Entrevista a Ana Pontón"El BNG ya es una alternativa real al PP en Galicia"
A Coruña-Actualizado a
El BNG celebra este lunes el aniversario de su fundación hace cuarenta años en el antiguo frontón de Riazor, en A Coruña. Su portavoz nacional, Ana Pontón, charla con Público a pocos metros de allí, frente a la playa, y explica por qué cree que el Bloque vive su momento de mayor fortaleza y por qué está en disposición de disputarle al PP la hegemonía política para convertirla en la próxima presidenta de Galicia.
¿Cómo le explicaría qué es el BNG a una persona que no viva en Galicia?
El BNG es una experiencia única. Logró unir a todo un nacionalismo que venía de tradiciones diferentes en torno a una formulación frentista que combina la militancia en cada partido con la militancia individual. Sobre todo, es una organización muy transversal, no sólo desde el punto de vista de su concepción de país, sino de funcionamiento interno. Es una organización muy democrática que representa la defensa no sólo de los intereses nacionales de Galicia sino de los derechos individuales y los derechos públicos, con un programa político realmente transformador y un proyecto colectivo específico para este país.
"Necesitamos organizaciones capaces de enfrentarse a quienes mandan sin presentarse a las elecciones"
¿Y cómo explicaría su proyecto para Galicia?
No es un proyecto personal, sino colectivo, que se basa en la convicción de que hay otra forma de entender y ejercer la política. Si queremos transformaciones de fondo, necesitamos organizaciones que se sean capaces de enfrentarse a quienes mandan sin presentarse a las elecciones, y que van a seguir queriendo mandar. Es un proyecto transformador que quiere que los gallegos y las gallegas vivan mejor, que tengan una sanidad pública mejor, una mejor educación, que cuidemos el medio ambiente, que apostemos por el feminismo... Y que todo eso lo hagamos desde una realidad diferente, como es la realidad gallega.
Usted lidera a una nueva generación en el BNG, la que ha "matado al padre" y ha hecho que la formación despegara. ¿Coincide con esa apreciación?
El BNG se ha transformado al ritmo en que lo ha hecho este país, que no es el mismo que hace cuatro décadas. Hoy es un partido orgulloso de esa transformación, reflejo de los cambios que se han producido a lo largo de estos años. Yo estoy muy orgullosa de la historia del Bloque, con todos sus errores y todos sus aciertos, porque hemos sido capaces de aprender de ellos. Hoy hay una fuerza viva que celebra estos 40 años mirando al futuro. Somos ya una alternativa real a la hegemonía del Partido Popular en Galicia, estamos en disposición de disputársela porque somos una fuerza política que mira a esa mayoría que quiere un cambio real para construir un futuro mejor.
¿Por qué están tan seguros de que están en disposición de disputarle la hegemonía al PP? ¿Lo deducen de las encuestas, del contacto con la calle?
Lo deducimos, primero, de los resultados de las últimas elecciones autonómicas [el BNG pasó de seis a 19 escaños en el Parlamento de Galicia, que cuenta con 75], que son el inicio de un cambio político que hará que por primera vez en la historia de Galicia tengamos una presidenta con las manos libres para defender los intereses del país. Y al PP le preocupa tener enfrente una alternativa preparada para gobernar. En segundo lugar, porque al Gobierno del PP se le están visto la costuras con esta crisis. Lleva trece años debilitando a Galicia y eso se nota en que la crisis de precios nos está afectando más, porque sufrimos una debilidad estructural que nos hace más frágiles. Y el PP ha sido incapaz de tomar ninguna decisión de calado. Esta misma semana se paralizó toda la acción de gobierno para un acto propagandístico en el que la gran medida eran 25 euros para material escolar. La Xunta está instalada en la propaganda y resulta inútil para ayudar a los ciudadanos de este país. En medio de la mayor crisis de precios que hemos tenido, el Partido Popular se permitió el lujo de paralizar la Xunta durante tres meses para que el señor Feijóo decidiera si se iba o no a Madrid. Y una vez que se ha ido, llevamos otros cien días de brazos caídos.
"El BNG tiene una vocación clara de gobernar este país para transformarlo en positivo"
Para que el BNG pueda disputar efectivamente la hegemonía al PP en Galicia tiene que atraer el voto de quienes apoyaron a Feijóo. ¿Cómo van a lograrlo?
Los votos no son de los partidos ni de quienes encabezamos las candidaturas. Son de la ciudadanía, que decide en cada momento cuál es la fuerza política que más le conviene. Hay una mayoría social que comparte las propuestas concretas que defendemos, que quiere que este país tenga un trato justo en el Estado y que es consciente de que debemos confiar en nuestras propias fuerzas, de que necesitamos políticas que defiendan los intereses de los gallegos y las gallegas sin ataduras a Madrid, pero también sin ataduras a los grandes lobbies económicos. Cuando esa mayoría social escucha las propuestas del BNG, más allá de los estereotipos que construyen sobre nosotros, se siente identificada y coincide en que tenemos razón cuando reclamamos más poder político, más capacidad de decisión, más recursos para Galicia para defender la sanidad, apostar por la ciencia y por la innovación... Sobre esa base vamos construir un proyecto con una vocación mayoritaria, porque el BNG tiene una vocación clara de gobernar este país para transformarlo en positivo.
Aunque el proyecto sea colectivo, usted ha construido un liderazgo transversal, probablemente el más transversal y definido de todos los que ha tenido el BNG en estos 40 años.
Esa transversalidad es del BNG, que tiene un proyecto dirigido a los trabajadores y las trabajadoras, a la pequeña y la mediana empresa, a los autónomos y las autónomas... A todos les va a ir mejor si somos capaces de construir un país que aproveche toda su capacidad y todo su potencial. Tenemos que romper clichés, se necesita una mirada amplia y a medio plazo de la política. Hoy hay cada vez más sectores que ven al BNG como esa fuerza capaz de transformar en positivo el país y que saben que tenemos un proyecto para la mayoría. Y eso entronca con los 40 años que estamos celebrando, porque el BNG nació con esa vocación de hegemonía, de ser una fuerza mayoritaria y un proyecto interclasista. Hoy somos más proyecto común que nunca.
¿Sirvió de revulsivo aquel órdago que lanzó hace un año, cuando amagó con dejar la portavocía nacional del partido?
No fue un órdago, de verdad. Cada uno interpreta los hechos como quiere. Lo que yo puedo decir es que aquel proceso de reflexión y la asamblea que celebramos sirvió para demostrar que hay un BNG más fuerte y más unido y con una idea muy clara: tenemos que desalojar al Partido Popular de las instituciones gallegas y poner en marcha un proyecto para construir un país mejor y con más oportunidades. Vamos a ir a por todas. El PP nos está dejando una Galicia cada vez más pequeña: menos empleo, menos industria, menos sector primario, menos población, menos gente joven... Lo único que crece aquí son las desigualdades y el deterioro de los servicios públicos. El PP nos está dejando un país en peores condiciones de las que se encontró en 2009.
"Para que haya una alternativa a la derecha es fundamental que crezcamos las fuerzas políticas nacionalistas y soberanistas"
Quiero preguntarle por la política estatal. Tengo una amiga que dice que va a ser muy difícil frenar el ascenso de la ultraderecha y la derecha sin la participación activa de las fuerzas nacionalistas de Galicia, Euskadi y Catalunya. ¿Comparte esa idea?
Para que haya una alternativa a la derecha va a ser fundamental que crezcamos las fuerzas políticas nacionalistas y soberanistas. Va a ser clave para que la derecha no vuelva a gobernar en el Estado español, pero también para que el Estado español apueste realmente por políticas que pongan en el centro las necesidades de las personas.
El BNG tiene ahora una posición cómoda frente a sus rivales en Galicia, porque puede zurrarle al PP en Galicia y al PSOE y a Unidas Podemos en Madrid.
De verdad que no tenemos ningún interés en zurrarle a nadie, ojalá no nos dieran motivos para la crítica. Pero cuando Pedro Sánchez asume un compromiso con el BNG no lo asume con una fuerza política, lo asume con todos los gallegos y gallegas. Y hay partes importantes de ese acuerdo de investidura que no se están cumpliendo, y el trato que le da el Gobierno del PSOE y Podemos a Galicia es en muchos ámbitos homologable al que le daba el Partido Popular: menos inversión y menos ejecución, porque ni siquiera ejecutan lo que está previsto en los presupuestos generales del Estado.
Siempre vamos a alzar la voz en defensa de Galicia y a reclamar políticas valientes, en un momento en el que la mayoría social lo está pasando muy mal. Es cierto que hay algunas medidas del Gobierno central que son positivas, pero son claramente insuficientes porque no están sirviendo para contener una inflación desbocada que está afectando sobre todo a las clases populares. No podemos permitir que esta crisis vuelva a saldarse con salarios más bajos y cada vez con menos poder adquisitivo, con rebajas en las pensiones y con más recortes sociales. Es una responsabilidad que tenemos ante el conjunto de la ciudadanía, porque la derecha avanza cuando las fuerzas progresistas decepcionan a su electorado. Es una reflexión que deberían hacer las fuerzas estatales.
En ese camino para disputarle la hegemonía al PP en Galicia están las municipales del año que viene. El crecimiento del BNG en las autonómicas de 2020 pasó por captar casi todo el voto de las mareas y Unidas Podemos. ¿Cree que eso se repetirá en las elecciones locales, que las mareas son un proyecto agotado?
Insisto en que quien decide qué fuerzas políticas apoya o no son los ciudadanos, que optan por quien le da más certezas, quien más le ilusiona y quien le genera más confianza. Al margen de eso, creo que a veces se considera que la política local es política menor, y para el BNG no es así. De hecho nos presentamos con el mejor aval, que son gobiernos municipales que demuestran que tenemos un proyecto alternativo para transformar el espacio urbano y para devolvérselo a la ciudadanía, para apostar por el comercio local, por la calidad de vida urbana, por los servicios públicos, por gestionar bien los recursos, por apoyar nuestra cultura... Es un modelo claro, pero la verdad es que no sé cuál es el de las otras fuerzas políticas. Lo que sí sé es que nos estamos tomando muy en serio las elecciones municipales, trabajando proyectos en cada ciudad y en cada pueblo y trabajando candidaturas que sean capaces de recabar un apoyo mayoritario. Tengo la certeza de que el BNG va a ser la fuerza política que suba en estas elecciones.
¿Qué opina del proyecto de Yolanda Díaz?
Yolanda Díaz es una política muy inteligente, con muchas cualidades, pero me resulta difícil valorar su proyecto porque hasta el momento no sabemos cuáles son los elementos que lo conforman, más allá de ese proceso de escucha que puso en marcha.
¿Cree posible recuperar o reintegrar en el BNG a quienes lo abandonaron en 2012?
En los últimos seis años el BNG ha tenido un crecimiento exponencial, no sólo electoral sino también organizativo. Se han incorporado muchas personas que nunca antes habían participado en política y a las que les ilusiona nuestro proyecto, y también han vuelto personas que se habían marchado. Tenemos las puertas abiertas a toda la ciudadanía, a todos y todas las que piensan que Galicia necesita una fuerza política propia y un proyecto sin ataduras cuya meta es defender los intereses de este país.
¿Cómo son sus relaciones con Xosé Manuel Beiras?
Cordiales, acabamos de invitarlo a la presentación del documental sobre los 40 años del BNG, en el que él participa. Queríamos que los protagonistas de ese momento fundacional compartieran cómo fue todo aquello. Él fue el primer portavoz nacional, lo fue durante veinte años y tenía que estar ahí. También es cierto que las personas somos el resultado de nuestras decisiones y nuestros actos, y en 2012 Xosé Manuel Beiras decidió tomar un camino que lo alejaba del BNG.
"El PP está dejando muy claro a quién defiende. Dime a quién rebajas los impuestos y te diré para quién gobiernas"
¿Qué opina de esa guerra que ha emprendido el PP para ver quién rebaja más impuestos a los más ricos?
El PP está dejando muy claro a quién defiende. Dime a quién rebajas los impuestos y te diré para quién gobiernas. El Partido Popular lo hace para una minoría, para los ricos. Pero es curioso que la gente se escandalice con lo que hacen ahora Ayuso y Bonilla, cuando esa agenda la inició Feijóo hace trece años en Galicia: bajó el impuesto de patrimonio y fue haciendo rebajas fiscales para las rentas altas durante trece años. El año pasado redujo 20 euros en impuestos a las rentas inferiores a 12.000 euros, y 500 euros a las rentas superiores a 60.000. Así es como el PP entiende la progresividad fiscal.
Lo vemos también en esta crisis: mientras las eléctricas y las multinacionales se están forrando, Feijóo deja muy claro que no hay que aplicar impuestos a quienes nos están estafando. Y lo que me parece muy grave es que a estas alturas el nuevo presidente de la Xunta diga que no sabe qué va a pasar con el impuesto de patrimonio, ni cuál es la política fiscal de su Gobierno. Si no lo sabe es muy grave, y si lo sabe y está ocultándoselo a la ciudadanía, es mucho peor [un día después de hacer esta entrevista, Alfonso Rueda anunció una rebaja del 50% en el impuesto de patrimonio, que beneficiará a 7.000 contribuyentes con más de un millón de euros sin contar la propiedad de inmuebles. Ana Pontón lo calificó de "burla" y de "pelotazo fiscal", recordó que mientras se bajan impuestos "a los millonarios (...), las familias, la clase trabajadora y los autónomos no llegan a fin de mes" y la Xunta "suprime la tarjeta básica de ayuda a la compra de alimentos a las familias con más dificultades". "Hay que recordarle al señor Rueda y al Partido Popular que los impuestos son los que pagan los servicios públicos, son los que nos permiten tener una sociedad más igual y más justa, lo que nos permite pagar la sanidad, la educación, las ayudas a dependencia y las escuelas infantiles", concluyó].
"Feijóo no fue moderado en Galicia, tampoco fue dialogante ni fue un buen gestor"
¿A qué cree que se debe esa imagen de moderación que tiene Feijóo en el resto del Estado que, como dice, no se corresponde con su acción política en Galicia?
Esa imagen se construyó en cierta medida por parte de la progresía y de algunos medios estatales, con el objetivo de debilitar a la dirección estatal del PP. Y no deja de ser una ficción, porque como presidente de Galicia Feijóo no fue moderado. Gobernó para las empresas amigas del Partido Popular y para las rentas altas, y sentó las bases de los recortes sociales y las privatizaciones que dinamitaron los servicios públicos. Tampoco fue dialogante porque no quiso nunca llegar a ningún acuerdo en el Parlamento, con ninguna fuerza política. Y tampoco fue un buen gestor, porque triplicó la deuda pública de este país debilitando sus servicios públicos. Nos dejó una Galicia en condiciones mucho peores de las que él se encontró, pero sobre él se ha construido esa falsa imagen que tiene mucho de visión madricentrista.
¿Cómo cree que ha influido en la construcción de esa imagen el control de los medios públicos de comunicación y el modelo de ayudas a las empresas periodísticas privadas?
Hay un déficit democrático muy importante. Necesitamos una ley que regule la relación entre los medios de comunicación y el poder político. La pasada legislatura registramos una propuesta de ley de publicidad institucional porque creemos que esa relación tiene que ser reglada y transparente. Pero sobre todo tenemos que democratizar la CRTVG. Desde ese madricentrismo que existe en la política y en la información, es curioso cómo se está obviando que los trabajadores de la CRTVG llevan cuatro años de "venres negros" denunciando la manipulación informativa, y lo poco que trasciende que haya sentencias firmes que condenan a la CRTVG por vulnerar el derecho a la libre expresión de sus trabajadores y por perseguirles por ejercerlo. Se ha sancionado a periodistas y se ha retirado a presentadores y presentadoras de informativos por ser críticos y denunciar la manipulación. ¿Cómo es que todo eso no causa escándalo? Si sucediera en otras cadenas públicas del resto del Estado, los medios estatales estarían todo el día hablando de eso.
Al margen de la publicidad institucional, ¿ustedes cambiarían el modelo de reparto de ayudas a los medios mediante subvenciones y convenios opacos otorgados a dedo?
Todo eso tiene que ser transparente y estar regulado por ley. Es una cuestión fundamental.
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