CONVENCIÓN NACIONAL PP Del "miedo" a Cs a la inevitable alianza con Vox: la evolución del PP de Casado desde su anterior Convención
Desde las filas populares dan la máxima relevancia a este evento, conscientes de que necesitarán llegar a pactos con la ultraderecha si quieren llegar al Gobierno
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madrid,
"No basta con ponerse el disfraz del PP ni versionar en un karaoke los temas populares". Esta fue una de las frases más comentadas el 20 de enero de 2019 en el cierre de la Convención Nacional de los populares celebrada aquel año. Fue la última hasta la fecha y la primera bajo el liderazgo de Pablo Casado. Las circunstancias políticas han cambiado mucho. En aquellos momentos, parecía que la principal amenaza al espacio electoral del partido la representaba Ciudadanos (Cs). La ultraderecha de Vox sólo se había asomado en el Parlamento de Andalucía, aunque se vislumbraba su proyección, confirmada en las siguientes elecciones generales. En poco más de dos años el "miedo" a Cs se ha neutralizado, mientras que la relación con Vox se ha confirmado como una alianza inevitable.
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Desde las filas populares se ha insistido en los últimos días en la relevancia que tiene la Convención para confirmar el liderazgo de Casado. Del mismo modo, consideran muy diferente aquel primer evento clausurado por el presidente del partido con el que tiene lugar desde esta semana. En primer lugar, según destacan fuentes de la dirección a Público, por la propia duración de la Convención. Antes, incluso en tiempos de Mariano Rajoy, este tipo de actos se despachaba en dos o tres días. Este año la parte "oficial" tiene siete días seguidos con mesas, debates y ponencias.
Por otro lado, aquella Convención tuvo lugar poco después de la llegada de Casado a la presidencia del partido. En 2018, tras la moción de censura de Pedro Sánchez a Rajoy y la dimisión de este, Casado venció en primarias Soraya Saénz de Santamaría. Fue en julio de ese año, por lo que el líder popular tuvo solo medio año para prepararla. También destacan la mayor relevancia de invitados internacionales en esta ocasión en comparación con la anterior.
Las encuestas en aquellos momentos tampoco tienen nada que ver con la situación actual, recuerdan desde la calle Génova. Aunque se ha frenado un poco su crecimiento, debido principalmente a la crisis abierta entre Isabel Díaz Ayuso y la dirección nacional, los populares se sienten fuertes. Con Cs en claro descenso electoral y desaparecido de lugares tan importantes como la Asamblea de Madrid, el PP mira ya más a Vox que al partido naranja. Y son conscientes de que la alianza con ellos será inevitable en muchos lugares.
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Precisamente la victoria de Ayuso el pasado 4 de mayo ejemplificó esta coyuntura. Un resultado exitoso pero insuficiente para gobernar sin apoyos. Y ahí estaba Vox, a quien la presidenta madrileña siempre ha tratado con cercanía, evitando confrontar de forma directa. En menos de medio año, Ayuso ha sacado adelante reformas tan relevantes como la de TeleMadrid con su ayuda. Junto a ellos también ha tumbado la posibilidad de que se investigue lo que sucedió en las residencias de mayores durante el inicio de la pandemia. Y el Gobierno madrileño parece dispuesto a cambiar las leyes LGTBi, una de las banderas ideológicas que ha mantenido el partido de Santiago Abascal.
A pesar de que el triunfo de Casado en las primarias de 2018 vaticinaban la "derechización" del PP, una suerte de vuelta al aznarismo, la estrategia con la ultraderecha no ha estado del todo clara y ha ido modulándose. "El PP ha vuelto", decía Casado al vencer el Congreso de su partido.
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Los vaivenes del PP de Casado con Vox han sido continuos
En este tiempo, el líder del PP ha llamado a Vox "populistas" en diferentes ocasiones, equiparándolo con Podemos, por ejemplo tras el asalto al Capitolio de Estados Unidos. Pero los vaivenes han sido continuos, y aunque los ha definido también en alguna ocasión como "extrema derecha", también dijo de ellos que eran "constitucionalistas", por ejemplo.
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Lo que parecía que iba a ser un punto de inflexión ocurrió en octubre del año pasado, en el recordado y duro discurso que pronunció durante la moción de censura presentada por los de Abascal frente a Pedro Sánchez. "Hasta aquí hemos llegado", le dijo Casado al líder ultraderechista, entre acusaciones de provocación a los populares. "Esta moción no la ha presentado contra el Gobierno, sino contra el partido para el que ha trabajado durante 15 años", añadió entonces.
Rechazo a los "cordones sanitarios" con la ultraderecha
"Queremos una mayoría centrada, con ambición de futuro, que rechace los cordones sanitarios y actitudes sectarias", decía Casado en aquel enero de 2019. Y bien es cierto que lo de rechazar hacer un cordón sanitario con Vox lo ha cumplido pese a la dureza de sus palabras en la mencionada moción de censura. Precisamente, tras las elecciones en Alemania celebradas este fin de semana, desde el PSOE le han pedido a los populares que establezcan ese cordón aprovechando la Convención Nacional. "Casado busca hacer del PP un sucedáneo de Vox", afirmó Adriana Lastra.
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Este concepto de aislamiento a la ultraderecha fue reavivado hace relativamente poco tiempo. A finales de julio, un movimiento en Ceuta afectó a la política estatal. La Asamblea de la ciudad autónoma nombró persona non grata a Abascal por su visita tras la crisis migratoria con Marruecos y sus declaraciones hacia la población musulmana. El PP se abstuvo, lo que provocó la ira de los ultraderechistas y su anuncio de que "rompían relaciones". "El PP nunca ha levantado cordones sanitarios ni ha demonizado a ningún político democrático", dijo pocos días después Casado. "Nosotros no hemos roto con nadie", apuntó el secretario general Teo García Egea.
Un par de meses antes, el PP parecía ya haber aparcado sus diferencias públicas con Vox y se volvieron a manifestar junto a ellos y Cs por el asunto de Catalunya. Con ellos han coincidido en el discurso respecto a los últimos acontecimientos, tanto con la celebración de la mesa de diálogo como tras la detención de Carles Puigdemont.
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Feijoó dice que no hay que gobernar con populismos
A diferencia de Ayuso, Alberto Nuñez Feijoó no ha necesitado a Vox para gobernar. De hecho, la fuerza ultraderechista no tiene representación parlamentaria en Galicia. Qué haría el presidente gallego en otras circunstancias no se puede saber, pero en este contexto, Feijóo se ha querido distanciar de la ultraderecha en varias ocasiones.
Sin ir más lejos, la última ha sido durante la inauguración de la Convención popular. Pocos minutos después de la intervención del propio Casado. En un acto junto al vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. Sin mencionar expresamente a Vox, el dirigente gallego ha reivindicado que el PP "se ha dedicado a defender la libertad sin fisuras y nunca ha gobernado con cualquiera".
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Feijóo ha querido defender la "estabilidad" y la "gestión", que ha situado en el polo opuesto del populismo. "No debemos caer en sus trampas; ni en postulados nostálgicos, ya que nunca hemos sido xenófobos, reaccionarios o insolidarios. Eso se lo dejamos a otros partidos", señaló.
La Convención del PP continúa en Valladolid. Entre los actos, destacan el titulado "Globalización y vínculo atlántico", con la presencia de Casado junto a Donald Tusk, expresidente del Consejo Europeo y de Polonia. También participará el expresidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, junto al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. Por la tarde, será el turno para algunos de los invitados que han puesto de ejemplo en el PP para reflejar su "ensanchamiento a izquierda y derecha". Son Alejo Vidal-Quadras y Juan Carlos Girauta. Junto a Edurne Uriarte y el escritor Juan Claudio de Ramón tratarán el tema de la "Unidad nacional y el Estado autonómico frente al nacionalismo".