madrid
Actualizado:Antonio Maíllo (Lucena, 1966) asegura sentirse incómodo en el "vertiginoso" escenario político de Madrid y en la hiperventilación y el exceso de dramatismo que, a su juicio, están impregnando a la realidad política. En su instituto, donde ejerce de profesor, el contacto con sus alumnos, explica, le devuelve a una realidad que está lejos del espectáculo y de tragedias shakesperianas que codifican la vida interna de los partidos en claves de familias enfrentadas por el destino.
El dirigente andaluz, excoordinador de IU Andalucía, vuelve a la primera línea política para tratar de dirigir la organización a nivel estatal. Asegura que su candidatura emana de la imposibilidad de lograr un acuerdo para una candidatura de unidad, y dice que, si gana, se compromete a integrar a personas de las otras tres candidaturas con las que compite en la XIII Asamblea Federal del partido.
Durante toda la entrevista con Público pide "sensatez", "sosiego" y "tranquilidad" de cara a este cónclave, y en base a estos elementos desarrolla su posición, y la de su candidatura, en cuestiones como el modelo de dirección a la que aspira, el debate entre federalidad y confederalidad, o la relación que debe tener Izquierda Unida con Sumar en la izquierda transformadora.
¿Qué ha motivado su paso adelante para optar a liderar Izquierda Unida?
Mi candidatura ha sido producto de la falta de un acuerdo para hacer una candidatura unitaria, y tras esa situación se daban dos opciones. Una, ante una situación difícil como la que vivimos en Izquierda Unida, escurrir el bulto y dejar pasar las cosas y seguir en mi trabajo. Y otra, tener un sentimiento de que puedo contribuir, producto de una reflexión colectiva de mucha gente, a ser parte de la solución; contribuir de manera positiva para que IU pueda ser un instrumento útil para la gente de izquierda y progresista.
¿Qué diferencias programáticas hay entre la opción que usted abandera y la candidatura de Sira Rego? Ambos equipos vienen un poco de la misma dirección, la que lideró Alberto Garzón.
Somos cuatro candidaturas que representamos varias opciones sobre cuál es el mejor modelo y el modo de gestión que tenemos que hacer en Izquierda Unida. Nosotros nos sentimos orgullosos de la tradición unitaria de IU, cuando hablamos de tradición unitaria no solo nos referimos a alianzas políticas, sino también y, sobre todo, a las alianzas sociales. Somos en sí mismo un espacio de unidad y consideramos que, en este momento, la dirección política tiene que ser una dirección que esté fuera de palacio.
Valga esa metáfora por el artículo que hizo nuestra compañera Marga Ferré en CTXT, hablando de lo importante que es pensar desde fuera de palacio y, por tanto, una organización que esté pegada al territorio, una dirección de carretera y manta, coral, que incluya la pluralidad, y que se sitúe en una disposición de ser protagonista en la construcción de frente amplio en nuestro país.
Frente a una dirección más personalista, que yo creo que no responde a lo que son las necesidades de IU, tras un periodo en el que Alberto Garzón ha sido todo en una época de hiperliderazgos, eso se ha superado. Toca ahora bregar con una dirección de carretera y manta, coral, porque esto sale adelante si es desde el esfuerzo colectivo de todo el mundo. Y una dirección coral significa que si la militancia me da el apoyo para que yo sea coordinador federal, integre a miembros de otras candidaturas en esta dirección. A mí no me da miedo la discrepancia, siempre que rememos en la misma dirección.
Usted ha defendido durante esta campaña de primarias que quiere una IU vinculada con la gente, enraizada con los movimientos sociales. ¿No están IU y sus dirigentes ahora mismo vinculados a la gente?
No se ha perdido ese vínculo porque desde las organizaciones locales, las asambleas de base de territorios, se ha mantenido el hilo. Pero esto es una asamblea federal en la que ha habido un cierto letargo y ensimismamiento. Cuando yo hablo de un proyecto de periferia, también tiene mucho que ver con esa especie de absorción que supone la corte madrileña, en la que nadie escapa, en la que, quizá, ha habido demasiado ensimismamiento y alejamiento de los territorios. Y cuando hablo de periferia, no solo hablo de periferia geográfica, hablo de periferias sociales, de la gente que no tiene el poder ni forma parte de la clase dominante.
Pero, sobre todo, queremos un cambio de marco común de la izquierda, que ha estado también impregnada de esa hiperventilación y toxicidad, y donde creo que hay que imponer una cultura política de la sensatez. En esa hiperventilación de la política, en esa rapidez y agitación, se han faltado a reflexiones colectivas que no han diagnosticado bien en el momento.
Y el valor que tiene IU, con toda su humildad, es que demuestra que no puede haber espacio de confluencia y unidad si no hay tejido por abajo que lo sostenga. Hay una tentación ahora de cierto narcisismo, de mirarse hacia adentro como reacción a experiencias de confluencia que no han sido exitosas. Yo lo que digo es que lo que hay que hacer es seguir teniendo voluntad unitaria, pero construyéndolo con método democrático y nunca perdiendo la perspectiva de que nuestro horizonte, por encima de todo, es el de servir a la gente que más nos necesita.
La "dirección plural" es uno de los elementos más repetidos por las diversas candidaturas que concurren a la asamblea. ¿Qué quiere decir esto?
Pues una dirección en la que haya miembros de mi candidatura y miembros de otras candidaturas. Aquí hay un elemento diferencial: nosotros decimos que si quedamos primeros aspiramos a dirigir esta organización con una dirección coral y con la suma de las legitimidades que dé la militancia al resto de candidaturas; y si quedamos segundos, terceros o cuartos, nos ponemos a disposición de quien quede el primero. Echo de menos que las demás candidaturas no se hayan pronunciado, digamos, con tanta claridad como yo le estoy haciendo.
Hay un error en quien perciba que una organización solamente puede funcionar con un equipo de absoluta lealtad y fidelidad. Yo no tengo ningún miedo a trabajar con gente con la que no tengo coincidencia en todo. Es más, en la propia candidatura somos mucha gente que no coincidimos en todo, pero sí tenemos una clara visión de a dónde tenemos que llevar el barco, y eso sí que es fundamental en esta etapa. No estamos para lujos en Izquierda Unida, no es atractivo ser ahora coordinador o coordinadora federal de IU, y de ahí mi máximo respeto al resto de candidaturas; es un paso difícil.
Desde otras candidaturas se ha advertido que en el debate de primarias se está defendiendo avanzar hacia tendencias confederales y hacia un modelo confederal que abandonaría el federalismo que caracteriza a IU. ¿Cree que es así? ¿La IU que usted defiende es una IU federal?
Me llama la atención la interpretación del discurso de uno por parte de otras candidaturas. Nosotros defendemos la federalidad y la defendemos como modelo de país. Una de las razones por las que doy el paso es porque me preocupa que desde la periferia no estemos siendo protagonistas de la configuración de nuestro país como un territorio federal, y, por tanto, lo que quiero para mi organización y quiero para mi país necesita una estrategia federal en la que IU tiene que actuar de manera articulada en todos los territorios, de manera igual. Me preocupa que se produzca una suerte de discurso antiandaluz, antiasturiano, o antivasco porque nunca Izquierda Unida ha sido así.
Nosotros hemos crecido y hemos sido fuertes cuando nos hemos abrazado todos los territorios. El federalismo es alegrarse en IU de que a los compañeros de otros territorios les vaya bien. Eso es el federalismo de verdad. Yo defiendo una estrategia federal, esto no es el sálvese quien pueda, y lo que sí hay que tener en cuenta es las realidades diferentes de cada territorio. Como IU, reivindicamos ser protagonistas de los frentes amplios, por eso a mí me preocupa la tendencia aislacionista o narcisista, que es que, como no han funcionado como queremos las confluencias, me meto en mi asamblea, en mi territorio, me ensimismo y dejo de ser útil. Eso conduce a la irrelevancia y la militancia lo tiene que saber. Hemos defendido y seguimos defendiendo la federalidad en nuestro país, y esa misma federalidad la seguimos y la queremos defender en nuestra organización.
Cuando un candidato, en lugar de dedicarse a hablar de su propuesta, se dedica a interpretar la de los demás, yo creo que no está ganando el debate político. No me gusta que levantemos muros entre nuestra organización según el territorio del que se sea, porque eso sí que es confederal.
El rol de Sira Rego como ministra del Gobierno de coalición fue un mandato o una posición de la anterior dirección. Si usted gana las primarias y encabeza una nueva dirección, ¿optará por renovar ese mandato?
No. Yo no he estado de acuerdo con el modelo que se hizo, se lo dije a Alberto, lo dije en el debate, creo que fue una decisión errónea no someterla a un debate más profundo. Pero, evidentemente, yo creo que cada uno tiene que estar en su frente, en el frente de trabajo que tenga que hacer, en el Gobierno, en los gobiernos autonómicos, en los gobiernos locales… Hay mucha responsabilidad en el Gobierno de España para que la gente siga trabajando. Hay una forma de entender la política que yo no comparto. ¿Cómo que porque yo gane ya voy a remover todo lo removible?
Entonces, ¿mantendría esa cuestión?
Sí. Pero si es que ni me lo cuestiono, no forma parte de mis prioridades. A mí me preocupa que se hagan políticas que mejoren la vida de la gente. Y creo que hay gente que se mete tanto en las dinámicas de esta política hiperventilada que se le olvida, a lo mejor, para qué está en política.
Sira Rego debe seguir siendo ministra; otra cosa es si se produce un debate sobrevenido a lo largo del tiempo sobre la posición que tenemos o dejamos de tener en el Gobierno, pero cada persona lo que tiene que hacer es, desde mi punto de vista, la mejor gestión porque todo lo que mejore en su gestión repercutirá en la sociedad española, en este caso la infancia y la juventud, y ese es para mí el principal motivo.
Y otros nos dedicaremos a fortalecer la organización para construir un espacio de alianzas sociales que hegemonicen ideas, que se amplíen en la visión de la paz en nuestro país, que desarrollen de una manera más audaz de lo que se puede hacer en un Consejo de Ministros las políticas hídricas y establezcan alianzas para la lucha contra la sequía y el cambio climático, o que mejoren las condiciones laborales de la gente.
Prácticamente todas las candidaturas comparten el diagnóstico de que las bases de IU se han distanciado de Sumar. ¿A qué cree que se debe?
Yo creo que nuestra militancia no se siente no reconocida cuando a ti te hacen una propuesta en la que Manu Pineda, que es un auténtico líder social que ensancha y que trasciende las propias fronteras de IU, va el cuarto (en la lista de las elecciones europeas). Y, evidentemente, yo creo que tendría que ir en mejor posición de la que va. Aquí hay dos reflexiones. Una es que no estamos de acuerdo y que nos hubiera gustado que fuera en un puesto mejor, sí, pero hay otra que no es política, que es instalarnos en una melancolía. ¿Usted se cree que nosotros podemos explicar que porque no nos gusta el puesto en el que va una organización en una lista electoral, dejamos de apoyar al Gobierno, dejamos de hacer política a favor de la gente?
"Vamos a seguir creando un frente amplio, se llame como se llame, pero con método democrático"
Claro que hay que hay insatisfacción, yo mismo la tengo, a mí me hubiera gustado que Manu Pineda hubiera sido el número dos, me habría parecido un acierto formidable, o incluso el número uno, pero se ha hecho así. Hay un elemento de mejora que habrá que construir, ya hablaremos después de las europeas, pero desde la aportación de la sensatez. ¿Usted se cree que podemos abrir melones de este tipo un mes y medio antes de unas elecciones? ¿De verdad que eso forma parte del sentido común de la izquierda?
Pues yo pienso que los tiempos son muy importantes, que tener un poquito de sentido común y sensatez también es muy importante, y que eso no quita que haya una reflexión honesta y colectiva en nuestra organización sobre determinadas decisiones. Vamos a seguir creando un frente amplio, se llame como se llame, pero con método democrático. A mí lo que más me preocupa en esta asamblea es el reduccionismo de la coyuntura, me preocupa que las tentaciones aislacionistas se abran paso a partir de la insatisfacción de la coyuntura del momento.
La anterior dirección aprobó un documento en el que señalaba dos opciones a la hora de actuar: que Sumar se constituyera como frente amplio o que no pasara de ser una coalición electoral. El proyecto de Yolanda Díaz ya está constituido y ha celebrado su asamblea fundacional; a su juicio, ¿qué es Sumar y qué relación o rol debe desempeñar IU en este proyecto?
Bueno, es que, además, esto ya para el cafetero, está sumar y Movimiento Sumar (sonríe). A mí lo que me interesa es lo que quiere Izquierda Unida, y lo que queremos es un frente amplio que funcione con métodos democráticos, con respeto a la pluralidad, y donde el esfuerzo de síntesis y el debate fraternal que se produzcan tengan como conclusión la necesidad de que cada parte que conforma lo que se llame se sienta cómoda. Si no se siente cómodo IU no va a funcionar, se llame Sumar, se llame multiplicar o, incluso, frente amplio en un futuro; si no se va a sentir cómodo lo que se ha constituido como Sumar, la organización política, pues tampoco va a triunfar.
Hay una convicción que nosotros tenemos que es que, posiblemente, unidos no conseguimos siempre los objetivos, pero desde luego la división conduce al fracaso. Desde esa visión, todo el mundo tenemos que actuar con mucha modestia, que no se ha actuado muchas veces con modestia. Quien ha tenido en los últimos años la mayoría ha cultivado una estrategia de mayoría en minoría y de centralización en las decisiones políticas que no llega a ningún lado. Se ha visto a organizaciones que han tocado el cielo y han tocado el suelo ahora mismo.
Entonces, Sumar será lo que ellos quieren que sea, y lo que ellos se fortalezcan, siempre que sea en tesis parecidas a las nuestras, pues nos encontraremos para para afrontar un debate de unidad. Pero nosotros queremos ser protagonistas también y asumiremos democráticamente la decisión que se adopte en función de las correlaciones de fuerzas que se determinen. Lo que es diferencial, porque se utiliza como excusa, es que el malestar que puede haber por determinadas decisiones sobre Sumar sea excusa para que IU deje de ser lo que ha sido hasta ahora, que es un espacio orgullosamente unitario y útil para la sociedad.
¿Ha perdido IU presencia o identidad en la izquierda en estos últimos 10 años? Sobre todo tras su entrada en un Gobierno de coalición que le pone a este espacio contradicciones por sus compromisos internacionales con la OTAN, su relación con los poderes económicos y las limitaciones que vienen dadas por este motivo.
A lo largo de esta década es indudable que nosotros venimos de ser la organización que articulaba todo lo que podía ser el espacio a la izquierda del PSOE, que no me gusta esta expresión, pero bueno, a ser un agente más. Ese duelo lo hemos vivido ya, de hecho, me tocó a mí vivirlo en Andalucía como coordinador; es más, podía habernos llevado por delante. Y, sin embargo, resistimos en momentos peores que ahora y tenemos que hacer un análisis realista.
Nosotros tenemos cientos de alcaldías donde somos hegemónicos en pueblos y ciudades medias de España, y en esos espacios donde nosotros hegemonizamos y gobernamos, somos de manera natural espacio de confluencia. A mí me gustaría que IU fuera el espacio de confluencia natural de toda España, pero no lo es ahora mismo, la realidad es otra, hay más agentes que operan. Y si uno no analiza bien la realidad, el problema que tiene es que te lleva a la desaparición y a la irrelevancia.
"De esta asamblea saldremos mejores, y eso es una buena noticia para la izquierda"
Nuestra organización, con todos sus defectos, se demuestra muy solvente, y ahora necesaria, porque hay que construir desde abajo, y ahí nosotros tenemos un papel fundamental. Es verdad que en unos territorios somos más fuertes que en otros. Para eso está la dirección política, para establecer el equilibrio de apoyo a todos los territorios. Tenemos experiencias de gobierno en comunidades autónomas y grandes ciudades.
¿Alguien se pregunta si nosotros habríamos conseguido estar interviniendo y gobernando en esas grandes ciudades o en comunidades autónomas yendo solos? ¿De verdad que alguien piensa que yendo solos íbamos a conseguir lo que hemos conseguido y aspiramos a seguir consiguiendo? ¿Alguien se piensa que Alberto Garzón habría sido ministro con Unidas Podemos o Sira Rego ministra en Sumar sin haber ido en espacios de unidad y encontrándonos? Ese es el análisis de la realidad que hay que hacer. De esta asamblea vamos a salir mejores personas, vamos a salir mejor como colectivo, como organización, y a mí me parece que es una buena noticia para la izquierda en España.
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