Aragonès y Sánchez escenifican el arranque de la negociación para culminar la resolución del conflicto
Las dos partes parten de posiciones alejadas, puesto que la Generalitat reitera la apuesta por el referéndum y el ejecutivo estatal no va más allá de un refuerzo del autogobierno, y admiten que el acuerdo no llegará a corto plazo. Paralelamente, continuarán las conversaciones para lograr acuerdos "tangibles", con la financiación como siguiente gran carpeta.
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barcelona,
La tercera reunión mantenida entre Pere Aragonès y Pedro Sánchez desde que ocupan las presidencias de la Generalitat y del Gobierno, respectivamente, ha estado marcada por la cordialidad entre las dos partes y por el entendimiento en varias materias, puesto que se han cerrado cinco acuerdos. Y, a la vez, se puede considerar como el inicio de la segunda fase de negociación para resolver el conflicto político de Catalunya con el Estado, que tanto el también secretario general del PSOE como el dirigente republicano aspiran a que sea la definitiva.
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A la vez, Sánchez y Aragonés asumen que no será una negociación fácil ni corta —ambos se dan la recién estrenada legislatura estatal como horizonte temporal para llegar a un acuerdo—, en la que los puntos de partida se mantienen muy alejados. De hecho, mientras que Aragonès reitera la apuesta del Govern por un referéndum de autodeterminación acordado como la mejor vía de resolución final del conflicto -y la que tiene más apoyos en Catalunya-, Sánchez lo rechaza y no va más allá de un refuerzo del autogobierno catalán.
Con todo, el clima político juega a favor de mantener viva la negociación entre los dos gobiernos. Las relaciones entre el PSOE y ERC se han ido engrasando los últimos años y es innegable que ahora mismo el clima de confianza es muy superior al existente en septiembre de 2021 o en julio del año pasado, cuando Aragonès y Sánchez mantuvieron sus primeras dos cumbres como presidentes. De hecho, no es casualidad que esta sea el primer encuentro con un presidente autonómico que ha tenido el líder del PSOE desde que volvió a ser investido jefe del ejecutivo, hace poco más de un mes.
Los acuerdos para la aprobación de la Ley de amnistía o por el traspaso de Rodalies la Generalitat, que parecían quiméricos hace solo algunos meses, han supuesto un incuestionable salto adelante y alimentan la predisposición de las dos partes a sentarse para buscar la entente sobre como resolver el conflicto de fondo.
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Paralelamente, el PSOE y ERC son las dos grandes fuerzas políticas que han hecho bandera de la negociación, junto con Sumar-En Comú Podem, y entienden que la consecución de acuerdos en cuestiones más tangibles, como se traspasos de Rodalies o del Ingreso mínimo vital (IMV), los puede reforzar también electoralmente ante el PP o Junts, respectivamente. O, dicho con otras palabras, les ayuda a alimentar el relato sobre la utilidad de su apuesta. En este sentido, a la espera de la culminación de cuestiones ya pactadas, como por ejemplo la aprobación de la Ley de amnistía o el traspaso de Rodalies, en los próximos meses ganará peso el abordaje de una nueva financiación.
Entre el referéndum y el refuerzo del autogobierno
El espacio para abordar la resolución de fondo del conflicto político será la mesa de diálogo entre gobiernos, que Sánchez y Aragonès han pactado que se reactive el primer trimestre del año próximo, es decir, en un máximo de tres meses. Si se cumple, será el cuarto encuentro del espacio, después de los celebrados en febrero de 2020 -bajo la presidencia de Quim Torra-, en septiembre de 2021 y en julio de 2022, las dos últimas ya con Aragonès al frente de la Generalitat.
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Para Aragonès ha llegado el momento de iniciar una "nueva fase" de la negociación entre los dos gobiernos, una vez la acordada Ley de amnistía ponga punto final a la represión del Estado contra el independentismo. En este sentido, el president le ha vuelto a plantear a Sánchez el referéndum de autodeterminación como la "mejor opción" para resolver el fondo de lo que es un "conflicto de soberanía" y ha defendido la necesidad que durante la legislatura "se aborden las bases, las condiciones y las vías" para hacerlo posible.
A su vez, Sánchez mantiene el rechazo explícito al referéndum, porque "no está contemplado en la Constitución" y ha añadido que "tenemos que estar más en la línea de lograr acuerdos transversales para una sociedad plural como la catalana y ofrecer a la ciudadanía un acuerdo, y no una disputa". ¿Cuál es la vía del presidente español? Pues intentar lograr un acuerdo que permita "reforzar el autogobierno y la financiación de Catalunya", aunque no ha concretado cómo. En cualquier caso, Sánchez se fija los "próximos cuatro años", es decir, toda la legislatura, como plazo para cerrar algún acuerdo y ha destacado la importancia de mantener la "normalidad institucional" lograda con la Generalitat.
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Conocedor del planteamiento de Sánchez, Aragonès tiene decidido mantener la vía del referéndum y llevarlo a la mesa de diálogo, en la que defenderá que los trabajos vinculados a la propuesta de Acuerdo de Claridad son una "buena base" para avanzar. El dirigente de ERC considera que la consulta tiene el aval mayoritario de la sociedad catalana -según el último Baròmetre del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) el 73% de los ciudadanos están a favor.
Además, subraya que la negativa de Sánchez es una "posición de máximos" para arrancar la negociación y que puede evolucionar durante las conversaciones, tal como ha pasado con cuestiones como la amnistía o el traspaso de Rodalies.
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Con todo, Aragonès admite que los planteamientos de partida están muy alejados, de "manera que es difícil que podamos llegar a un acuerdo a cortísimo plazo". Es decir, ambos dirigentes rebajan la presión sobre una resolución inminente, una opción que les permite ganar tiempos para negociar y, a la vez, llegar a entenderse sobre otros temas, que les sirva para visualizar la utilidad del diálogo.
La mejora de la financiación
Después de la amnistía, Rodalies y las normativas sobre el uso del catalán, la siguiente gran carpeta que abordarán los dos gobiernos es la financiación, con la pretensión de cerrar un pacto en un plazo relativamente breve, a diferencia de lo que sucede con la resolución de fondo del conflicto territorial. En este ámbito, Aragonès hace meses que reclama una "financiación singular" para Catalunya, que se logre en una negociación bilateral y que le permita salir del régimen común donde se integran todas las autonomías excepto el País Vasco y Navarra.
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Sánchez ha expresado su "voluntad total" de lograr acuerdos sobre financiación, pero de momento su ejecutivo no ve con buenos ojos que la Generalitat cuente con un modelo singular, diferenciado del del resto de autonomías. El presidente catalán ha asegurado que la cuestión se llevará "a debate" en la próxima reunión de la mesa de diálogo. Paralelamente hay que recordar que la consellera de Economía, Natàlia Mas Guix, tiene el encargo de elaborar una propuesta de financiación singular para Catalunya que, justamente, debería servir como base de negociación con el Estado.
La culminación de un acuerdo sobre financiación en los próximos meses sería un elemento clave para Aragonès, que podría vender un balance cada vez más exitoso de la estrategia negociadora de ERC. Unos éxitos que su partido necesita empezar a capitalizar electoralmente si quiere tener opciones de competir con Junts y, sobre todo, el PSC en los próximos comicios en el Parlament, que previsiblemente se celebrarán a finales de 2024.
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Todo ello a la espera de comprobar cómo evolucionan las negociaciones paralelas que también tiene que mantener la formación de Puigdemont con el ejecutivo estatal. En resumen, que encaramos meses de muchas reuniones y algunos acuerdos del Gobierno español con los dos grandes partidos independentistas, mientras que el ruido y la crispación la lidera un PP en pie de guerra contra Sánchez.