La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, ha llevado a cabo el único discurso del día de la jura de la Constitución de la princesa Leonor. Al menos, el único parlamento que podía tener contenido político, habida cuenta de que el letrado mayor del Congreso, Carlos Gutiérrez Vicén, también ha intervenido para dar cuenta de la mayoría de edad de la princesa. Armengol ha dedicado su discurso a la diversidad del país, incluyendo referencias a los migrantes y a la igualdad de género.

La presidenta de la Cámara no ha pasado por alto la diversidad lingüística, una de sus grandes apuestas durante la presente legislatura. De ese modo, ha salpicado su discurso con referencias literarias en catalán, euskera y gallego. Además, también ha abierto y cerrado su intervención con un saludo en las cuatro lenguas.

El discurso, que el equipo de Armengol ha buscado que sea “de izquierdas, pero institucional” —según fuentes cercanas a la presidenta— ha viajado desde el año 1986, cuando el actual jefe del Estado también juró, en su mayoría de edad, la Carta Magna, hasta nuestros días. En aquel 1986, Gregorio Peces Barba, por aquel entonces, presidente de la Cámara Baja, pronunció un discurso en el que ensalzó el papel de la monarquía. Armengol se ha referido a él, en un homenaje que ha reconocido su equipo, cuando ha ratificado la jura de la Constitución de la princesa.

Ya en los años ochenta, “España empezaba a recibir migrantes”, ha enfatizado la balear. Aquella España “era una España en transformación, una España renovada, que miraba al futuro con esperanza de cambio”. En la actualidad, en las palabras de Armengol, “somos aquel país democrático y libre de forma más robusta y profunda”.
Hacia el final de su discurso, la presidenta del Congreso ha clamado, otorgándole una especial importancia, el que es “uno de nuestros grandes retos como sociedad”, la igualdad entre hombres y mujeres. Es un apunte que ha acompañado de un verso de la poeta gallega Xohana Torres: “Eu tamén navegar” [Yo también quiero navegar].

Compromiso con el pueblo

Otra perspectiva fundamental que ha aportado Armengol, cuyo discurso, según el entorno de la presidenta, conocía por encima la Casa Real, aunque no al dedillo, es el compromiso de la Cámara que ella preside con el pueblo español. “Aquello que vale, únicamente, es nuestro compromiso con el pueblo. Siempre, y por encima de todo”, ha advertido. “Porque la democracia, señoras y señores, no es otra cosa que el poder del pueblo”. Ha citado, en ese punto, a Vicent Andrés Estellés: “Allò que val és la consciència / de no ser res si no s'és poble”. En castellano, “Lo que vale es la conciencia / de no ser nada si no se es pueblo”.

En cualquier caso, la presidenta ha pronunciado un discurso de perfil social. Ha recordado, al principio, “los conflictos que asolan este siglo XXI”, en una referencia discreta a la guerra en Ucrania y al conflicto entre Israel y Palestina en la Franja de Gaza. No ha pasado por alto el cambio climático y, quizá en la parte más política de su intervención, ha recalcado la importancia de que “se redistribuya mejor la riqueza” a través de un modelo económico “más justo y equitativo” que garantice “trabajo digno para todos”. 

“El juramento de la princesa”, ha subrayado Armengol, “supone el firme compromiso con este presente libre y democrático”. Es entonces cuando ha citado a un autor vasco, Felipe Juaristi. “Bihotz zintzoa bezain zabala” [Ancha como un corazón generoso”]. Así es como debe ser la “España de hoy”, según el poeta vasco y la propia Armengol, que ha hecho suyas sus palabras. Pluralidad, diversidad, consensos, convivencia y diálogo han sido las palabras o los valores —cargados de significado por el momento que vive el país— a los que más peso ha otorgado la presidenta del Congreso.

Tras su discurso y la jura de la princesa Leonor, los reyes, la princesa y la infanta Sofía han presenciado un breve desfile militar en la carrera de San Jerónimo. A continuación, la ceremonia continúa en Zarzuela, con un almuerzo, y, por la tarde, en el Pardo, donde se celebrará la parte más privada e íntima de la fiesta.