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Críticas a Marruecos, tensión con el PP y reunión con Polonia: qué hacía Sánchez los días en los que fue espiado

El presidente del Gobierno mantuvo una actividad intensa el 19 y el 31 de mayo, fechas en las que la justicia ha señalado que su teléfono fue infectado por Pegasus. El espionaje se produjo al día siguiente de su visita a Ceuta tras la entrada de miles de personas desde el país vecino. El segundo ataque a su dispositivo coincidió con un cruce de acusaciones contra el reino alauí por la crisis migratoria.

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madrid, Actualizado:

El foco del 'caso Pegasus' ha cambiado. Tras la revelación, hace ya un par de semanas, de este software de origen israelí habría espiado a diferentes cargos independentistas, este lunes el Gobierno transmitía que los teléfonos móviles del presidente, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, también habían sido infectados. Desde el Ejecutivo señalan que están haciendo avances para conocer el asunto en profundidad, actuando con absoluta "transparencia". En paralelo, se ha conocido, porque así se adjunta en la denuncia hecha llegar a los tribunales, que fueron los días 19 y 31 de mayo de 2021 cuando el dispositivo de Sánchez fue espiado. Durante aquellas fechas el líder del Ejecutivo tuvo una intensa agenda, en mitad de una crisis sin precedentes con Marruecos. 

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El día 19 de mayo, miércoles, Sánchez acudía a la sesión de control al Gobierno que se celebra en el Congreso de los Diputados. Lo hacía pocas horas después de visitar Ceuta para reunirse con el presidente de la ciudad autónoma, Juan Vivas, y diferentes autoridades. Le acompañaba el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska. Antes del viaje, ese mismo día, había realizado una declaración institucional desde el Palacio de la Moncloa. El motivo, la entrada de miles de personas, muchas de ellas menores, a Ceuta desde Marruecos. La crisis se iba a prolongar varios días. 

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Para entender esta crisis, como después se supo, hay que retroceder un mes. Fue el día 23 de abril cuando se conocía, y se confirmaba desde Moncloa, que el secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, estaba ingresado en un hospital de Logroño por razones humanitarias al estar contagiado con la Covid-19. Esa acogida despertó las iras de Marruecos, quien advirtió que habría consecuencias. "Seremos firmes para garantizar su seguridad ante cualquier desafío, ante cualquier eventualidad y bajo cualquier circunstancia. Lo repito: firmes ante cualquier desafío, ante cualquier eventualidad y bajo cualquier circunstancia", dijo Sánchez desde Moncloa el día 18. 

Un mes antes del espionaje se conocía la entrada al país del dirigente saharaui Brahim Ghali

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Llegó por tanto el presidente del Gobierno al Congreso el día en el que, según conocimos este lunes, su teléfono extrajo hasta 2,6 gigas de datos. Se enfrentó a las preguntas de Pablo Casado, por aquel entonces presidente del Partido Popular (PP). El líder de la oposición dijo apoyar al Gobierno en la integridad territorial de las ciudades autónomas pero al tiempo afeó el papel del Gobierno y sus "errores diplomáticos" con Marruecos, entre ellos la acogida de Ghali. Días antes, el 11 de mayo, Casado se reunió con el líder del partido Istiqal, Nizar Baraka. Su partido defiende sin matices la soberanía marroquí sobre Ceuta y Melilla. "Solicitamos al Gobierno información sobre la entrada irregular del líder del Frente Polisario", dijo entonces Casado tras el encuentro.

En mayo, además, según han publicado varios medios de comunicación este lunes, el teléfono de la ex ministra de Exteriores, Arancha González Laya, también fue infectado aunque ni se anunció ni fue denunciado judicialmente. La ex integrante del Gobierno había sido una de las responsables en tomar la decisión, apoyada por Sánchez, de alojar a Ghali. En verano fue sustituida por el presidente al nombrar a José Manuel Albares. En Moncloa aseguran que no tienen constancia de ese espionaje pese a las informaciones que lo destacan. 

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Sánchez fue contundente en su respuesta al ex líder de los populares. Tanto en el contenido como en el tono. "¿Usted apoya al Gobierno de España o no?", dijo. El presidente del Gobierno acusó al PP de "usar cualquier calamidad", también la "crisis" con Marruecos para "tratar de derribar al Gobierno". Sánchez le dijo a Casado que su oposición era "desleal" y le llamó a aclarar de qué lado estaba su partido. El líder del Ejecutivo volvió  a defender la "integridad territorial" de Ceuta y Melilla, un concepto que ha ido repitiendo estas últimas semanas tras la carta que envió a Mohamed VI anunciando un cambio de posición respecto al Sáhara Occidental y un nuevo marco de relaciones con el reino alauí. 

El día señalado por los informes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Sánchez también tuvo que responder preguntas de Junts sobre las ayudas económicas a las pequeñas y medianas empresas. También el presidente del Gobierno contestó a la presidenta de Ciudadanos (Cs), Inés Arrimadas, sobre la crisis de Ceuta. "No es una crisis migratoria, es una crisis de otro tipo y como tal hay que abordarla", señaló Sánchez desde su escaño. A continuación enumeró los refuerzos en las fuerzas de seguridad, así como las devoluciones de personas hacia el país vecino y los suministros de materiales humanitarios. 

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La agenda del día 19 la completó Sánchez con algunos actos institucionalesParticipó en el 43º Congreso Confederal de la UGT, que se celebró en el Palacio de Congresos de Valencia. Y por la tarde clausuró una Jornada sobre 'Los fondos europeos de recuperación: así va a cambiar España', organizada por Eldiario.es, en el Auditorio del Museo Nacional de Arte Reina Sofía.

El segundo espionaje, en la cumbre Hispano-Polaca

El 31 de mayo, fecha en la que según la denuncia realizada por el Gobierno, se le extrajeron a Sánchez 130 megas de información, el presidente lo pasó prácticamente entero en la XIII Cumbre Hispano-Polaca. En la cita, celebrada en Alcalá de Henares, estuvo junto al primer ministro de la República de Polonia, Mateusz Morawiecki. Tras una jornada matutina con diferentes encuentros y actividades internas, alrededor de las 15.00 comparecían los dos mandatarios en rueda de prensa. 

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"No es aceptable decir que se atacan las fronteras por desavenencias en política exterior", dijo Sánchez el día 31

Justo ese mismo día 31, el Ministerio de Exteriores de Marruecos había emitido un comunicado en el que reconocía que la crisis abierta tenía que ver directamente con la postura española sobre el Sáhara Occidental, más allá de la acogida concreta de Ghali. "Las legítimas expectativas de Marruecos van más allá: comienzan con una aclaración, sin ambigüedades, por parte de España, de sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones", señaló el texto. La embajadora marroquí en España ya había señalado el mismo día 18 que algunos actos tienen consecuencias. Unas palabras que provocaron la llamada a consultas por parte del Gobierno. 

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Los periodistas preguntaron a Sánchez, en su rueda de prensa, por el comunicado marroquí. Y Sánchez fue tajante. "Si está diciendo que se ha utilizado el asalto a la valla de Ceuta por más de 10.000 migrantes me parece absolutamente inaceptable, porque no es aceptable decir que se atacan las fronteras por desavenencias en política exterior". La agenda del día 31, un lunes, se completó con su presencia en la reunión del Comité de Seguimiento del Coronavirus celebrada por la tarde en Moncloa.

Puerta abierta a los indultos

Más allá de la crisis con Marruecos y las cuestiones relacionadas con el Sáhara Occidental, entre medias de los días señalados, 19 y 31, también se produjo un anuncio relevante en cuanto a la política estatal. Sánchez se desplazó a Bruselas el día 25 de mayo para participar en el Consejo Europeo. Desde allí señaló que la decisión sobre los indultos a los presos catalanes del Procés no estará basada, "ni en la venganza, ni en la revancha". 

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El Gobierno comenzaba así, a la espera de una serie de informes jurídicos, a abrir la puerta a la posibilidad de unos indultos que se aprobaron el mes siguiente. Sobre este tema también habló Sánchez el día 31 en su rueda de prensa por la insistencia de los medios en el asunto. El presidente no se atrevió entonces a adelantar una fecha para que se conociera la decisión y mantuvo el mensaje de que se tomaría "en conciencia" para que el futuro de convivencia en Catalunya fuera mejor. Paradójicamente, mientras pronunciaba estas palabras, el software israelí que también se ha usado para espiar a dirigentes catalanes, le estaba extrayendo información a él. 

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