Así justifica Armengol dar más flexibilidad a Sánchez que a Feijóo para poner fecha a su investidura
Alberto Núñez Feijóo afea a la presidenta del Congreso no haber hablado con el candidato socialista el día después de que lo propusiera el rey, como sí hizo con él, para fijar la fecha de la investidura.
Madrid-Actualizado a
Has pasado 50 días desde que, el 17 de agosto, Francina Armengol asumió el cargo de presidenta del Congreso. Varias polémicas hasta la fecha. Primero, con la inclusión de las lenguas cooficiales en la vida parlamentaria; después, con el voto "nulo" tras el error del diputado de Junts per Catalunya Eduard Pujol y, ahora, por las diferencias entre la celeridad con que se fijó, primero, la investidura de Feijóo y, después, la de Pedro Sánchez. En una entrevista en Más de uno este miércoles, Feijóo ha afeado que Armengol no decida ya la fecha de la investidura del candidato socialista.
Establece, así, la comparación con su propia investidura. El rey propuso a Núñez Feijóo como candidato un 22 de agosto y, el 23, ya se produjo la llamada de rigor entre el líder popular y Armengol. Fue entonces cuando se puso fecha al día grande. Feijóo mantiene que él le pidió "ocho días" —también lo ha dicho en Más de uno—, pero Público ha tenido acceso a una carta que lo desmiente. Feijóo pidió un "tiempo prudencial" y puso como referencia, por escrito, los "33, 46 y 24 días" de las últimas legislaturas. Pero eso son harinas de otro costal.
El Partido Popular aprecia diferencias entre el tratamiento que Armengol está dando a Sánchez en su proceso de investidura y el que dio a Feijóo. ¿Por qué citó a Feijóo el día después de su nombramiento como candidato y a Sánchez le da el tiempo que necesite? Es una pregunta que se hacen en Génova. "Parece una militante", ha terciado el líder conservador en Onda Cero.
El equipo de la presidenta Armengol, no obstante, sale al paso de las críticas de Feijóo. Tal y como ha explicado a Público, justifican la celeridad con la que se reunieron con Feijóo porque, con la fecha de su investidura "se iniciaba el proceso de tiempos que marca la Constitución". Se ponía en marcha el famoso reloj, dicho de otra forma. Cuanto más se hubiera alargado la fijación de la fecha, "más tiempo hubiera estado el país con un Gobierno en funciones".
"En estos momentos", completan, "eso no ocurre". ¿Por qué? Según explican esas fuentes, "ahora existe una fecha tope, el 27 de noviembre". Ese límite temporal, según entienden en el equipo de Armengol, exime a la presidenta de tener que aplicar la misma celeridad en una investidura y en la otra.
También levantaron sarpullidos unas declaraciones de la presidenta, que pronunció al anunciar el encargo del rey para que Sánchez sea candidato. Armengol dijo que se fijaría la fecha de la investidura "en el momento en el que la situación esté lo suficientemente madura". Su equipo explica que el Congreso tiene que poner todas las facilidades para que el candidato, el que sea, logre formar Gobierno.
Entre otras cosas, dicen, por eso se consensuó una fecha con Feijóo. "Una fecha", completan, "que no era la que hubieran querido los grupos progresistas". Armengol, según estas fuentes, quería respetar la voluntad del candidato. Y, ahora, con Sánchez, pretende lo mismo.
El PP mantiene su versión
Fuentes del PP, a las que también ha tenido acceso Público, no dan crédito a la explicación del entorno de Armengol. "Más prisa tendrían que tener ahora para fijar la fecha de la investidura, teniendo en cuenta que hay un límite temporal", defienden. E insisten: "Hay que tener en cuenta que el 27 de noviembre no es el límite para la investidura de Sánchez, sino para que haya presidente antes de una eventual repetición electoral".
Es el terreno de los equilibrios. Desde el PP argumentan que habría que poner fecha a la investidura de Sánchez con tanta prisa ocurrió con Feijóo, con tal de que hubiera tiempo para otros procesos de investidura en el caso de que la de Sánchez no se salde con éxito. Desde el equipo de Armengol, en cambio, consideran que, al tener el presidente en funciones posibilidades de reeditar el Gobierno, la misión de la presidenta del Congreso —a la sazón, la tercera autoridad del Estado— es poner todas las facilidades para que lo logre.
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