GRANADA
Un pequeño pulso entre las direcciones andaluza y nacional del PP se juega en Granada que podría tener más peso en la convocatoria de elecciones autonómicas anticipadas que cualquier pataleta de Vox. El que fuese candidato del partido a las municipales de 2019, Sebastián Pérez, ha abandonado las filas populares y pasado al grupo mixto para forzar que se desbanque al actual regidor, Luis Salvador, de Ciudadanos, ya que asegura que pactó con este repartir el mandato 2 y 2 años y que ha incumplido al no cederle la alcaldía el pasado martes 1 de junio.
La razón es el pacto de no agresión (o más bien de no absorción) entre Juan Manuel Moreno y Juan Marín hasta finalizar la legislatura autonómica y, sobre todo, las diferencias sobre quién debería ser el candidato del PP por Granada en 2023. Sevilla tiene unas preferencias, Madrid otras, y rotar la alcaldía nazarí ahora favorecería a las segundas. Entre otras cosas, eso pondría palos en las ruedas a la renovación de las estructuras provinciales andaluzas, que Moreno ha tratado de limpiar de elementos afines a Génova.
Pero vayamos por partes, porque el panorama granadino es complejo. Ciudadanos gobierna su única capital de provincia en toda España tras quedar como tercera fuerza en las municipales de 2019, con apenas 5 concejales de 27. En esa convocatoria el partido más votado fue el PSOE, que logró 10 ediles por 7 del PP. Ese pleno lo completaban Unidas Podemos y Vox, con tres cada uno. La suma de las derechas debería haber hecho alcalde a Pérez, pero se alcanzó un acuerdo que entregó a Salvador el bastón de mando de un gobierno Cs-PP con apoyos de Vox.
Aunque nunca fue oficial, Sebastián Pérez siempre sostuvo que ese pacto implicaba cambiar la alcaldía a mitad de mandato, este 1 junio de 2021. El pasado 26 de mayo Pérez anunció que dejaba su partido sin dejar su acta de concejal, pasando al grupo mixto, y amenazando al PP con que, "si no encontraba los 14 concejales para hacer una moción de censura", los buscaría él mismo. Aunque parecía insinuar un pacto con PSOE y Podemos para hacer alcalde al candidato socialista, Francisco Cuenca, ese escenario nunca ha estado sobre la mesa, y Pérez parece querer forzar la salida de Salvador además de buscar acomodo para sí mismo, aparentemente sin "familia" 'popular' a la que adscribirse.
Aparentemente su salida ha desbloqueado la voluntad del PP de la ciudad de Granada por recuperar la alcaldía. El presidente provincial popular, Francisco Rodríguez, anunció este jueves 3 de junio que su partido se plantea salir del gobierno municipal para forzar a Ciudadanos a entregar la alcaldía. Sin embargo, esto no parece del gusto de la dirección andaluza del partido, que tuvo su pacto silencioso de caballeros con Ciudadanos en no "pisarse" hasta finalizar la legislatura. La filtración al diario Ideal de Granada de los audios de las conversaciones entre Salvador y Pérez dejaban al primero en mal lugar al revelar los detalles del reparto de sillones y que, efectivamente, aceptó el "2+2".
El nuevo alcalde 'popular' de Granada, en fin, saldrá del acuerdo entre el PP andaluz y el nacional, toda vez que el primero quería agotar el mandato con Salvador al frente para poder imponer una candidata que no formase parte del actual grupo municipal. Se barajaba a Rocío Díaz, actual presidenta del Patronato de la Alhambra y el Generalife, o Marifrán Carazo, consejera de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, ambas con experiencia como concejalas de gobierno en Granada pero sin salpicar por los casos judiciales que llevaron a la caída del último alcalde del PP, José Torres Hurtado, del que Sebastián Pérez fue número 2 durante más de una década.
Los candidatos del PP granadino respaldado en sordina por Madrid serían o el portavoz municipal del partido y concejal de Protección Ciudadana y Movilidad, César Díaz, o el concejal de Recursos Humanos, Francisco Fuentes, ambos formalmente todavía tenientes de alcalde de Salvador. Este último, que fue Subdelegado del Gobierno en Granada y número del PP provincial cuando Sebastián Pérez lo presidía, parece ser el favorito del ahora tránsfuga, que ha dejado caer que apoyaría a su ya ex partido para hacerlo alcalde.
A nivel nacional se han pronunciado más las líderes de otros partidos que el propio PP, andaluz o español. Inés Arrimadas descartaba esta misma semana entregar la alcaldía a los populares, aunque el peso de la decisión recaerá en la dirección regional de Juan Marín. Por otro lado la diputada de Vox por Granada, Macarena Olona, apoyaba a Sebastián Pérez y acusaba a Luis Salvador de "no tener escrúpulos". Paradójicamente Vox en Granada, comandado por el concejal Onofre Miralles (ex del PP) influyó en el "2+2" al tener oficialmente vetado a Pérez, con el que su portavoz ha llegado a insultarse públicamente.
Por otro lado está la salida de Luis Salvador. Tanto en Granada como en Sevilla era un secreto a voces que negociaba desde, al menos, el pasado febrero (tras la debacle naranja en las catalanas) su salida a un puesto en la Junta e incluso su paso ingresar en las filas populares. Salvador, además, empezó su carrera política en el PSOE, por el que llegó a ser senador entre 2004 y 2011. En 2014 abandonó el partido tras presentarse y perder para los puestos de coordinador provincial y de la agrupación de la ciudad de Granada. Tras especularse con su paso a UPyD, recaló en Ciudadanos. Aunque se presentó a las municipales de 2015, abandonó la concejalía tras salir elegido diputado en 2016.
Irónicamente puede ser la segunda legislatura consecutiva en la que el PP no se decide a recuperar la alcaldía mediante una moción de censura dándole los números por no ponerse de acuerdo con el candidato. En 2016 el que había sido alcalde desde 2003, José Torres Hurtado, abandonada el cargo imputado en el Caso Nazarí. En 2015 había alcanzado el gobierno con el apoyo de Luis Salvador ya en Ciudadanos, pero un año después este grupo daba su apoyo al socialista Francisco Cuenca, que se mantuvo en el cargo hasta las municipales de 2019.
En el interín, y dado que Cuenca llegó al puesto sin moción de censura sino por pleno de investidura tras la salida previa de Torres y gobernaba en minoría con solo 8 ediles de 27, el PP llegó a plantear una moción con apoyo de Cs de nuevo. Sin embargo en ese momento quien maniobró para impedirlo fue Sebastián Pérez, todavía presidente provincial popular en Granada pero sin cargo de edil (había dimitido junto a Torres pese a no estar imputado). Si la candidata que se barajaba entonces, de nuevo Rocío Díaz, llegaba al cargo, él no habría podido presentarse en 2019 como era su objetivo toda vez que sabía que no repetiría en las listas del partido como senador. Entonces Sevilla le hizo "un favor" indirecto después de llegar a la Junta, al "ascender" a Díaz a directora de la Alhambra.
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