Este artículo se publicó hace 2 años.
Ciudadanos planea quitarle a Arrimadas el control del partido: así ha perdido poder orgánico la sucesora de Rivera
La sucesora de Albert Rivera no ha sido capaz de recuperar a la formación del hoyo electoral en el que se sumió en 2019 y la contestación a su liderazgo dentro del partido es ruidosa.
Madrid-Actualizado a
Se puede ver como un reparto de funciones o como una pérdida de poder. De forma oficial en la sede de Ciudadanos solo se hace la primera lectura, pero la propuesta de crear una estructura bicéfala con una dirección orgánica y otra política, sacando a Inés Arrimadas de la primera, es, de facto, un movimiento que la dejaría sin el control interno del partido.
La encrucijada para la refundación no es sencilla: la heredera de Albert Rivera está muy cuestionada por sus bases pero, sin perfiles potentes en primera línea, la dirección de Ciudadanos la sigue reconociendo como "el mejor activo político". Así, la solución quirúrgica pasa por mantenerla como candidata pero apartarla del aparato del partido. Al menos es la propuesta del equipo que trabaja en el proceso de refundación de Cs y, que avala la propia Inés Arrimadas. "A mí me parece que puede ser una buena idea", aseguró este martes en una entrevista con RNE.
De llevarse a cabo, Ciudadanos copiaría el modelo del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Su presidente es Andoni Ortuzar, pero los candidatos electorales son Íñigo Urkullu para las autonómicas y Aitor Esteban, portavoz en el Congreso, en las generales. En el caso de los nacionalistas vascos Ortuzar es el responsable último de la estrategia política del partido y quien lleva las negociaciones al más alto nivel con el Gobierno.
Arrimadas ha negado que el del PNV sea su ejemplo a seguir y señala a los liberales europeos como espejo: "Hemos mirado más los modelos europeos, hay muchísimos ejemplos". La líder de Ciudadanos asegura que habló de este tema, por ejemplo, con el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte.
Avalada y defendida por la actual dirección, esta hoja de ruta hacia la bicefalia todavía no está definida. Teniendo en cuenta que los días 9 y 10 de enero se celebrarán las primarias en el partido, y que Arrimadas descarta presentarse, la fragmentación de poderes en la cúpula de Cs debería aprobarse antes de esa fecha para que se pudiese elegir a un líder orgánico . Pero eso, según los estatutos, debería hacerse en una asamblea general que está convocada los días 13,14 y 15 de enero. Es decir, después de las primarias.
Ruidosa contestación interna
Según informaciones recogidas por diferentes medios de comunicación, fuentes de la dirección de Cs señalan que esta es una forma de "proteger" a Inés Arrimadas del desgaste de presidir el partido. Para los más críticos, llega tarde. La sucesora de Albert Rivera no ha sido capaz de recuperar a la formación del hoyo electoral en el que se sumió en 2019 y la contestación a su liderazgo dentro del partido es ruidosa.
El fracaso en Andalucía noqueó definitivamente a Ciudadanos y forzó a Arrimadas a tomar decisiones para, al menos, mantenerse en pie hasta las locales y autonómicas del mes de mayo. Pero las críticas internas ya eran tan fuertes que el proceso de refundación no fue capaz de acallarlas y desde entonces la presidenta del partido se ha enfrentado a un sector de Cs que pide su dimisión y a una OPA hostil del PP arrastrando a exdirigentes naranjas a sus filas.
Apartarla de las responsabilidades internas es una forma de contentar a ese sector crítico que cuestiona su liderazgo, pero también evidencia la falta de rostros alternativos en el partido. Con Arrimadas, Edmundo Bal y Begoña Villacís en primera línea política, la incógnita es quién asumirá el poder orgánico.
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