La primera pregunta está relacionada con su país de origen, El Salvador. En las últimas semanas se han publicado noticias acerca de la política represiva del Gobierno de Bukele contra los derechos humanos. Carolina, ¿qué le llevó a venir a España?

Viajé a España en el año 2009 porque gané una beca para estudiar un máster en la Universidad Complutense de Madrid. Una vez terminado, regresé a mi país. Después vi la posibilidad de hacer un doctorado y eso me llevó a volver a Madrid. Mientras lo estudiaba, me quedé sin recursos y comencé a buscar trabajo. En ese momento tuve que tomar una decisión: si continuar en España o regresar a mi país.

Cuando vine inicialmente a este país no venía con la idea de quedarme, sino solamente de estudiar. Ya fue en el camino cuando tomé esa decisión ante las oportunidades que tenía aquí de luchar dentro de una asociación de empleadas del hogar, que es lo que yo hacía en mi país para mejorar las condiciones.

Para mantenerse, trabajó en el servicio doméstico como bien dice. ¿Qué siente al no haber tener accesos a trabajos acordes con lo estudiado por temas burocráticos?

Para mí fue muy difícil aceptar que el único trabajo que podía hacer en España, sin importar la formación que ya traía y sin importar la formación adquirida en este país, era el del empleo del hogar y de los cuidados. Fue un choque complicado porque me propuse que fuese durante poco tiempo y al final fueron cinco años con esta forma de trabajo. Lo hice con la esperanza de poder cambiar las circunstancias para que esta labor, que es muy importante, pueda ser hecha en condiciones dignas. Porque si este empleo tuviera mejor remuneración y un mejor reconocimiento, muchas personas trabajarían de ello porque es muy importante.

Por tanto, ¿cómo llegaste a ser presidenta del SEDOAC, cómo llegó a dar voz a todas las trabajadoras del hogar?

Primero me invitaron a una reunión de la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, una plataforma de asociaciones a las que pertenece SEDOAC. Y ahí comencé a conocer qué es lo que hacía la asociación. Yo desde mi país traía también esa vena reivindicativa, porque allí aprendí acerca del feminismo y de la lucha de las mujeres. Además, vi que este era un buen espacio para luchar y, sobre todo, porque yo lo estaba viviendo en primera persona. Estaba sufriendo la situación de las empleadas del hogar: las discriminaciones, las largas jornadas de trabajo y quería luchar por cambiarlo. Este fue el espacio ideal para hacerlo.

¿Por qué es tan importante la creación de este tipo de espacios frente los discursos de odio hacia a las personas migrantes?

Porque es una forma de poder demostrarles a quienes tienen discursos de odio que nosotras somos personas igual que ellos y ellas. Lo único que tenemos diferente es el color de piel y el lugar en el que hemos nacido. Somos personas y, sin importar de donde venimos, tenemos el mismo derecho que ellos y ellas.

Las trabajadoras del hogar fueron las grandes olvidadas tras el primer año de pandemia. ¿En qué situación se encuentran ahora?

Lamentablemente no tenemos datos oficiales de cuánto empleo se destruyó o de cómo cambiaron las jornadas de trabajo de las empleadas del hogar. Para todas las personas fue muy difícil la pandemia y lo que ha traído como resultados en la economía. Pero para las empleadas del hogar ha sido mucho peor porque fuimos consideradas esenciales, nos expusimos en la calle para trasladarnos a lugares para cuidar y limpiar las casas, cuidar de las familias y eso sin ninguna prestación.

En ese momento tuvimos que luchar por tener un subsidio que fue muy pequeño en tiempo y en dinero, y que la precariedad de las empleadas de hogar ha aumentado muchísimo más. Entonces eso se tiene que cambiar de una vez por todas. Tenemos que crear un sistema que proteja realmente a todas las personas trabajadoras, inclusive a las empleadas del hogar.

Deja el cargo del SEDOAC para formar parte de la lista de Más Madrid, de Rita Maestre, para el Ayuntamiento de Madrid. ¿Qué le ha llevado a dar este paso en este momento?

No ha sido fácil, pero llegó la invitación de la propia Rita Maestre y lo  consideramos una oportunidad. Y lo digo en plural, porque no fue una decisión que tomé yo sola, sino en compañía de mis compañeras empleadas del hogar y de muchas otras mujeres migrantes. Creemos que su participación política es importante en este país. ¿Por qué? Porque también es el nuestro. Madrid también es mi ciudad, yo también la quiero cambiar y por eso lucho cada día. Este es un nuevo espacio donde podemos hacer esa lucha, es decir, en los espacios de toma de decisión dentro de un gobierno local.

¿Por qué Más Madrid y no otro partido político?

En primer lugar, porque Rita Maestre me hizo la invitación, pero también porque compartimos esos principios de lucha, los orígenes de la lucha del movimiento social organizado. Otro motivo viene de tiempo atrás. En concreto, desde el Gobierno de Manuela Carmena. Todas las personas del partido han estado muy comprometidas con la lucha de las empleadas del hogar. Así, por ejemplo, se consiguió el primer centro de empoderamiento de trabajadoras del hogar y los cuidados. Eso fue gracias a Más Madrid durante el Gobierno de Manuela Carmena. Creemos que es necesario darle continuidad a estos espacios, crear muchos más si fuese posible, y para eso hay que estar en un partido político, por eso he dado el paso con Más Madrid.

Hace unos años dijo: "Los políticos no están pendientes de los problemas que afectan día a día a las personas". Ya en calidad de política, ¿cuál sería su función en el partido en el caso de ganar las elecciones?

Lo que pretendo es aportar una perspectiva desde las mujeres vulnerables y no únicamente de las mujeres migrantes, sino de todas aquellas que están cuidando en sus casas a sus familias, que son españolas también de origen, pero que hacen esas tareas de cuidado. Creo que es importante aportar esa mirada a todas las políticas. Sobre todo porque estando dentro del partido voy a poder apretar las tuercas si es necesario, para que se cumplan los compromisos que se adopten. Estamos cansadas de tanto político mentiroso, solo de campaña política. Nosotras queremos hechos. Por eso quiero entrar, para asegurarme que se cumpla lo que se promete.