el número de afiliados de cada provincia. El PSOE andaluz, la federación más potente del partido, siempre ha dicho con sorna que no es del todo cierto que Pedro Sánchez sea el primer secretario general del partido elegido directamente por la militancia, como él suele decir, porque al final es un puñado de delegados quien ratifica al líder. Los delegados que acuden al Congreso federal son una especie de élites intermedias que no siempre representan al afiliado medio, y menos al votante socialista, y Díaz quiere meterle mano a eso, algo que no ha planteado hasta ahora ningún otro candidato en las primarias. Los delegados, dicen fuentes de la ejecutiva del PSOE-A, suelen ser activistas del partido con algún puesto intermedio, personas que “mueven a la militancia”: asisten a reuniones locales, se reúnen con los compañeros del partido y con gente de fuera, simpatizantes…
En el congreso también hay miembros natos, todos parte del aparato: exsecretarios generales y expresidentes del Gobiernos, los líderes territoriales y secretarios de Organización. A priori, Díaz no ha planteado sacar a los miembros natos del máximo órgano de decisión.
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Los delegados son elegidos, primero, en una lista cerrada en asambleas locales por la militancia. Esa lista pasa luego al congreso provincial, pero retocada por los integrantes según su mayor o menor afinidad con la ejecutiva, de modo que no pasan todos. Luego es el congreso provincial quien elige a los delegados que irán al federal. Díaz quiere apostar por una mayor participación de la militancia en todos los procesos de elección interna del partido, para así deshacer el relato de Sánchez que la sitúa como candidata de las élites del PSOE.
En el PSOE, como en el resto de formaciones políticas, el congreso o la asamblea es el máximo órgano de decisión. Díaz defiende un equilibrio entre el peso de dichos órganos de representación (también el comité federal) y la militancia, porque debe haber alguien que “fiscalice” a los líderes que son elegidos y sus decisiones, y porque “determinadas políticas no pueden someterse al escrutinio de las bases”. Por ejemplo, la controvertida decisión de Pedro Sánchez para votar un congreso exprés, que fue paralizada en el último minuto por una mayoría en el comité federal.
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Que existan primarias para que la militancia elija de forma directa a su líder no significa que el órgano congresual quede relegado. Díaz ha intentado buscar un hueco en los estatutos para evidenciar una mayor presencia de las bases en los órganos de participación del partido.
Desde la federación andaluza ponen mucho énfasis en distinguir entre la elección de candidatos para instituciones (presidente del Gobierno, alcaldes…) y para el partido. La segunda se puede autoregular desde el PSOE, pero la primera creen que debe formar parte de un debate mayor que implique a todas las formaciones políticas y desemboque en una reforma de la Ley Electoral. De no ser así, dicen fuentes socialistas, el PP, por ejemplo, podría desvirtuar la elección del candidato socialista a la alcaldía en un pueblo de menos de 10.000 habitantes, impulsando a su propio hombre (“el rico del pueblo, por ejemplo”).