El Consell per la República prepara un 'think tank' demoscópico para conocer el grado de apoyo de los países europeos
El recién elegido eurodiputado Toni Comín, responsable del día a día de la entidad, cree que el problema catalán ya es una de las cinco o diez carpetas que más preocupan a los ministerios de Exteriores europeos.
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BRUSELAS,
Después de un largo ciclo electoral que ha acaparado toda la atención mediática, los líderes independentistas agrupados en Bélgica proseguirán con la estrategia de la internacionalización del caso catalán. No sólo con la lucha jurídica para alcanzar el acta de eurodiputados (en el caso de Puigdemont y Comín), sino también en la socialización del caso catalán en la opinión pública europea.
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Este es uno de los objetivos principales del Consell per la República, la estructura creada por los principales partidos y entidades civiles independentistas con el objetivo de dotarse de una cierta institucionalidad paralela que pueda actuar desde el extranjero. Y es, también, la máxima expresión de lo que se puede considerar el independentismo legitimista (la defensa del "mandato del 1 de octubre" y la legitimidad del Govern de la Generalitat cesado en bloque por 155).
Actualmente, el Consell cuenta con cerca de 70.000 ciudadanos inscritos. Con los 10 euros de aportación inicial de cada uno, la entidad ha alcanzado un presupuesto inicial de unos 700.000 euros. Su sede física es Waterloo: la Casa de la República, que a la vez es residencia oficial del expresident Carles Puigdemont. Allí se hacen las reuniones físicas, aunque también trabajan telemáticamente, ya que destacadas figuras de la entidad viven en Suiza (Marta Rovira), Escocia (Clara Ponsatí), Bélgica (tres ex consejeros y el propio Puigdemont), así como Catalunya.
Hasta ahora, el principal encargado del día a día del Consell ha sido el recién elegido eurodiputado Toni Comín –número dos de JxCat en las recientes elecciones europeas–, quien explica a Público los siguientes pasos de la entidad. A estas alturas, trabajan para crear el nuevo European Watch, un Observatorio Europeo que trabaje a nivel demoscópico. Porque... ¿Europa nos mira, realmente? "Necesitamos saber qué piensa Europa y lo necesitamos saber desde el rigor científico", explica. Tener los datos exactos y actualizados de cuál es el grado de conocimiento: por países, regiones, clases sociales ... Y cuál es el grado de apoyo al asunto catalán. "Como si fuera un tracking electoral, para ir redefiniendo y reajustando nuestra estrategia de internacionalización. Si no, vamos un poco a ciegas en los intentos de internacionalización", añade Comín. Un servicio de estudios, un tipo de think tank del Consell.
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Seducir la opinión pública europea
Desde su perspectiva en Bélgica, concretamente ubicado en la ciudad flamenca de Lovaina, el exconseller cree que los frentes de la internacionalización del conflicto han cambiado sustancialmente. "Hasta septiembre de 2017 sólo teníamos el frente institucional, donde se incluyen gobiernos, partidos, parlamentos ... Pero después del referéndum, llega el frente judicial: jueces belgas y alemanes y el Comité de las Naciones Unidas adquieren gran protagonismo. Y en tercer lugar tenemos la opinión pública europea. Antes no nos habíamos dirigido a ella, mientras que ahora no hacemos otra cosa", enumera Comín.
A pesar de que consideren que el frente judicial les da victorias y es imprescindible, el círculo de Waterloo cree que el destinatario más estratégico del mensaje es justamente la opinión pública. ¿Y por qué? "Pues porque los gobiernos se moverán si se mueve a su gente", dice Comín. Y pone algunos ejemplos: "El presidente del Parlamento flamenco, los senadores franceses, los diputados del Piamonte, diputados del Bundestag... Era gente que ya tenía cierta simpatía por el caso catalán, pero también donde su sociedad ha descubierto el caso catalán y entonces es mucho más fácil que actúen. Si sólo está en la mesa del despacho de los políticos, pero no en la opinión pública, es mucho más difícil actuar". De ahí que diga: "Los apoyos institucionales vienen porque estamos despertando el gigante dormido".
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¿Preocupación en las cancillerías europeas?
Este tipo de despertador no es novedad. El exconsejero Raül Romeva ya se dedicó a la consolidación de la diplomacia catalana. Pero el referéndum del 1 de octubre altera profundamente el tablero de juego. Según Comín, "después del 1-O el caso catalán pasó a ser una de las 5 o 10 carpetas más importantes de cualquier ministerio de Asuntos Exteriores de Europa. Y antes estábamos entre las 30 más importantes. Así que ahora somos un problema de primera división". No se han hecho públicos suficientes datos para saber con exactitud si el caso catalán está o no en la mesa de las principales cancillerías de la Unión Europea. Las reacciones a un hipotético segundo referéndum serían una buena forma de medirlo. "No creo que los gobiernos callaran ahora como lo hicieron", especula Comín.
La Delegación de la Generalitat ante la UE en Bruselas es otra de las herramientas para dar a conocer los postulados del Govern. Como lo es la inminente batalla jurídica de Puigdemont y Comín para poder recoger el acta de eurodiputado, en el llamado "frente judicial". Los continuos viajes de los exconsellers en toda Europa son "el frente de la movilidad". E intentarán que el Consell de la República sea un frente participativo.
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Según apuntan, quieren que sea un ente "apartidista" que salve el 'mandato del 1 de octubre'. "Protegerlo: pero no para dejarlo como una momia, sino para hacerlo efectivo", dice Comín, y añade: "Que cada vez que nos repriman, que a España le salga más caro a nivel de imagen internacional".
"Tenemos que ser el Estado Mayor del independentismo"
A corto plazo, el Consell per la República lanza este junio una campaña de afiliación y comunicación. También está trabajando su Plan de Gobierno, que los inscritos podrán enmendar. Igualmente, en otoño harán las primeras elecciones a la Asamblea de Representantes. Hasta ahora se han centrado en estructurarlo internamente y diseñar la plataforma tecnológica. También han realizado las primeras acciones públicas, como la iniciativa ciudadana europea. Pero sobre todo, en palabras de Comín, han trabajado "para que fuera transversal". En su consejo de gobierno se encuentran ERC, ANC, Demòcrates, Poble Lliure, Junts per Catalunya, entre otros. "Tenemos que ser un poco el Estado Mayor. Poder debatir y ofrecer una hoja de ruta al independentismo".