El Congreso dejará atrás esta semana uno de los periodos más excepcionales de su historia reciente. Después de 10 meses de bloqueo político (desde que se disolvieran las Cortes el 5 de marzo de 2019 para convocar las elecciones que tuvieron lugar el 28 de abril de ese mismo año), la Cámara tiene la oportunidad de pasar la página de un periodo marcado por el bloqueo político y por la sequía legislativa.

La principal actividad del Parlamento durante este tiempo ha sido la de la disolución y constitución de sus propios órganos de trabajo a raíz de las repeticiones electorales. Durante la última legislatura, la fallida, al Congreso ni siquiera le dio tiempo a constituir todas sus comisiones, y diputados como los del Pacto de Toledo se vieron obligados a disolver su comisión tan solo 10 días después de su constitución.

En estos 10 meses, la Cámara no ha aprobado ni una sola iniciativa proveniente de los grupos parlamentarios, y la única fórmula que se ha utilizado para aprobar leyes es la del decreto (el Gobierno puede utilizarla para realizar reformas de extraordinaria y urgente necesidad; el Congreso solo los aprueba o los rechaza, pero no hay un debate sosegado sobre sus contenidos ni la posibilidad de introducir enmiendas).

Este martes el Parlamento constituye la Diputación Permanente, encargada de velar por los poderes de la Cámara cuando las Cortes están disueltas o se encuentran fuera de los denominados periodos de sesiones. La constitución de este órgano para momentos excepcionales cierra, precisamente, uno de los periodos más inusuales que se recuerdan.

A partir de la semana que viene, el Congreso recuperará su 'rutina' institucional con la certeza de que en esta ocasión hay un Gobierno con plenas facultades y de que no se podrán celebrar unas elecciones hasta, al menos, finales de septiembre.

La semana arrancará con la celebración el lunes de la denominada solemne apertura de las Cortes. Se trata de un acto en el que el rey acude a la Cámara Baja y reúne a los diputados y senadores de la legislatura para pronunciar un discurso que abre el nuevo ciclo político. En esta ocasión, casi medio centenar de parlamentarios ya han avanzado que no acudirán a la apertura. 

El Congreso ha escogido esta fecha porque se trata del primer día que se encuentra dentro del periodo de sesiones. Enero, julio y agosto son meses ináhibles en el Parlamento y la actividad en estos días es muy limitada. Tan solo un día después, el martes, la Cámara celebrará el primer pleno de la XIV Legislatura.

Apertura de las Cortes, primer Pleno y comisiones

En esta sesión, los diputados debatirán y decidirán sobre un decreto del Gobierno en funciones que estaba pendiente desde diciembre y cuya validez expira el día 5 de febrero (el miércoles de la próxima semana) si el Congreso no lo convalida. Esta norma contiene la paralización de la subida de las pensiones al 0,25% y la actualización de valores catastrales.

También se llevarán a este pleno los primeros decretos del Ejecutivo de coalición (la subida de las pensiones al 0,9% y la subida del salario de los funcionarios), así como una reforma del Reglamento de la Cámara para adaptar las comisiones parlamentarias a la estructura del nuevo Gobierno (que cuenta con 18 ministerios y cuatro vicepresidencias).

El miércoles, el Congreso terminará su preparación para la legislatura con la constitución de 26 de sus comisiones; 21 permanentes legislativas y cinco permanentes no legislativas (seguimiento y evaluación de los acuerdos del Pacto de Toledo; seguimiento y evaluación de los acuerdos del Pacto de Estado en materia de Violencia de Género; auditoría de la calidad democrática, la lucha contra la corrupción y las reformas institucionales y legales; Derechos de la Infancia y Adolescencia y la Comisión sobre Seguridad Vial).

Este proceso llevará, al menos, un par de días, y los grupos políticos deberán negociar previamente los puestos en las mesas de las distintas comisiones, empezando por las presidencias. Tras constituir las comisiones, la Cámara deberá empezar con los trabajos pendientes de la legislatura, que ya se han ido acumulando desde principios de diciembre, cuando se constituyeron las Cortes.

Todos los ministros del Gobierno han pedido comparecer en el Congreso para explicar las líneas maestras con las que dirigirán sus respectivas carteras, y la oposición ha citado a varios ministros y al presidente del Ejecutivo para dar explicaciones sobre distintas cuestiones de la actualidad.

Los grupos, por su parte, han registrado las primeras proposiciones de la legislatura. Uno de los primeros en hacerlo fue el PNV, que recuperó iniciativas de otras legislaturas tumbadas por los adelantos electorales, como la derogación de la ley mordaza, la supresión de la prisión permanente revisable o la reforma de la ley de secretos oficiales (los de Aitor Esteban buscan que se establezcan unos plazos concretos para desclasificar documentos y, de esta forma, equiparar la legislación española a otras legislaciones europeas que poseen límites temporales para la clasificación de información reservada).

El pasado viernes el PSOE registró también sus primeras proposiciones de ley: la despenalización de la eutanasia, la ampliación de la ley de Memoria Histórica, la derogación del plazo máximo de instrucción de sumarios y la supresión del veto del Senado al techo de gasto. La Mesa de la Cámara ya ha establecido un calendario de sesiones plenarias con una previsión estimada hasta finales de junio.