A Coruña, Madrid y Barcelona: ayuntamientos con la puerta abierta
El PP contra la participación
Publicidad
Actualizado:
MADRID.- "Madrid abrió camino y hemos ido de la mano. Aprendimos mucho de sus errores porque íbamos más lentos". Un millón de euros del presupuesto está reservado para los resultados más votados de los primeros presupuestos participativos de A Coruña, que todavía están en construcción, según explica la concejala Claudia Delso.
Publicidad
La mayoría de ciudades y municipios que protagonizaron el cambio político están poniendo en marcha procesos de participación ciudadana.
Madrid, por su parte, ha contado con la participación de unas 175.000 personas —muchas más que París en su primera convocatoria de presupuestos participativos— encargadas de votar 22 proyectos para el conjunto de la ciudad y 184 divididas entre todos los distritos. Entre las más apoyadas, incrementar el número de puntos limpios, urinarios públicos y un plan de reforestación urbana. Los ciudadanos de Barcelona, en cambio, ha preferido apostar por la regulación del mercado de alquiler de viviendas, remunicipalizar el servicio de agua, cubrir la Ronda de Dalt a su paso por Horta-Guinardó y otras 9.000 propuestas que se han incluido dentro del Plan de Actuación Municipal (PAM) 2016-2019.
A Coruña, Madrid y Barcelona no son las únicas. La mayoría de ciudades y municipios que protagonizaron el cambio político están poniendo en marcha procesos de participación ciudadana. València podrá fiscalizar al Gobierno local; Zaragoza sigue con su proceso abierto enfocado en las necesidades vecinales del casco viejo; Cádiz los tendrá para 2017. Oviedo abre el Pleno a las intervenciones de los vecinos. La cultura democrática sigue en construcción y la primera piedra la está poniendo el municipalismo
Publicidad
El PP contra la participación
Generar esos procesos de emancipación, de toma de riendas de la ciudad es algo a lo que algunos partidos de corte tradicional siempre se han opuesto. En el caso de la capital, el proyecto Decide Madrid, que gestiona los 60 millones de euros reservados a propuestas vecinales, ha contado con un fuerte apoyo por parte de Ciudadanos y el PSOE. "Lo raro es lo que hace el Partido Popular", se extraña Pablo Soto, el concejal de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto. "Se quejan de la baja participación en términos cuantitativos en un momento en el que estamos batiendo récords", más que nada porque cuando el PP gobernaba el consistorio los procesos abiertos y participativos brillaban por su ausencia.
A diferencia de, por ejemplo, unos resultados electorales, las experiencias en presupuestos participativos de otras ciudades del mundo demuestran que cualquier convocatoria de este tipo que se acerque al 2% se considera un éxito de participación.
Publicidad
Islandia y su fundación ciudadana
"En Madrid tenemos una alcaldesa que se parece un poco al alcalde de Reikiavik y no hace falta convencerla para poner en marcha procesos de participación", afirma Soto. "Cuando ocurre eso, que no es lo habitual que un político esté dispuesto a que la gente decida, ocurren cambios potentes en poco tiempo".
Soto subraya que "en Reikiavik se están fijando en lo que hacemos en Madrid. Nos mapean los suizos, los franceses", incluso reciben buen feedback de Porto Alegre, ciudad en la que se celebraron los primeros presupuestos participativos de la historia en 1988 convocados por el Partido de los Trabajadores y que ha mantenido la oposición cuando ha ocupado el Gobierno de la ciudad.
Publicidad
Asambleas presenciales o Plataformas online
Aunque han estado en contacto permanente, los mecanismos de democracia radical en Madrid y Barcelona presentan diferencias relacionadas en parte por el modelo de gobernanza que presenta cada una. Mientras que en la capital del Estado se ha optado por separar los mecanismos de participación online (Plataforma Decide Madrid) de los offline (Asambleas de distrito), en Barcelona el modelo está mucho más hibridado porque se optó por confeccionar el Plan de Acción Municipal a partir de un programa participado en lugar de crear unos presupuestos participativos.
En Barcelona se optó por confeccionar el Plan de Acción Municipal a partir de un programa participado en lugar de crear unos presupuestos participativos.
Publicidad
En la concejalía barcelonesa de Participación y Territorio que regenta Gala Pin "no se diferencia entre la capa digital y la territorial sino que se pasa de una a la otra", detalla Rubén Martínez. Cómo hacer que la red no sea un mecanismo puramente informacional y de debate sino de organización en el territorio es una de las grandes cuestiones que se han preguntado en Barcelona a la hora de crear un modelo de elaboración del PAM en el que las tecnologías sean las que acompañen a los procesos participativos, y no al revés.