El centro ideológico no existe
El gurú progresista George Lakoff publica un nuevo libro en España sobre las formas de pensar y comunicar en política
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Una época en que la derecha de Estados Unidos nacionaliza bancos, la izquierda de España aprueba ayudas millonarias para salvar a las entidades financieras y el presidente francés propone "refundar el capitalismo", es sin duda una época propicia para la reflexión política. Eso es lo que propone George Lakoff (Estados Unidos, 1941) en su libro Puntos de reflexión. Manual del progresista, que se publica esta semana en España.
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Lakoff, un prestigioso sociolingüista que imparte clases en la Universidad de Berkeley, era un perfecto desconocido en España hasta hace dos años. En el otoño de 2006, el diputado socialista José Andrés Torres Mora encontró en la librería de la Complutense una traducción de su obra No pienses en un elefante, compró varios ejemplares y le dio uno al presidente Zapatero. Torres Mora también habló con José Blanco y el partido decidió regalar el libro a todos los miembros de la Ejecutiva socialista. Poco después, políticos y periodistas hablaban de Lakoff con enorme familiaridad.
El propio Torres Mora rememora las tres razones que le llevaron a convertirse en propagandista de No pienses en un elefante: "El libro explica que la derecha lleva tiempo invirtiendo en estrategias de comunicación, ofrece consejos interesantes sobre cómo argumentar desde un punto de vista retórico y apunta algunas ideas sustantivas sobre valores e ideas políticas". Esas tres razones son perfectamente válidas para leer ahora Puntos de reflexión.
El libro parte de la idea de que los progresistas llevan décadas cayendo en una serie de trampas. Aunque Lakoff cita una docena, hay tres que resultan especialmente significativas: la trampa del centrista, la trampa del racionalismo y la trampa reactiva.
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Cree que las campañas no deben estar basadas en el racionalismo, sino en aspectos simbólicos
"El centro ideológico o político no existe", escribe rotundo Lakoff, quien explica que en política "es imposible que la mayoría de los asuntos puedan colocarse en una escala lineal y los moderados estén siempre en el punto medio de las escalas. Primero, porque muchos de ellos son asuntos de «sí o no»: no hay escala".
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No existe el centro, pero sí existen lo que Lakoff llama "biconceptuales", personas que en algunos aspectos de la vida son conservadoras y en otros son progresistas.
Para evitar la "trampa del centrista", el pensador estadounidense cree fundamental no caer en la tentación de viajar al centro: "Muchos progresistas creen que deben «escorarse a la derecha» para conseguir más votos. En realidad es un error. Al acercarse a la derecha, los progresistas refuerzan los valores de la derecha y renuncian a los suyos; y, además, se alejan de sus bases".
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Por si no quedara claro, Lakoff recuerda que los conservadores no lograron el éxito acercándose a la izquierda, "tuvieron éxito activando la cosmovisión conservadora".
Entre los progresistas, continúa Lakoff, impera el racionalismo, la creencia de que "la gente vota en función de los programas electorales y de las propuestas específicas de los candidatos". Pero es otra trampa, porque los electores toman su decisión basándose "en los valores, la capacidad de transmitir, la autenticidad y la confianza" que les ofrezcan los candidatos. Frente al credo racionalista hay que primar, por tanto, las cuestiones simbólicas, morales y emocionales.
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En cuanto a la "trampa reactiva", Lakoff sostiene que se produce porque los progresistas han dejado que "en casi todos los temas los conservadores definan el marco del debate [...] Los progresistas necesitamos un conjunto de políticas proactivas y de técnicas de comunicación para transmitir nuestros propios valores según nuestros propios términos".
La necesidad de enmarcar los debates es una de las obsesiones de Lakoff; una obsesión comprensible porque no es lo mismo, por ejemplo, hablar de la invasión de Irak como una "guerra contra el terrorismo" o como una "ocupación" de un país.
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A enmarcar diversos temas de máxima actuadidad dedica parte de su libro Lakoff, y solo por lo que escribe sobre la moralidad y el mercado merece la pena leer este manual.