En plena ofensiva ultraderechista para enterrar la memoria democrática bajo el manto de las llamadas leyes de la concordia, en el País Valencià este jueves se han interpuesto cuatro querellas por crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura franquista. 

En concreto, han sido los juzgados de Paterna, donde se encuentra la mayor fosa común de la comunidad valenciana, los que han recibido las querellas firmadas por los descendientes de cinco personas ejecutadas por el bando rebelde bajo la paradójica acusación de "auxilio o adhesión a la rebelión" : Ulpiano Alonso Presa, José Manuel Murcia Martínez, Fausto Viana Cañada, Juan y Miguel Pérez Gavidia. 

Los cinco fueron sometidos a juicios sumarísimos tras finalizar la contienda, sin posibilidad de defensa. Rafael Micó, descendiente de los hermanos Pérez Gavidia, ha destacado, además de la atrocidad de las ejecuciones ilegítimas de la Justicia de los golpistas, la situación de miseria en la que quedaron las familias de los represaliados, condenadas además al expolio. 

Los familiares han ofrecido una rueda de prensa este jueves junto con su letrada y los representantes de Amnistía Internacional y la plataforma CeAqua, de apoyo a la querella argentina. 

Siete meses pasó en la cárcel de Sagunto el abuelo de Pedro Luis Alonso Gutiérrez antes de ser fusilado. Ulpiano Alonso Presa y su esposa idearon un método para comunicarse cuando ella iba a visitarlo: unas notas en el capazo donde la mujer le llevaba comida. "La mayoría son cartas de amor", ha contado Pedro Luis. 

La familia conserva esas notas, que son la prueba de la fortaleza y serenidad de un hombre inocente, tal y como trasciende de sus escritos. "Guarda estos papeles por si un día tienes que usarlos para rehabilitar mi nombre", le escribió Ulpiano a su esposa. 

Carolina Martínez es la nieta de José Manuel Murcia Martínez, jornalero, militante del Partido Socialista, ejecutado el 6 de noviembre de 1939. Ochenta años después, los restos de José Manuel y de otras 38 personas fueron recuperados de la fosa común 94 del cementerio de Paterna. "Todos ellos estaban maniatados, con un tiro en el pecho y otro en la cabeza --ha explicado Carolina--, ocultados con la clara intención de hacerlos desaparecer, para impedir que las familias los recuperaran; una forma más de expandir la represión". 

Con el padre asesinado, la viuda y las hijas quedaron a expensas de los vencedores, que les enviaban soldados a pernoctar a la casa como una manera de "humillarlas", recalca la nieta, que este jueves ha manifestado: "Me querello contra la impunidad del franquismo". 

Sergio Martínez Viana, nieto de Fausto Viana Cañada, ha narrado cómo los jueces militares fascistas inventaron pruebas falsas contra su abuelo, imputándole hechos que no pudo cometer por encontrarse en Barcelona. 

La ofensiva del PP y Vox para enterrar la memoria histórica recibió hace unos días un fuerte varapalo de Naciones Unidas, que pide rectificar a los gobiernos de València y Castilla y León por las llamadas leyes de la concordia, donde no se pronuncia la palabra dictadura para definir al franquismo.