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el análisis de pablo iglesias

Bolsonaro ha sido derrotado; el 'bolsonarismo' no

Pablo Iglesias en La Base.
Pablo Iglesias en La Base.

Para entender lo que está ocurriendo en Brasil, permítanme compartir algunas reflexiones del profesor de la Universidad de Rio, Rodrigo Nunes, tras la primera vuelta del mes pasado. 

Aunque debamos considerar el resultado como una victoria de la izquierda, se trata de una demostración de pujanza del "bolsonarismo". Esto prueba que el "bolsonarismo" seguirá siendo una fuerza política importante por bastante tiempo. 

Debe comprenderse el "bolsonarismo" como la convergencia de un conjunto de elementos preexistentes que ya estaban bastante diseminados por diferentes sectores de la sociedad brasileña –militarismo, antiintelectualismo, emprendimiento, conservadurismo social, el discurso anticorrupción, libertad de mercado y anticomunismo– y que encuentran identidad y dirección política por primera vez en la campaña presidencial del 2018. Bolsonaro es más un catalizador que un demiurgo.

Que sea él u otro es relativamente contingente. Por eso se puede imaginar un "bolsonarismo" sin él o más allá de él. El primer sector que Bolsonaro conquistó fue el 10 o 12% más rico de la población, lo que en un país de clase media muy pequeña como Brasil reúne desde gente que posee islas y helicópteros a gente que tiene una buena renta, pero carece de activos financieros o de capital cultural y social. 

A estos últimos no les fue mal durante los gobiernos del PT, pero vieron a los más ricos volverse mucho más ricos y a los más pobres volverse menos pobres y empezar a amenazar sus marcadores de estatus social. Este sector combina ideas de emprendimiento y meritocracia y una experiencia de relativo fracaso o inseguridad, y por lo tanto también mucho resentimiento.

Como este resentimiento no logra identificar las condiciones estructurales del fracaso o de la inseguridad, porque las únicas explicaciones admitidas tienen que ver con el esfuerzo individual, entonces buscan identificar 'quiénes son los que están recibiendo ayudas indebidas para que yo no consiga lo que merezco'.

En esta brecha entra el discurso de la extrema derecha para decir que el problema es un establishment de izquierda que le quita derechos a algunos para darles privilegios a otros: los pobres, los indígenas, los negros, las mujeres o el colectivo LGBTQ. El corazón del voto de identificación con Bolsonaro está ahí. No me parece que sea un análisis que se aplica únicamente a Brasil. Mi amigo Pablo Gentili ha escrito en Twitter que han derrotado a Bolsonaro pero que ahora toca derrotar al "bolsonarismo". 

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