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Armada se postuló ante el rey antes del 23F para arreglar la falta de "lealtad" del Ejército, según Manglano, exjefe del Cesid

Los archivos personales del que fuera jefe del CESID aseguran que Juan Carlos I estaba en conocimiento de la agitación dentro del Ejército. 

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Tejero inrrumpe en el Congreso pistola en mano el 23-F. MANUEL PÉREZ BARRIOPEDRO (EFE).

El general Alfonso Armada, uno de los supuestos cabecillas del golpe de Estado del 23-F, intentó conseguir el beneplácito del rey para este movimiento e incluso le había advertido de que el Ejército no le guardaba "lealtad". 

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"Yo puedo arreglarlo. Tengo prestigio y conozco a mucha gente", llegó a decir Armada a Juan Carlos I. Eso es lo que refleja el archivo personal de Emilio Alonso Manglano, jefe del CESID, los archivos secretos, entre 1981 y 1995. 

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Aunque estos archivos hablan de que el monarca no cedió ante las presiones del general, el historiador Roberto Muñoz Bolaños, que analiza en El 23-F y los otros golpes de Estado lo ocurrido mediante fuentes primarias, asegura que "queda demostrado que el general Armada fue autorizado por Juan Carlos I a las 23:30 horas para proponerse a título personal como presidente del Gobierno ante los diputados retenidos en el hemiciclo". La versión de Manglano ante este ofrecimiento de Armada asegura que "el rey le contesta que no".

Los archivos de Manglano han salido a la luz gracias a un libro titulado El jefe de los espías, escrito por dos periodistas del diario ABC. Manglano, ya fallecido, relata el 23F a partir de sus audiencias con el rey Juan Carlos -la primera, dos meses después del golpe- y muestra la relación que el monarca mantenía con Armada.

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Según dice Manglano que le contó el rey y él anotó en sus cuadernos, poco tiempo antes del asalto al Congreso, en la Nochebuena de 1980, habían estado juntos en Baqueira y habían hablado del futuro del general.

"Puedo optar a tres destinos", le dijo Armada al rey según estos diarios, haciendo referencia expresa a ser segundo Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEME). "¿Cuál prefieres?", le preguntó don Juan Carlos. "Hombre, mejor segundo JEME", concluyó Armada. Mes y medio después, once días antes del golpe, accedía al cargo.

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En aquel encuentro, recogen los apuntes, Armada le dijo al rey que el Ejército no le guardaba "lealtad" y se ofreció a "arreglarlo". El 23F pilló al rey "en chándal, dispuesto a jugar al squash". Al conocerse la noticia, el secretario de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, llamó a diversas instancias militares para saber qué ocurría y fue el general José Yuste, de la División Acorazada Brunete, quien le preguntó si Armada estaba con el monarca.

"Ni está ni se le espera", fue la respuesta de Fernández Campo. Pero Armada sí llamó al rey, dos veces, esa tarde, según las anotaciones de Manglano, y le preguntó si podía ir al Congreso, donde los diputados estaban secuestrados.

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Daba por garantizados los votos de la derecha, y también del PSOE, para ser nombrado presidente y si el rey accedía, le advertía, se evitaría un "derramamiento de sangre".

Según su relato, Juan Carlos le dijo a su hijo, el actual rey y entonces con trece años: "Felipe, vas a ver cómo juegan con la corona de tu padre como un balón de fútbol". Las amenazas de los golpistas, según los cuadernos de Manglano, siguieron tras el fracaso de la sublevación.

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En abril, Gonzalo Milans del Bosch se reúne con el ministro de Defensa en nombre de Jaime Milans del Bosch, el único capitán general que se sumó al golpe el 23-F.

"Esto es un callejón sin salida. Si hay sentencia dura, el Ejército se subleva. Sublevación dura y cruenta. El Ejército está muy mal. La única salida es que Armada se confiese. El rey está metido hasta las cachas", le advirtió.

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