Daniel Sirera, de tildar al PP de Catalunya de "una mierda" a estratega del popular Carlos Mazón en València
El ex presidente del PP catalán caído en el ostracismo ha sido recuperado para intentar batir al Botànic.
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valència, Actualizado:
A Daniel Sirera se le tiene que reconocer una cosa: nunca ha perdido unas elecciones. Aunque tampoco las ha ganado. Su paso por la presidencia del PP catalán fue breve y accidentado y no llegó nunca a ser cabeza de lista por los populares. Ni siquiera fue candidato a presidir el partido. Fue puesto a dedo por Génova, y sustituido por el mismo procedimiento.
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Este es el hombre a quién Carlos Mazón, presidente del PP valenciano, ha encargado construir una estrategia capaz de hacer volver a los conservadores a la Generalitat y de recoser un partido que todavía no se ha recuperado de las heridas que dejó la defenestración de malas maneras de Isabel Bonig.
La llegada de Sirera por todo lo alto (desde su nombramiento ya ha concedido varias entrevistas) coincide con un PP valenciano en plena recuperación del discurso más furiosamente anticatalanista y, quizás por eso, el flamante asesor trata de demostrar que tiene el ADN correcto: tres de los cuatro abuelos valencianos y vacaciones en Jérica. Incluso asegura que habla "valenciano y catalán". Tanto ha insistido en esta idea que en alguna entrevista reconocía que "quizás se estaba poniendo la venda antes de la herida".
Sirera llegó al Parlamento catalán en 1997, con 28 años, y en 2007 estuvo al frente del PP catalán
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Y es cierto que el discurso de Sirera no desentona con el anticatalanismo de Mazón. Incluso lo exacerba. Sus puntos fuertes son la invasión catalana, el procès, la propaganda de TV3 o la enseñanza de valenciano en las escuelas. También ha insistido en las responsabilidades de la vicepresidenta Mònica Oltra en los abusos sexuales a menores tuteladas (un tema que el PP ha tratado de utilizar tergiversando un informe del Síndic de Greuges) o en la muerte de siete personas en un incendio en una residencia concertada de tercera edad en Montcada (València). Un tema sobre el cual el PP ha editado un agresivo vídeo acusando Oltra de estas muertos, imitando la estética de las víctimas del accidente del metro del 2006, que podría ser la primera decisión de Sirera como estratega.
¿Puede funcionarle esta radicalización del discurso al PP? Solo el tiempo lo dirá, aunque las encuestas publicadas desde la llegada de Mazón a la dirección del partido no parecen indicarlo. ¿Podrá Sirera revertir estos malos augurios? De nuevo, habrá que esperar para saberlo. Aunque su currículum no le acompañe.
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Formado desde joven en las Nuevas Generaciones, Sirera, abogado de profesión, consiguió su primera acta de diputado en el Parlamento catalán el 1995, con solo 28 años. Pero su momento de gloria tardó bastante más en llegar. En julio del 2007, el entonces secretario general del PP, Ángel Acebes, decidió liquidar Josep Piqué al frente de la delegación catalana, después de una intensa campaña de acoso por parte de los medios más conservadores que consideraban el exministro de Aznar "demasiado catalanista".
Su sucesor, nombrado a dedo desde Génova (en una operación que podría recordar la que ha sustituido Bonig por Mazón) fue Daniel Sirera. Es en aquella época que Joan B. Culla, desde las páginas de El País, escribiría que el PP había "reemplazado a Plácido Domingo por Chiquito de la Calzada", en una analogía que quizás no ha resistido muy bien el paso de los años.
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Sirera solo duró un año al frente de la delegación catalana
El poder en el partido no le duró demasiado a Sirera. Rechazado por la estructura orgánica (controlada entonces por los hermanos Fernández Díaz) y amenazado por la popularidad de Montserrat Nebrera, quién había sido un fichaje estrella de Josep Piqué, pudo mantenerse un solo año. Génova, ante la posibilidad de que una independiente se apoderara del control del partido en Cataluña, optó por obligar a retirar las candidaturas de Sirera y Fernández Díaz e impuso a Alícia Sánchez Camacho. Esta conseguiría la victoria contra Nebrera en el congreso del 2008 por un estrecho margen (56% a 43%) y Sirera –sin haber sido nunca cabeza de lista en unas elecciones- volvería a diputado raso, con el plus de tener que ceder su asiento en el Senado a Sánchez Camacho, quien no había conseguido escaño por Girona.
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Sirera no debió de tomarse demasiado bien ser relegado, porque meses después un fotógrafo parlamentario de El Punt Avui captaría en la pantalla de su móvil, el texto de un SMS que estaba enviando a la entonces también diputada popular Carina Mejías. "¿Qué quieres que té cuente? ¿Por qué no me presenté? Porque al girar la vista atrás solo estarías tú, el Tutu, el Berman, la Nadal y cuatro más. "Este partido es una mierda".
Sánchez-Camacho recolocó a Sierra como consejero del Consell Audiovisual de Catalunya a pesar de no ser periodista
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A pesar de que Sirera desmintió esto y amenazó con querellarse contra el fotoperiodista, el contenido del mensaje no caería bien dentro de su propio partido. La entonces portavoz parlamentaria popular, Dolors Montserrat, no dudaría en pedir su dimisión.
Al final la sangre no llegó al río y, en 2012, la misma Sánchez-Camacho recolocaría a Sirera como consejero del Consell Audiovisual de Catalunya (CAC) a pesar de no ser periodista ni tener ninguna relación con el mundo de la comunicación.
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De hecho, el mismo Sirera había defendido varias veces que el CAC no tenía razón de existir y que tenía "atribuciones que solo tendrían que tener los tribunales de justicia". A pesar de esto se ha quedado durante casi una década –hasta su renuncia hace pocas semanas- con una retribución de 111.000 euros anuales.
Durante estos años, Sirera se convirtió en uno de los máximos críticos con los medios públicos catalanes dentro del CAC, incluidas denuncias al programa de humor político Polonia, un programa por el cual hizo un simpático cameo en su época de presidente del PP catalán.